Los Sallow [sangre Oscura #1]

Capítulo 23

Capítulo 23: Sicaria.

[30 de enero del 2016, sábado]

*Alya*

Marco el número de Jade por quinta vez, pero no contesta. No dejo de morderme la uña del pulgar y muevo una de mis piernas en señal de nerviosismo, a este paso sufriré de una taquicardia debido a lo rápido que late mi corazón.

Sé que son las seis de la mañana, pero necesito que venga urgentemente a la mansión. La necesito.

Estoy sentada en el borde de la cama, a duras penas dormí tres horas pues, cuando tiendo a pensar demasiado no logro conciliar el sueño. Y es que el conocer a los tíos de Jonathan me tiene pensando demasiado.

Nunca en mi vida he esperado la aprobación de los demás, ni siquiera la de mis padres, pero el que Jonathan me vaya a presentar a sus tíos me tiene con el corazón en la boca.

¿Y si no les agrado? ¿Y si no me creen lo suficientemente buena para su sobrino?

Soy consciente de que mi forma de ser es una mierda, pero estoy dispuesta a poner de mi parte para tratar de ser una persona... agradable. Iugh, hasta la palabra me da asco.

Lo que más me asusta es que al no agradarles, infundan pensamientos en Jonathan para se aleje de mí y no quiero eso. Me niego a que se aparte de mi lado y si alguna vez lo hace, que sea porque descubrió lo que en realidad soy.

Vuelvo a intentar y suspiro al ver que descuelga la llamada. De inmediato me llevo el teléfono a la oreja.

—Mi rubia, ¿qué sucede? —contesta con la voz adormilada.

—¿Podrías venir a la mansión? Es urgente.

—¿Qué pasó? ¿Ocurrió algo grave? ¿Estás bien? —interroga un tanto alarmada. Niego con la cabeza, pero entonces recuerdo que no puede verme.

—Estoy bien, lo que pasa es que... te necesito.

—En un rato estoy allá, me tienes listo el desayuno —dice antes de colgar la llamada.

Salgo de mi habitación y me dirijo a la planta baja con sigilo, a esta hora todos están dormidos, no quiero que se despierten gracias a mí. Ya en la cocina, empiezo a preparar el café y las tostadas, me quemo con el agua hervida y a la bebida le hace falta azúcar. No sirvo para la cocina.

Afortunadamente las tostadas salen bien y logro arreglar el intento de café. A los pocos minutos llega Jade, por lo que salgo a recibirla y lo primero que hace es burlarse de mi pijama de ositos. Ruedo los ojos.

La guio hasta el comedor y degustamos del desayuno en silencio. Sé que quiere abombarme de preguntas, pero está esperando que empiece a explicarle la situación y eso es algo que siempre he valorado de ella, no me presiona. Me da tiempo para buscar las palabras correctas y no se impacienta.

—Jonathan quiere presentarme a sus tíos y fui invitada a un almuerzo, hoy —su sonrisa se ensancha y estira el brazo sobre la mesa para tomar mi mano.

—Mi rubia eso es muy bueno.

—No lo es.

—¿Por qué lo dices? —aprieta levemente mi mano en señal de apoyo.

—¿Y si no les caigo bien? —cuestiono en un hilo de voz.

—Alya por favor, eres la persona más increíble que he conocido en mi vida, ¿Cómo vas a decir eso?

—A nadie le cae bien la gente amargada... —me sobresalto al verla pararse de la silla de un sopetón. Luce bastante ofendida.

—Alya Sallow Tolleman, te prohíbo que vuelvas a decir algo como eso. ¿Dónde está mi mejor amiga? ¿A la que no le importa mandar a la mierda a todo el mundo? Porque no la veo por ningún lado —no le respondo, agacho la cabeza y jugueteo con la taza entre mis manos—, y no te quedes callada por favor.

—No quiero.

—¿No quieres qué?

—No quiero ir.

—¿Entonces dejarás plantado a Jonathan? —levanto la cabeza para verla a los ojos. No lo dejaría plantado, los nervios están hablando por mí.

—No.

—¿Quién te entiende? —se frota la cara con frustración—. Mira Aly, el que Jonathan quiera presentarte a sus tíos es un gran paso y si decidió hacer esto es porque le importas demasiado.

>>Porque te quiere, así como eres. Amargada, enojona, directa, grosera, agresiva y antipática, así le encantas.

—No sé si tomarlo como un alago o un insulto —suelta una risotada y poso el dedo índice en mi boca, indicándole que haga silencio.

—Lo siento, lo siento —murmura. Vuelve a sentarse y esta vez me toma de ambas manos—. Solo sé tú misma, no busques su aprobación. Yo te amo tal cual eres y Jonathan no se enamoró de ti por ser otra persona.

—Gracias.

—Y ahora vamos a dormir porque me estoy muriendo se sueño —vamos hacia mi habitación tratando de no hacer ruido y logro dormir un poco teniendo a Jade a mi lado.

***

Empiezo a sentir un leve dolor en el antebrazo. Poco a poco voy recobrando la conciencia, encontrándome con Jade roncando en mi cara y una de sus piernas enganchada a mi cadera. Es una pésima idea unir a dos personas mal dormidas, pero ya estamos acostumbradas.

Intento sacar lentamente mi brazo que esta siendo aplastado por su abdomen.

¿Cuánto hemos dormido?

Ahora un tanto alarmada, tanteo la mesita de noche en busca de mi teléfono. Al ver la hora, mis ojos se abren en demasía y pego un brinco fuera de la cama.

—Mierda —espeto antes de tirar el aparato sobre la cama y correr al baño para asearme.

Son las once y media de la mañana, le prometí a Jonathan que estaría en su casa a las doce. No soy la persona más puntual del mundo, pero cuando me dicen una hora, a esa hora es.

Salgo del baño envuelta en una toalla y me encuentro a Jada aún sobre la cama, frotándose los ojos.

Abro las puertas del armario con brusquedad y saco la ropa que voy a usar. Me deshago de la toalla y procedo a colocarme la ropa interior, no es problema que Jade me este viendo ya que siempre tuvimos esa confianza.

—¿Qué hora es? —pregunta con voz adormilada.



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En el texto hay: romance, accion, accion drama

Editado: 12.06.2021

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