Los Sallow [sangre Oscura #1]

Capítulo 34

Capítulo 34: Monstruo.

[29 de marzo del 2016, martes]

—Aquí tienes —Deneb me entrega el par de fotografías que analizo con detenimiento.

No tienen la mejor resolución, pero algo es algo. Me basta para poner en marcha lo que llevo planeando desde hace días.

—Bien, ¿Cuándo será? —inquiere Deimos echándole un ojo a las fotos.

—Hoy —ambos asienten de acuerdo.

Enderezo la espalda sintiendo a varios pares de ojos sobre mí. Me voy acostumbrando, resulta que ahora todos están interesados en la mejor amiga de la muerta.

Malditos entrometidos.

Las miradas de pena son el pan de cada día, algunos me dieron el pésame y otros intentaron acercarse, pero se desencantaron de inmediato.

Ella era la única que me quería tal cual.

Y ya no está. No espero que alguien ocupe su lugar, no creo que haya persona alguna que le llegue a los talones, era única. Y por ello, llevo días planeando la mayor masacre en la historia de Abalee.

—Sabes que cuentas conmigo para lo que sea, si necesitas hablar... —susurra Deimos para que solo yo lo escuche.

—No necesito hablar, necesito matarlos —levanto el par de hojas a la altura de su rostro y suspira resignado. Lleva días queriendo hacer la de psicólogo y él ni siquiera puede con su mierda.

El timbre anuncia que debemos volver a clases. Me despido de mis hermanos y a paso rápido me dirijo al salón, pero Jonathan me bloquea el paso.

—¿Qué quieres? —espeto. No estoy para hablar con nadie y lo último que quiero es mandarlo a la mierda. Tengo demasiados problemas, no deseo agregar otro a la lista.

—Me has estado evitando todos estos días Aly, estoy preocupado —mi paciencia empieza un conteo regresivo.

—Ya me viste, estoy bien. Adiós —lo rodeo para avanzar, pero lo que dice a continuación me detiene:

—Si con bien te refieres a hacerte la ruda y actuar como si nada pasó, estás siendo una hipócrita —No, no acaba de decir eso.

Me volteo lentamente. Ruego para mis adentros haber escuchado mal, por su bien, espero haber escuchado mal.

—¿Qué dijiste? —cuestiono bajito.

—Que estás siendo una hipócrita.

Me ha dejado sin habla. Se siente como recibir un golpe en el estómago, esos que te dejan sin aire.

¿Así es como me ve? ¿Como la mala de la historia?

Parece que es consciente de sus palabras ya que suaviza el gesto y ahora luce un tanto nervioso.

—Haces como si no te afectara, como si no te doliera...

—No sabes nada —mascullo eliminando el espacio que nos separa—, no tienes ni la más mínima idea de lo que me afecta o no.

—Alya...

—Y ahórrate tus comentarios porque no me conoces Jonathan...

—Alya me estás lastimando —se queja y entonces reacciono.

No sé en qué momento lo tomé de la muñeca, pero estaba apretando tan fuerte que su piel se encontraba enrojecida. Lo suelto de inmediato, las marcas de mis uñas son bastante notorias y me reprocho mentalmente por ser impulsiva. Empieza a sobarse la muñeca con la otra mano, luciendo bastante desconcertado.

—Lo siento —es lo único que digo antes de prácticamente correr lejos de él.

A este paso, será muy difícil que volvamos a estar juntos. Estoy con la mierda hasta el cuello y por ello no lo quiero cerca. Si estamos mal, vamos a terminar peor.

***

Las estrellas iluminan el cielo nocturno de Abalee. Me doy unos segundos para tomar una profunda respiración y acto seguido recargo la M16 antes de ubicarla en el cajón de la camioneta.

Me acomodo el chaleco antibalas y el intercomunicador antes de dar un vistazo a mi alrededor, nuestros hombre corren de aquí para allá sosteniendo sus armas; alistando las camionetas para partir lo antes posible.

—Aly —volteo cuando escucho la voz del tío Daniel tras mi espalda—. Estamos listos, Deneb ya se fue con algunos para asegurar el perímetro.

Asiento.

—Bien, reúnelos a todos —pega un grito llamando la atención de los matones y de mi familia también.

Se congregan a mi alrededor, causándome un leve cosquilleo en el estómago. Estoy nerviosa y emocionada a la vez.

Carraspeo antes de hablar y trato de que mi voz salga lo más firme posible.

—Creo que no debo explicarles lo que deben hacer —varios niegan—. Maten a todo lo que se mueva, menos a estos dos.

Gen y Kioko empiezan a repartir las fotografías de los dos sujetos a los que quiero vivos. Los que le arrebataron la vida a mi mejor amiga. No dejaré que sus muertes sean rápidas, quiero que sufran, arrancarles la piel mientras estén conscientes y sacarles los dientes para que se los traguen uno a uno.

—Grábense bien sus caras, los quiero vivos y al que me falle lo mato por incompetente —asiento hacia el tío Daniel y este da la orden para partir.

Que Deneb tuviese la ubicación exacta del campamento de la FDIS, ayudó mucho a concretar mi plan.

Le pedí a Daniel que reclutara más hombres, lo del incidente de Alhena nos había dejado en desventaja, pero ahora somos más. Esos idiotas creen que nos echamos al sufrimiento, que bajamos la guardia y agitamos la bandera blanca en señal de rendición.

No contaron con que una Sallow llena de venganza es más fuerte que una patética tropa.

Antes de irnos, me acerco a mamá y esta deja un tierno beso en mi frente.

—Cuídate mucho mi niña.

—Lo haré.

Voy hasta la camioneta donde me esperan papá y mis hermanos; aún no estoy de acuerdo con que Alhena venga con nosotros, pero es tan terca que de todas formas iría.

Antes de subir, volteo y miro hacia arriba, a la ventana de la habitación de Adhara. Está allí, observando todo y evitando ser parte de esto.

Siente el peso de mi mirada y entonces agita su mano en mi dirección antes de lanzarme un beso.



#14792 en Otros
#2353 en Acción
#23858 en Novela romántica

En el texto hay: romance, accion, accion drama

Editado: 12.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.