Capítulo 1: Una familia "normal"
[28 de Septiembre del 2015, lunes]
El despertador suena estruendosamente en la mesita junto a mi cama, me levanto aún somnolienta hacia el gran tocador de mi habitación, volteo a ver mi cama que es un completo desastre. Con mis diecinueve años sigo siendo mal dormida, ya frente al espejo trato de arreglar un poco la maraña en la que se ha convertido mi cabello rubio, aún me causa un poco de gracia la pijama de ositos que traigo puesta, ya que mamá las compró la semana pasada para mis hermanas y para mí. Entro a mi baño para hacer mis necesidades fisiológicas y lavar mi cara, hoy tengo más pereza de lo normal.
Salgo de mi habitación atravesando el largo pasillo que me lleva hasta la escalera, esta casa es tan grande que a veces creo que mis padres tranquilamente podrían tener otro hijo sin preocuparse por el espacio.
Voy bajando escalón por escalón, escuchando los gritos desgarradores de la chica que se encuentra encadenada en medio de la sala, todo alrededor de ella este cubierto de sangre y tienes varias aberturas por todo su cuerpo.
—¡Ayuda! ¡Ayúdame por favor! —grita en cuanto me ve y yo sigo bajando los escalones.
Que mejor manera de comenzar el día.
Deimos esta tocando el piano –como siempre– y Deneb esta en el comedor desayunando con nuestros padres.
—Buenos días a todos —saludo.
—Buenos días —responden al unísono.
Me acerco lentamente hacia la chica que no deja de gritar y hacer chirriar las cadenas.
—¿Quién lo hizo? —pregunto tranquilamente.
—Yo —responde Deneb, quién ahora se encuentra de pie junto a mí, sosteniendo un baso con zumo de naranja.
—Las incisiones... son perfectas —comento más para mí misma.
—Lo sé, he estado practicando últimamente, hará que su muerte sea mucho más lenta y dolorosa —sonríe con satisfacción.
—¿Qué te hizo? —lo miro enarcando una ceja.
—Me dijo que era básico, ¡Básico!, ¿Quién le dice básico a Deneb Sallow?
—Yo —responde Deimos aun tocando el piano.
—Tu no cuentas, estorbo —le contesta Deneb rodando los ojos.
—No olvides deshacerte de ella antes de que Adhara baje —demando.
—¡Sí mi capitán! —se mofa Deneb haciendo un saludo militar.
Ella grita como si su vida dependiese de ello, lo que es en vano porque nadie va a venir a rescatarla. Por algo la mansión se encuentra en medio del bosque.
Me alejo de la chica que pronto será un cadáver, para desayunar junto a mis padres.
—Ya le he dicho que no me gusta que asesine así por así, parece un crío —se queja Darcy Sallow, mi padre, mi mayor orgullo y ejemplo a seguir.
—Cariño no seas tan duro con él, sabes que es así de impulsivo —lo defiende Adah Tolleman, mi guapa e inteligente madre.
—¿Y qué pasara cuando su inmadurez nos cueste la vida?
—No va a pasar, no mientras pueda evitarlo —le respondo segura, siempre soy la que tiene que resolver las cagadas de mis hermanos, por algo soy la favorita de papá.
—Esa es mi chica —me guiña un ojo y sigue leyendo el periódico mientras tomo mi desayuno sin prisa.
Deimos sigue endulzando nuestros oídos con El lago de los cisnes de Piotr Ilich Chaikovski, mientras Deneb continua contemplando a la chica como si fuese una obra de arte, termino mi desayuno dispuesta a volver a mi habitación, pero unos pasos hacen que me quede plantada en la silla del comedor.
Aquí vamos otra vez.
Adhara no se molesta en ver la escena de la sala, baja rápidamente y toma su plato de desayuno junto a su jugo para devolverse a su habitación.
—¿No vas a desayunar con nosotros? —le pregunta mamá.
—No desayunaré aquí mientras una persona se esta desangrando en mi sala, así que apreciaría que me dejen desayunar en mi habitación —expresa con firmeza pero puedo notar el pequeño temblor en su voz. Le afecta.
—Uy, pero que sensible —se burla Deneb.
—Cierra la boca —le dedica una mirada despectiva.
—Estrellita, desayuna con nosotros —le suplica papá.
—Quiero desayunar en mi habitación, por favor —vuelve a pedir nuevamente.
—Vete, no somos quienes para obligarla a desayunar aquí si no quiere —ordeno y nadie me lleva la contraria.
Así es una mañana normal en la familia Sallow.
Primero que todo, ¿Qué hace una persona en medio de la sala desangrándose mientras todos están como si nada?
Es lo que somos, asesinos.
Les resumo la historia: El apellido Sallow ha existido desde la Edad Media, Nathaniel Sallow fue de los primeros en descubrir que algo dentro de su familia no estaba bien, la constante necesidad de matar a los que lo rodeaban lo tenían al borde de la locura, sus once hermanos también tenían este "problema". Cuando hablaron con sus padres ellos tuvieron que contarles que habían acudido a la brujería para poder tener una familia numerosa, como precio a pagar, sus crías, en cuanto crecieran se convertirían en "la maldad encarnada". Nosotros no lo vemos como una maldición, lo vemos como un... don.
Actualmente hay Sallows por todo el mundo, en Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia, Rusia, Tokyo, Brasil, Canadá y así muchos países más. Mi familia es la que reside en Reino Unido, en el pueblo de Abalee, que se encuentra a las afueras de Londres. En nuestros genes esta reproducirnos masivamente para que nuestro legado nunca acabe, y seguir trayendo monstruos al mundo.
Mi padre, Darcy Sallow, el menor de siete hermanos ha sido uno de los mejores asesinos de la familia aquí en Reino Unido, mi tíos y tías viven en otros países, mientras algunos viven en Londres. Preferimos los pueblos pequeños ya que nos gusta pasar desapercibidos, cosa que es casi imposible ya que nadamos en dinero, muchas veces nos contratan como sicarios lo que es un ingreso extra a la familia.