Los Sallow [sangre Oscura #1]

Capítulo 11

Capítulo 11: "Estoy bien"

[18 de octubre del 2015, domingo]

*Alya*

Suelto un quejido de fastidio removiéndome sobre la cama. No sé qué hora es pero quiero seguir durmiendo y mi teléfono parece no entenderlo; lleva timbrando como media hora y no sé quién carajos es capaz de llamar tan temprano.

Tomo una de las almohadas para tapar mi rostro y gritar de frustración. Es domingo por el amor al demonio, ¡domingo!, al menos quiero descansar un jodido día de la semana. Me resigno a contestar el teléfono, me siento en el filo de la cama y tomo el aparato de manera brusca, cuando veo el nombre en la pantalla contesto de inmediato.

—Jade... ¿Qué sucede? —pregunto aún somnolienta, pero un tanto preocupada. Los últimos días he estado bastante paranoica, sabemos que la FDIS está tras nosotros y pueden llegar a tomar represalias con los que nos rodean.

—¡Mi rubia! ¿Por qué no contestabas? —el que hable con su típica emoción me tranquiliza.

—Recién me levanto.

—Aly mi niña, son las once de la mañana —jadeo en protesta porque de verdad quería seguir durmiendo—, bueno ¿Estás libre en la tarde?

—Sí —para ella estoy libre las veinticuatro horas del día.

—Perfecto, pasaré por ti a eso de las... ¿Cuatro de la tarde? ¿Te parece?

—Sí.

—Listo, nos vemos más luego, bay —cuelga y me vuelvo a tumbar en la cama esperando que esta me trague, pero no lo hace.

Trágico.

Al cerrar los ojos, lo primero que viene a mi mente son esos ojos azules que me volverán loca si sigue jodiéndome la existencia. Desde que lo amenacé, no volvió a molestar el resto de la semana y espero que se mantenga así, porque no me va a temblar la mano el momento en el que tenga que arrebatarle la vida, así que espero que sea lo suficientemente inteligente como para no provocarme.

Mi estómago ruge cual león, creo que es hora de bajar a desayunar... o almorzar. Camino hasta el baño para enjuagar mi cara y hacer pis, no me voy a bañar hasta que sea la hora de salir con Jade, por lo que me quedaré con mi pijama de ositos hasta que tenga que alistarme.

Salgo de mi habitación a paso de lento y bajo las escaleras de la misma manera. Deimos está tocando Claro de luna de Claude Debussy en el piano, papá está leyendo el periódico en uno de los muebles de la sala y mamá está en la cocina preparando el almuerzo.

—Buenos días —saludo con voz ronca y ocupo uno de los asientos del comedor.

—Aly, tu desayuno se enfrió —dice mamá acercándose con el plato de tostadas y un zumo de naranja.

Me encojo de hombro concentrándome en lo importante, devorar mi desayuno tardío.

—¿Dónde están los demás? —pregunto luego de haber terminado.

—Deneb está en su habitación y Adhara está en la bodega, entrenando.

—Iré a verla un rato —me levanto tomando los trastes para dejarlos en el lavabo y camino hasta la puerta trasera que da hacia el patio.

Al abrirla, me es inevitable tomar una respiración profunda, huele a bosque y a... muerte. Literalmente, porque aún hay varios cadáveres en estado de descomposición, cierro la puerta detrás de mí y voy hasta la enorme bodega que se encuentra a un costado izquierdo del patio.

Al ingresar se pueden escuchar claramente los jadeos de cansancio y los fuertes golpes que le da mi hermana al saco de boxeo. Está estilando en sudor, lo que quiere decir que lleva buen rato aquí. Aunque no es como nosotros, siempre le apasionó dicho deporte, sobre todo porque según ella, le ayuda a des estresarse y a mantenerse en forma.

Tomo uno de los banquitos que hay y me siento bastante lejos de ella, veo como golpea el saco con fuerza, está molesta y sé que no es solo eso... tiene miedo.

—¿Vas a quedarte solo observando... o qué? —tartamudea por la falta de aire.

—Parece que romperás el saco.

—¿Ah sí? —da dos golpes fuertes para luego detenerse, apoya su frente en el objeto tratando de recuperar la respiración y procede a quitarse los guantes.

—¿Qué te pasa? —cuestiono observándola fijamente.

—Nada, estoy bien.

—Sí claro y yo no sé usar un arma —suelta una risita irónica mientras se acerca y toma otro de los banquitos, sentándose frente a mí.

—Recuerdas cuando... veníamos aquí y yo pasaba horas quejándome que no quería ir a los trabajos y que no quería hacerle daño a la gente.

—Lo recuerdo.

—Aly yo no me quiero ir, no quiero salir de Abalee pero debemos irnos. ¿Y si nos secuestran? ¿Y si matan a uno de nosotros? —su voz se quiebra levemente. No digo nada, quiero que continúe—. No podría soportar la idea de que les pase algo, yo... no puedo vivir sin ustedes.

—No nos pasará nada, ni a ti, ni a nosotros ¿Entiendes? —asevero para que se guarde bien mis palabras. Sobre mi cadáver dejo que le pase algo a esta familia.

—No eres indestructible, Aly. Aún tenemos tiempo para marcharnos de aquí —se levanta y sale de la bodega dando un portazo.

Dejo escapar un largo suspiro, a veces siento que todo el peso de esta familia recae sobre mí y eso me está pasando factura. Debo ser fuerte, por ellos y por mí.

***

—Estoy muy emocionada, nos veremos como todas unas divas en la fiesta de tus hermanos —Jade esta que no cabe de la dicha mientras caminamos por la calles céntricas del pueblo.

Estamos en una zona que es únicamente de boutiques, bisuterías y salones de belleza, hay que aceptar que las cosas aquí son mucho más bonitas que en el único centro comercial del pueblo. Voy cargando varias de las bolsas con las compras que ha hecho mi mejor amiga, ya tiene su vestido, los zapatos, los accesorios y también compró un broche bastante exótico para su cabello.

No he comprado nada aún porque sinceramente, nada de lo que me pruebo me convence y no creo encontrar algo que este a mí... altura.



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En el texto hay: romance, accion, accion drama

Editado: 12.06.2021

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