Los Sallow [sangre Oscura #1]

Capítulo 15

Capítulo 15: Estoy harto.

[11 de noviembre del 2015, miércoles]

La clase está a punto de terminar, pero el maestro pide que nos quedemos unos minutos más, tiene algo para decirnos.

—Como saben, este mes le toca labor comunitaria a la facultad, este sábado para ser más preciso —no paso por alto la mueca de disgusto que hace Jade.

Una vez al año, cada facultad de la universidad de Abalee, debe realizar una labor comunitaria en beneficio del pueblo o de la universidad misma.

—¿En dónde será? —pregunta uno de mis compañeros.

El maestro le echa un vistazo a las hojas que tiene en mano.

—Al parecer están de suerte, les tocó mantenimiento a las instalaciones de la universidad —muchos suspiran de alivio, también lo hago porque es mejor que ir al ancianato a entretener a los viejitos.

—Vendré con mi mejor ropa para limpiar —susurra Jade para las dos mientras hace unas raras poses de modelo. Ahogo una risita con mi mano.

—En el tablero dejaré lo que cada uno tiene que hacer, ahora sí pueden retirarse —casi todos salen despavoridos del salón. Junto a Jade y otros compañeros, nos acercamos al tablero para tener conocimiento de las labores que haremos el sábado.

Limpieza de la primera planta del edificio.

Está escrito junto a mi nombre. Genial, ni en mi casa agarro una escoba y me toca barrer toda la primera planta del edificio.

—Me tocó podar el campus —informa Jade haciendo un puchero.

Estamos por retirarnos, pero al retroceder, mi espalda choca accidentalmente con alguien.

—Lo siento, lo siento —no tengo ni que voltearme para saber de quién se trata.

Ojos azules.

No me da ni tiempo a encararlo pues, sale del salón como si le hubiesen prendido fuego en el culo. Ha estado actuando bastante extraño estos últimos días, ya no me jode la existencia ni me dice muda. Ahora solo me observa desde lejos como un maldito acosador y cuando nos topamos se aleja como si tuviese lepra.

Parece que al fin aprendió la lección y espero que continúe así por un buen tiempo.

***

[14 de noviembre del 2015, sábado]

*Deneb*

—Estoy lista —Aly viene bajando las escaleras y Deimos se levanta del sillón para ir por las llaves del Mercedes.

Bostezo mientras estiro todo mi cuerpo. Son las ocho de la mañana y digamos que no soy fan de madrugar los sábados, pero desde que pasó lo de Aly, ahora mi gemelo y yo debemos hacer de chofer personal de mi hermanita. Hoy tiene labor comunitaria en la universidad, Deimos y yo aprovecharemos el resto de la mañana para retirar unos repuestos de armas hasta que sea la hora de retirar a Aly.

Deimos me pasa las llaves y voy hasta el garaje para sacar el auto. Luego de que el par de amargados se suben, nos adentramos en la solitaria carretera para ir hacia la universidad. Mi gemelo pone un poco de música clásica en la radio e inconscientemente mueve los dedos sobre sus rodillas como si estuviese tocando el piano, de verdad que está obsesionado con ese instrumento.

Por el retrovisor, observo a Alya con el rostro imperturbable. Es muy difícil adivinar lo que pasa por esa macabra cabecita cuando lo único que demuestra es asco por el simple hecho de compartir oxígeno con más personas. Exceptuando a la bella Jade.

Entre un pensamiento y otro, llegamos a la universidad. Aly sale rápidamente del auto y la llamo antes de que se aleje demasiado.

—¿A qué hora te recogemos?

—Yo los llamo —informa mientras retoma su andanza.

Salgo del estacionamiento y conduzco hacia el centro del pueblo. Llegamos hasta un barrio de mala muerte, hay vagabundos durmiendo en la acera, adolescentes drogándose junto a los contenedores de basura y niños jugando mientras ignoran la miseria en la que viven.

Avanzo unas calles más y giro en un callejón solitario. Ni siquiera me preocupa que nos roben o algo por el estilo, por estas zonas nos conocen tan bien que ni siquiera se atreven a mirarnos.

Aparco frente a una gran puerta de metal oxidado, apago el motor y ambos salimos del auto. Empujo la puerta como si fuera dueño de casa y ante nosotros se ciernen las majestuosas repisas con todo tipo de armas.

—Mira nada más, hasta que los rubiecitos se dignan en aparecer —sonrío irónico hasta enfocar mi vista en el pelirrojo detrás del mostrador.

—Jayden ¿Qué tal todo? —choca los cinco con ambos.

—Bien, bien. ¿Vienen por los repuestos no es así? —asiento y de inmediato se pone a buscar los aparatos en la repisa que está detrás de él.

El padre de Jayden es el principal proveedor de armas para la familia. La tienda está situada en esta zona para pasar desapercibida, nadie se imagina que detrás de esa puerta oxidada hay un elegante local con las armas más letales del mundo.

Mientras el pelirrojo busca nuestras cosas, doy un pequeño paseo por la estancia. Me siento como niño en dulcería, armas de todos los tamaños, alcances y potencias, el paraíso en una sola habitación.

—No puede ser —susurro cuando mis ojos captan a esa belleza en lo más alto de una de las repisas.

Una AUG HBAR de último modelo, de las mejores ametralladoras que han sido creadas a lo largo de la historia. Paso la yema de mis dedos por su estructura con suma delicadeza, nos hace falta una de estas en la “Sala de juegos”, necesitamos tener esta preciosura allí.

—Una belleza, ¿no? —exclama Jayden a lo que yo asiento ensimismado por el arma.

—¿Cuánto cuesta?

—Tres mil libras, pero no está a la venta —volteo hacia él haciendo un puchero. Definitivamente la compraría, pero ya sería en otra ocasión.

Alista las bolsas con los repuestos y se la entrega a Deimos. Me acerco para pagarle, prometiendo que regresaremos más seguido y salimos del local adentrándonos en el Mercedes.



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En el texto hay: romance, accion, accion drama

Editado: 12.06.2021

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