Capítulo 12: Necesitamos un tiempo.
[31 de octubre del 2015, sábado]
*Jonathan*
Doy unos retoques al dibujo con el lápiz carboncillo, dándole ese efecto de sombra que tanto me gusta. Dibujar es un hobbie que practico bastante poco la verdad y las únicas personas que lo saben son mi madre y mi novia.
Quedo satisfecho con el resultado y lo pego en la pared de mi habitación junto a los otros. El dibujo se basa en un bosque bastante frondoso con una persona desorientada en medio de este, se parece un poco a los demás ya que casi todos tratan de lo mismo, bosque.
Y es que este pequeño pueblo no es más que eso, pero siento que... hay algo más. Como si entre los árboles se escondiera un gran secreto que no debe ser descubierto, como si la muerte estuviese paseándose entre nosotros y ni siquiera nos damos cuenta. No lo sé... han de ser vainas mías.
Me fijo en el reloj que cuelga de la pared y aún faltan varias horas para la fiesta. La verdad no estaba del todo convencido en asistir pero no tengo nada más interesante que hacer. Alquilé un lindo traje ya que la temática de la fiesta es "Baile de máscaras" y conseguí una bastante interesante de color negro que me cubre todo el rostro, dejando los agujeros en los ojos y en la nariz.
Hace unos momentos terminé una tarea de la universidad y ahora no tengo nada que hacer, de seguro mamá me diría algo como "Siempre hay algo que hacer, como limpiar por ejemplo" pero tía Abby me está mal acostumbrando bastante, por lo que me he hecho bien vago en ese aspecto. Recuerdo a mi bella novia y no dudo en marcar su número. La extraño y el simple hecho de escuchar su voz me pone feliz.
—Hola Jonathan —me responde luego de algunos segundos y el que me llame por mi nombre me desconcierta un poco.
—¿Jonathan? Amor, ¿Qué paso con Johnny boni? —escucho como una risita nerviosa.
—Lo siento, estoy muy estresada con el negocio de mamá y casi ni me da tiempo para la uni — su madre tiene un negocio de pasteles y le va bastante bien, pero no quiere contratar a alguien más para se haga cargo de las cuentas, por lo que esclaviza a Meredith en ello. Es bastante buena para los números, estudia finanzas.
—Amor yo creo que ya es hora de que hables con ella y le hagas saber que trabajar te está quitando tiempo para tus estudios —puedo escucharla suspirar con frustración y lo único que quiero es estar allí para apoyarla.
—Lo sé, lo sé, pero no quiero que sienta que me está arruinando la vida.
—Y no lo está haciendo, solo dile que necesitas tu espacio y ya.
—Eres el mejor dando consejos, ¿lo sabías? —asiento, pero luego recuerdo que no me está viendo por lo que afirmo con "sí" —. Por cierto, yo quería hablar contigo de algo importante.
—Claro, dime.
—Mira esto es... difícil, para mí y no quiero que te lo tomes a mal...
—Amor solo dilo.
—Me estoy viendo con alguien.
¿Qué?
Proceso la frase unas treinta veces en mi cabeza y cada vez que lo hago, siento mi pecho comprimirse de a poquito. Me ha dejado sin palabras, es como si me hubiesen quitado el habla de un segundo al otro.
—¿Jonathan?
—Te estás viendo con alguien —repito en un hilo de voz. Parece que he entrado en un estado de shock.
—Sí.
—¿Y lo nuestro? —la amo, la amo con todas mis fuerzas, en este año y medio de relación que llevamos he sido el hombre más feliz que haya pisado el planeta tierra y no creo que todo este tiempo ella fuese indiferente a aquel sentimiento.
—Yo te amo, de verdad que lo hago. Pero el que estés lejos tanto tiempo no ayuda y creo que... debemos darnos un tiempo.
—¿Un tiempo?
—Sí Jonathan y es problema tuyo si lo aceptas o no —siento que con cada palabra que sale de su boca me despellejan cada extremidad del cuerpo. Me insto a tomar una respiración profunda y analizar esto con cabeza fría.
No soy un loco que se va a poner a lanzar golpes a la pared o a insultarla, es su decisión y la respeto. No niego que duele como la mierda, pero así es la vida, un día puedes estar en la cima y al otro en un pozo profundo de miseria. Por otro lado, estoy bastante aliviado de que me hablara de esto, no hubiese soportado ser un cornudo que ignoraba lo que sucedía en la relación.
—Está bien Meredith, te daré tu espacio.
—Gracias por entender.
—No tienes nada que agradecer... te quiero.
—Y yo a ti —cuelga mientras me tumbo en la cama con un gran vacío en el pecho.
***
Termino de abotonar la camisa y procedo a colocarme el saco. Poso frente al espejo y estoy bastante satisfecho con el resultado, aunque no es la gran cosa, pero me gusta lo que veo. Después de esa llamada decidí que no voy a echarme al sufrimiento, si ella quiere tantear opciones pues bien por ella, pero eso no quiere decir que me voy a quedar a esperar toda la vida a que se decida y peor aún, si al final al no me escoge a mí.
—Te ves muy guapo Jon —me elogia tía Abby ingresando a la habitación.
—Gracias.
—¿A qué hora llegarás? —observo el reloj en mi muñeca, son casi las ocho y treinta.
—Pasada la media noche, creo —se acerca para alizar mi traje y me da dos palmaditas en el hombro.
—No bebas mucho por favor.
—No prometo nada —niega con la cabeza dedicándome una sonrisa y dejo un beso en la coronilla de su cabeza a modo de despedida.
Salgo de la casa y afortunadamente logro tomar un taxi sin esperar mucho, por lo general debemos esperar al menos media hora en que aparezca alguno.
Solo espero disfrutar esta noche.
***
[Horas antes]
*Alya*
Reparo nuevamente mi reflejo en el espejo y aun no puedo creérmelo, me veo... diferente. Hoy fuimos al salón de belleza con Jade para alisarnos el cabello y terminó convenciéndome de hacerme algo diferente en este, siempre tuve la curiosidad de ver que tal me quedaba el cabello corto y la verdad no luce nada mal. Toda mi vida he estado acostumbrada a llevarlo largo pero un cambio no viene mal de vez en cuando.