Los Sallow [sangre Oscura #1]

Capítulo 24

Capítulo 24: "Me la vas a dañar".

[2 de febrero del 2016, martes]

*Jonathan*

Tomo asiento en uno de los banquitos del estacionamiento, esperando a que Aly salga de su última clase. Es inevitable la sonrisa que se forma en mi rostro, estoy enamorado.

Y se lo dije, pero no esperé que respondiera algo como "Yo también", solo quería que lo supiera. Esa rubia se esta metiendo bajo mi piel y no tengo miedo, no voy a luchar contra esos sentimientos, dejaré que me conduzcan cual barco por la marea.

Mi vista es opacada por el Ferrari rojo que he aprendido a reconocer como el auto del papá de Alya. Los alumnos de los alrededores observan ensimismados el vehículo al igual que yo, pero me distraigo al ver como una muchacha baja del asiento del copiloto.

Lleva un uniforme de falda entablonada color verde y camisa blanca con el logo del Instituto de Abalee. Su cabello castaño se encuentra recogido en una coleta y sus ojos verdes resaltan en la blancura de su rostro.

Parece estar buscando a alguien, siente el peso de mi mirada y no sé por qué ha empezado a caminar hacia mí.

Me levanto del banquito un tanto desconcertado y cuando llega, me regala una sonrisa amable.

—Hola, disculpa ¿conoces a Alya Sallow?

—Sí, de hecho, salgo con ella —su rostro se ilumina y parece que la cara se la va a partir en dos por la enorme sonrisa que esboza.

Sin previo aviso, se abalanza sobre mí, envolviéndome en un fuerte abrazo de oso. Ni siquiera puedo correspondérselo porque se aparta y estrecha mi mano frenéticamente.

—Tú debes ser Jonathan. Estoy muy feliz de conocerte, soy Adhara, la hermana menor de Aly —sigue sin soltar mi mano y no puedo evitar carcajearme. Es una ternura.

—Me ha hablado mucho de ti y también es un gusto conocerte —se digna en soltar mi mano y no puede dejar de sonreír. Es muy diferente a su hermana, no solo físicamente, reboza de una alegría bastante contagiosa.

—He oído a Aly y Jade hablar de ti, me alegra tanto que salgas con mi hermana. Sé que puede ser un poco grosera, pero es un amor cuando se lo propone —habla tan rápido que atropella algunas palabras—. Si le rompes el corazón, te prometo que no volverás a caminar en tu vida.

La sonrisa se me borra ante la amenaza ya que he aprendido que con esta familia las promesas se cumplen.

—No tengo planeado hacerlo —me encojo de hombros y la susodicha llega hasta nosotros junto a Jade.

—¿Hacer qué? —cuestiona sin dejar de observar a su hermana. Me acerco para dejar un beso en su frente y se sonroja de inmediato.

Adhara y Jade musitan un Awww que hace enojar a Aly. Solo se ríen por la reacción de mi chica y empezamos a caminar hacia el Ferrari.

Imagino que su padre vino a recogerla porque Aly me contó que Deimos pescó un refriado y ahora Deneb también lo tiene. Nunca creí eso de que cuando un gemelo se enferma, el otro también, pero al parecer es real.

—Oye Jonathan, ¿te gustaría venir a la mansión? —pregunta la castaña y observo a Aly. Solo iré si ella lo desea.

No tengo problema ya que hoy vine a la universidad en taxi, me dio pereza usar la bicicleta.

—Si quieres... —se voltea para observar a su mejor amiga—. ¿Tú también quieres venir?

Niega.

—Unos tíos no están visitando y mis padres quieren que esté para la cena —explica—. Nos vemos mañana.

Se despide de todos con un beso en la mejilla, encaminándose hacia la parada de buses.

Llegamos al auto y la ventanilla del copiloto baja lentamente, dejando ver al rubio trajeado con gafas de aviador. Trago grueso. Se quita las gafas y me observa de arriba hacia abajo sin ocultar el desagrado en su rostro.

Es la segunda vez que me topo con el papá de la muda y puedo constatar que su presencia te hace sentir inferior.

—¿Acaso llevaremos al de la discapacidad visual? —cuestiona en tono burlón.

Adhara rueda los ojos e ingresa al asiento del copiloto, ubicando una de sus manos sobre el hombro de su padre.

—Papá no seas así, invité al novio de Aly a la casa para que nos conozca. Además, Alhena está allí —la cara del hombre es un poema. Aprieta el volante con demasiada fuerza y lo único que quiero hacer es salir corriendo. Si las miradas mataran, yo ya estaría tres metros bajo tierra.

Desisto de la idea pues, Alya entrelaza nuestras manos de manera un poco torpe y me da un leve apretón en señal de apoyo. Se aclara la garganta antes de hablar:

—No es mi novio, pero estamos saliendo —musita y su padre no aparta la vista de la unión de nuestras manos.

—Bien —masculla un tanto resignado. Aly me insta a que suba a la parte de atrás y así lo hago, luego de que ella se monta, el señor Sallow pone el auto en marcha.

Me limito a observar el paisaje a través de la ventanilla, aún falta mucho para que el invierno abandone el pueblo y espero ansioso al verano porque el frío es insoportable. De vez en cuando le dedico miradas fugaces a la muda y está tensa, si ella está nerviosa, yo lo estoy el triple.

El padre de Aly no deja de observarme por el retrovisor y creo que ya no puedo hundirme más en el asiento, la incomodidad puede palparse dentro del vehículo.

El hombre estaciona el Ferrari en la entrada de la mansión y bajo detrás de Aly luego de que el padre nos informe que dejará el auto en el garaje. Adhara es la primera en ingresar y me quedo un tanto embobado en el marco de la puerta al observar lo enorme que es la sala.

En la fiesta de los gemelos no se podía apreciar, pero ahora noto que es inmensa. Salgo de mi ensimismamiento al escuchar otros pasos acercarse y una mujer muy parecida a Adhara se coloca frente a mí, regalándome una sonrisa coqueta.

—¿Y quién es este guapo? —cuestiona escaneándome por completo. Me siento un tanto cohibido por la atención que estoy recibiendo y oigo un jadeo por parte de Adhara.



#17185 en Otros
#2787 en Acción
#27306 en Novela romántica

En el texto hay: romance, accion, accion drama

Editado: 12.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.