Los Sallow [sangre Oscura #1]

Capítulo 19

Capítulo 19: "Cariñosa"

—Y entonces me dijo "Tu sonrisa me recuerda tanto a mi ex" ¡Puedes creerlo! Quería abofetearlo y mucho, fue completo idiota —relata Jade con una graciosa mueca de indignación. Tuvo una cita el ayer por la noche con un muchacho que va en primero de comercio internacional, al parecer fue un completo fracaso.

>>Pero no importa, de hecho, se rumora que la tiene pequeña, así que no me estoy perdiendo de nada —niego con la cabeza mientras llegamos al estacionamiento.

—¿Quieres que te llevemos a tu casa? —le pregunto levantando mi barbilla en dirección al Ferrari. Los gemelos ya se encuentran en la parte trasera de este.

—¿Puedo quedarme en la mansión? Mis papás no están y no me quiero quedar sola —hace un puchero y asiento de inmediato a su petición.

Nos acercamos al auto y papá baja el vidrio del copiloto. Me desconcierto al observar que Adhara no ocupa dicho puesto.

—¿Y Adhara? —cuestiono. Darcy rueda los ojos.

—Llegó a casa con el muchachito este... Eduardo... Edward...

—Edmond papá, se llama Edmond.

—Ese mismo —no disimula su disgusto aun sabiendo que solo es el mejor amigo de Adhara.

—¡Hola señor S! —Jade mete un brazo en el auto para estrechar la mano de papá con efusividad.

—Hola cariño ¿Qué tal todo?

—Bien, bien. ¿Puedo ir a la mansión?

—La pregunta ofende, súbete —mi amiga ingresa de inmediato al asiento del copiloto.

Voy hasta la parte de atrás, volviendo a la estreches de la mañana al compartir asiento con los gemelos. Esta vez ya no me quejo porque junto a mí va Deimos y no Deneb, este último tiene un serio problema con no quedarse quieto.

Al llegar a la mansión, lo primero que captan mis ojos es al peliblanco sentado en el suelo de la sala. Escribe en el cuaderno que reposa sobre la mesita de centro. Adhara está junto a él mientras recorta imágenes y tienen un reguero de libros por toda la sala.

Edmond repara en nuestra presencia y se levanta de inmediato, se acerca hacia nosotros con su típica sonrisa de oreja a oreja. Es bastante exótico a la vista, los ojos celestes y el pelo blanco le dan ese aspecto surrealista.

Mierda, aquí vamos.

—Hola mi amor —me dice con esa voz melosa antes de darme un pico en los labios. Le doy un puñetazo en el hombro porque sabe que no me gusta que me salude así. Se soba el área afectada y hace una mueca de dolor—. Siempre tan agresiva, me encanta.

—Para eso tienes a Adhara, ve y bésala a ella —espeto. Mi hermana rueda los ojos.

Ellos tienen esa confianza de saludarse con picos en la boca, pero el idiota cree que por eso puede saludar a toda la familia así.

—Hola Ed —lo saluda Jade dándole besos en ambas mejillas para luego correr escaleras arriba, hacia mi habitación.

El muchacho parpadea repetidas veces mientras posa la mirada en los gemelos. Se acerca de inmediato a Deneb para saludarlo de la misma forma en la que lo hizo conmigo, pero mi hermano pone distancia.

—Si Aly te golpeó en el hombro, yo lo haré en tu cara —Edmond hace una mueca triste y pone sus brazos como jarra—. Así que aleja tus manos gays de mí.

—Me tienes ganas, lo sé —levanta la barbilla con orgullo. Deneb niega con la cabeza mientras reí.

—Sigue soñando —y con eso se va hacia la cocina.

Edmond intenta acercarse a Deimos, pero este niega con la cabeza. Suspira derrotado.

Estoy por irme de la sala, pero él apoya su codo en mi hombro, dándome una mirada de tragedia.

—Oh Alya mía, cuando será el día que tus hermanos acepten tener un trío conmigo —expresa con fingida tristeza y Adhara le lanza un libro que atina perfectamente en su cabeza.

—¡Eso es asqueroso Ed! —le reprende para luego continuar con lo suyo.

—Estoy considerando seriamente en demandarlos por agresión —masculla mientras masajea el lugar donde le calló el libro.

Niego a la vez que palmeo su hombro. Voy hacia las escaleras y Deimos ya está instalado en el piano, encerrado en su propia burbuja. Papá observa a los dos adolescentes desde una esquina, entrecerrando sus ojos hacia Ed, al parecer espera que le salgan rayos láser para calcinar al pobre. Nunca va a entender que al mejor amigo de mi hermana no le van las chicas.

Al llegar a mi habitación, observo a Jade tumbada en mi cama, con un cuaderno entre las manos.

—Ay mi rubia, todos los hombres son unos idiotas. Creo que me encerraré en un convento, al menos Jesús no me será infiel —me quito los zapatos para poder recostarme junto a ella. Deja el cuaderno de lado para comenzar a juguetear con un mechón de mi cabello—. ¿Qué dices Aly, me acompañas?

—Me besé con Jonathan —suelto de pronto y mi amiga abre tanto los ojos, que están a punto de salirse de sus cuencas.

Pega el grito al cielo, lo que me hace taparme los oídos con ambas manos, estoy segura que la escucharon hasta el otro extremo del país. Con tantos problemas, ni siquiera había tenido tiempo de contarle lo sucedido con ojos azules.

—¡No puedo creerlo! ¡Lo sabía! ¡Oh mi Dios! ¡Es que no me lo creo! —chilla mientras me zarandea del brazo—. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Besa bien? ¡Tienes que contármelo todo!

Sonrío levemente y apoyo el brazo en la cama para sostener mi cabeza con la mano. Ahora estoy de lado, por lo que nos observamos de frente.

—Fue el sábado de labor comunitaria —forma una gran "o" con su boca, como si algo dentro de su cabeza hiciera clic.

—Por eso tardó tanto en traerme mi bolso, se estaba besuqueando contigo —clava su dedo índice en mi abdomen repetidas veces, me es inevitable reír—. ¿Por eso lo evitaste todos estos días? —asiento.

—Hoy me pidió que saliéramos —suspira estruendosamente y se abanica el rostro como si fuese a llorar.

—Es que se verán tan lindos juntos. Tú toda malota y el todo tierno, son como el yin y el yang.



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En el texto hay: romance, accion, accion drama

Editado: 12.06.2021

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