Los Sallow [sangre Oscura #1]

Capítulo 29

Capítulo 29: "Nunca dejes que te maten".

[4 de Marzo del 2016, viernes]

*Alya*

¿Es así como se siente un corazón roto?

Pues vaya mierda.

No estoy muy segura si es sea realmente el síntoma, lo más probable es que sea mi orgullo consolando a mi ego.

Echo la cabeza hacia atrás y me acomodo en el espaldar de la silla, escuchando las quejas de mi hermana mientras ordena su habitación.

—Edmond jodía con la pregunta tres y la maestra nos pilló, no se como decirle a papá que saqué cero en el examen —se exaspera y apoya la escoba en el piso con mayor fuerza—. ¿Sabes que fue lo peor?, ese día en el gimnasio, perdí una pelea. ¡Puedes creerlo!, llevo meses siendo la peleadora invicta y perdí contra un bobo.

Asiento a todo lo que dice, pero tengo la cabeza en otro lado. En una persona, para ser más precisa. Maldito sea el día que dejé a Jonathan entrar en mi vida, el insomnio se ha convertido en mi fiel compañero cada noche, recordándome todo lo que vivimos y lo tonta que fui.

Y es que el idiota no ayuda, sigue ahí, insistiendo y estoy a nada de arrancarme las orejas para dejar de escucharlo.

—Aly, ¿me estás escuchando? —Adhara se posa frente a mí con las manos en la cadera. Genial, he tenido otro viaje astral.

—Sí.

—A ver, ¿Qué dije?

—Que suspendiste el examen y perdiste una pelea —entrecierra sus ojos hacia mí y hala de mi brazo para que me levante. Pongo resistencia, pero termino poniéndome de pie y me conduce hasta su cama.

—¿Cómo te sientes?, después de que... ya sabes —inquiere un tanto dudosa por mi reacción.

—Bien.

—Eres pésima mintiendo. ¿Te has visto? Esas ojeras no desaparecen ni con un corrector mágico y ya casi ni comes... —la interrumpo.

—Estoy bien —asevero y eso la molesta.

—No lo estás. Mira, no soy muy experta en esto de las relaciones, pero Jonathan... él te hace diferente, te hace feliz.

—No quiero hablar del idiota.

—Lo sé y también creo que fue un completo idiota, pero cuando estabas con él, sonreías todo el tiempo. Tus ojos se iluminaban al nombrarlo y no creo que ahora simplemente lo odies —ruedo los ojos.

Ese es el problema, no lo odio. Quiero odiarlo y con todas mis fuerzas, sin embargo, mi corazón es tan traicionero que se emociona cuando está cerca, necesito que se aleje y a la vez que no deje de luchar por esto a lo que nunca pudimos ponerle un nombre.

Estoy por irme, pero Deneb irrumpe en la habitación y su expresión denota preocupación, lo que me pone alerta.

—A la sala de juegos, tú también —señala a Adhara y no tardamos en salir, siguiendo a mi hermano escaleras abajo.

Luego de atravesar el pasadizo secreto y abrir la enorme puerta, observo desde arriba como el resto de mi familia se encuentra congregada alrededor del escritorio de papá. Hasta Joe se encuentra aquí, eso quiere decir que la situación es alarmante.

Llegamos hasta ellos y por las caras que tienen asumo que algo malo ocurrió, o está por ocurrir.

—Daniel me llamó —empieza papá con la voz rasposa—, el edificio en el que vivían fue bombardeado.

Adhara jadea y se sostiene de mi brazo cuando está a punto de caer. No soy capaz de escuchar a Darcy, solo sigo el movimiento de sus labios mientras siento mis sienes palpitar.

Sé que no nos vemos muy seguido, pero son mi familia, son mi sangre y los pocos momentos que hemos compartido han sido increíbles.

—Están bien, afortunadamente habían salido a dar un paseo cuando sucedió —esas palabras desaparecen la enorme opresión en mi pecho. Si a mí me hubiese dolido sus muertes, a papá lo devastaba.

—¿En dónde están viviendo ahora? —cuestiona Alhena sin dejar de morderse el dedo pulgar, lo hace cuando está nerviosa.

—Me dijeron que estaban en un hotel —se pasa la mano por el cabello y la deja en la nuca, suspira—. La FDIS tiene que estar detrás de esto, no cabe duda.

—Si están en Londres puedo rastrearlos —propone Deneb—, si bombardearon el edificio quiere decir que están aquí.

—Bien, pediré que te traigan las computadoras para que te instales —mi hermano asiente y papá empieza a buscar algo dentro de los cajones.

—¿Qué haremos? —me atrevo a preguntar.

—Ustedes nada, iré a Londres solo —Alhena niega de inmediato.

—No irás sin nosotros, ¿y si te atrapan?

—Daniel tiene gente que lo cuida, ¿verdad? —interviene Joe y ninguno se molesta en ocultar su sorpresa, jamás se mete en asuntos como estos—. Tu padre estará bien cariño.

—El friki tiene razón.

Mamá no dice nada, sé que quiere replicar, pero he aprendido que prefiere hablar con papá a solas y no cuando alguno de los cinco esta presente.

Deimos se mantiene pensativo, no ha pronunciado palabra alguna desde que estoy aquí. Algo me dice que tampoco esta de acuerdo.

Adhara se acerca a papá y detiene la búsqueda que tiene en el escritorio tomándolo de las manos.

—Por favor no vallas, si te pasa algo yo... —no es capaz de terminar la oración.

—No me pasará nada mi estrellita —apoya una de sus manos en la mejilla de mi hermana—. Ayudaré a mi hermano y volveré en una sola pieza, te lo prometo.

Besa su frente y eso parece tranquilizarla.

Realmente espero que no le pase nada malo.

***

[7 de Marzo del 2016, lunes]

—Bien, vamos a trabajar en parejas —informa el maestro antes de tomar unas cuantas hojas de su escritorio.

Explica que debemos realizar un ensayo de cuatro mil palabras y cada pareja tendrá un tema diferente, el plazo es de dos semanas.

Me mantengo rígida en el asiento sin despegar la vista de la pizarra, Jonathan no deja de observarme desde su asiento, puedo sentir el peso de su mirada y estoy a punto de enterrarle una navaja en el ojo frente a todo el salón.



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En el texto hay: romance, accion, accion drama

Editado: 12.06.2021

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