AL OTRO LADO DE LA CASA
Aranza estaba en su habitación leyendo un libro acerca de los mates lobuno, pues aun se preguntaba el porqué sentía una corriente eléctrica con su hermano, con Stefan no le pasaba lo mismo y los tres eran muy unidos desde pequeñitos.
Se abrió la puerta de la habitación
-Mi niñita amada ¿Por qué tanto desorden en este cuarto?- dijo mi nanita maría, caminando y recogiendo mi ropa del suelo.
-¡Ay! Lo siento madre bella- me levante ayudarla –no volverá a ocurrir-. Llegue del colegio y me lance fue a la cama, había decidido ordenar luego, pero mi nana se adelanto a ver mi desorden.
-Madre te puedo preguntar algo- tenia curiosidad y sé que mi nanita me lo diría, bueno espero que sea así. Ella me miro asintiendo de manera que procediera a preguntarle.
-¿Por qué siempre debo llevar este brazalete puesto? ¿Es para que mi olor de humana no me delate?- ella se acerco a mí y me agarro por la cintura y me dirigió a sentarme con ella en la cama.
-Pues bien- comenzó a decir –ese brazalete que tienes allí, es ciertamente para ocultar tu olor de humana- sabia que lo diría- porque como sabrás tu papa solo sello el colegio para que no te delataras tu misma, pero había que cuidarte también dentro del valle- es verdad mi papa había hablado con una bruja para que el colegio solo se concentrara el olor a lobos y apestosos, reí por ese último pensamiento.
-¿Y que pasa si mi mate no me encuentra porque mi esencia se oculta?- mi nana se sorprendió por tal pregunta, ¿acaso yo no tendría un lobo sexy como mate?
-Pregúntale a tu papa hijita amada- hice un gesto de molestia- el sabrá explicarte mejor que yo- se levanto de la cama y puso mi ropa tirada en la cesta de ropa sucia y sin más que decir me dio un besito en la frente –te iré a preparar la torta de chocolate que tanto te gusta- me pico el ojo y se fue directo a la cocina. Me emocione pues iba a comer torta.
El brazalete es plateado con dijes colgantes de luna y estrella, desde que tengo memoria la tengo puesta en mi muñeca, a medida que iba creciendo me la iban acomodando para que quedara a la medida perfecta.