El Rey Akim quedo pensativo por las palabras de la vudú, sabía que su hija era especial pero también tenía algo siniestro en su interior que aun no despertaba y que no era normal en una Originals, nadie podía saber que ella es la ultima descendiente. La reunión con la manada culmino lo antes esperado, pues no había novedades graves que atender por lo que todo salió bien. Quedo firmando unos papeles en el despacho, agudizo sus oídos lobunos y escucho que sus hijos ya habían regresado del colegio, les encantaba estar cerca de ellos, lo eran todo para él.
--PAPAAAAAA HERMOSOOO ¿SE ENCUENTRA POR AQUII?- grito Aranza emocionada y fingiendo no ser escuchada, ella sabia los súper sentidos desarrollados de los lobos por lo que gritaba a propósito ya que eso hacia molestar a un hermano en especial ¡alexter!
--Cálmate y déjala que grite, lo hace a propósito- rio Stefan, pues sabía las intenciones de su hermana.
A continuación, un gran abrazo de su padre recibieron los tres, pero se quedo abrazando más a la reina de la casa.
--¿Cómo les fue en el colegio?- Pregunto su padre, -¿Aranza entregaste todo?- sabía que su hija no era una loba aun, pero estudiaba mucho la licantropía para fingir ser igual que los demás.
--Si por supuesto papa, no te dejaría en pena- rio por tal comentario. Pues un día casi la regaba delante sus compañeros fingiendo ser una loba “súper desarrollada” diciendo cosas incoherentes, y sus hermanos la salvaron, por lo que se dedico a estudiar más sobre estos seres sobrenaturales, para que no le ocurriera de nuevo.
--A mi también me fue bien padre, la verdad hasta sueño me dio la clase- hablo Stefan con un ánimo, que nadie lo compraría.
--¿Y a ti alexter?- interrogo el rey, alexter era más serio pero cuando se lo proponía era un lobo cariñosito.
--Muy bien padre, a decir verdad estuvo fácil el ensayo de hoy- contesto sin más que agregar.