Los Samaritanos de Satán

III: Otra presentación sangrienta

                                                                     1 

                                                                    11:27 PM

Rend empacaba sus cosas en su pequeño bolso Verratti, porque se disponía a irse de la comisaria a su pequeña casa en Peugeot para dormir; debía esperar un taxi y el lugar concurrido más cercano para coger uno era una cafetería que estaba a 400 metros de distancia. Él tendría que caminar al menos unos 200 km.

«Chris, Bill y Marcus ya se encontraran en sus casas y yo aquí caminando. ¡Joder!» pensó, antes de que sus ojos se alertaran al ver un auto de marca Audi acercarse con una velocidad alarmantemente baja; las ventanas estaban cerradas y recubiertas de lo que parecía ser papel regaliz.

Entre más se acercaba a Masson más bajaba la velocidad y este por precaución abrió sus manos dejando caer su bolso, para meterlas en los bolsillos de su chaqueta Verdi de cuero italiano, y agarrar cuidadosamente una navaja que siempre tenía con él.

¡Se preguntaran! — ¿Y su pistola? ¿No está en su Verratti?— No, desde que lo habían transferido a Fallen siempre dejaba su armamento en la comisaria pues no veía necesario cargarla consigo en ese pueblo tan tranquilo.

Bajaron la ventana del conductor y a los ojos de Rend se presentó el torso descuidado y gordo de lo que parecía ser un hombre, aunque sus pechos sobresalían, pero Masson supuso que era la corpulencia que lo hacía verse así.

— ¿Quiere un aventón? —Le expresó con voz gruesa e inquietante aquel "hombre", Masson le miró la cara, esta era exuberantemente gorda y llena de granos negros que parecían pequeños gusanillos, además también miraba de arriba a abajo el auto.

—No gracias, señor prefiero caminar —, alegó él y siguió caminando.

— ¡Vamos amigo! Los dos sabemos que en verdad quiere el aventón —, objetó el hombre.

Masson solo lo vio con antipatía, en realidad quería subirse, tuvo unos 15 segundos de duda y confirmó con la cabeza que sí se iría en el auto.

Subió su bolso y después él; ya adentro del Audi aquel hombre comenzó a conducir sin siquiera preguntarle a donde lo llevaría, y al andar unos 4 metros Rend le puntualizó que vivía en Peugeot pero no en que casa, el hombre solo asintió con la cabeza. Condujo unos 7 kilómetros y estaban en Gerrous Street a unos 20 Km de distancia de donde vive Rend, entonces el policía comenzó a desesperar más y más.

— ¿A dónde vamos? —Preguntó mirándolo con ojos desconcertados y punzantes. Con las manos todavía en los bolsillos de la chaqueta y moviendo la navaja de un lado a otro.

El hombre solo giro hacia él su cara gorda y repulsiva, reflejando en sus ojos marrones la infinidad del universo y para luego estacionarse a un lado de la carretera; «Que va a hacer» murmuro en voz baja Masson, mientras aquel hombre aparentemente orinaba.

Rend miró hacia el otro lado del camino por unos dos minutos antes de escuchar un chirrido de dolor y el estruendo que procedía de la caída del hombre. — ¡Cayó como tabla!— así diría su hermano Brandon si estuviera con él.

El polícia se levantó lo más rápido que pudo y cuando se agachaba para ayudarlo este se inclinó hacia él. En su mano derecha tenía una lata de spray y le rocío la sustancia que estaba en esta en la cara, Rend instintivamente sacó la navaja  segundos muy tarde e intento apuñalarlo pero era inútil lo habían cegado, tiraba navajazos al aire y estaba comenzando a sentirse mareado y no duró mucho en desmayarse.

11:50 PM

Simpson no fue a casa sino que volvió a su oficina, ya que los tragos — ¡Le impulsaron a seguir con el caso el resto de ese día!— Marcaron las 12:00 AM cuando llegó a la comisaria; estacionó su auto y tomo su copia de las llaves de la oficina suponiendo que sus compañeros se habían ido — ¡Pero no!— Heston se encontraba allí mirando la información de los homicidios. Y al mirar al detective sus ojos centellearon levemente de efímero nerviosismo, para luego tomar una postura segura y preguntar:

— ¿Qué hace aquí detective? ¿Por qué ha vuelto?

—Hay trabajo que hacer, por eso he vuelto —. Contestó su superior con una voz sutilmente irónica y atacante, destilando un olor inmundo a anís en su aliento, mientras movía su cabeza en un gesto de desaprobación absoluta.

Simpson se dirigió a los ficheros de cada caso que habían investigado, específicamente a las pruebas de los actuales homicidios y ojeo cada papel rápidamente, desde la muerte de Randy Meller hasta la de Howard Johnson, la última registrada por la Samaritana de Satán, hasta que la autopsia de Mendes demostrará lo contrario.

Seguidamente los colocó a la vista de sus parpados estrellados, asegurándose de que no faltará ninguna prueba. No había nada fuera de lo común o al menos para la vista alcoholizada de Simpson, quién volvió a poner el papeleo en el fichero donde anteriormente estaba y se sentó, para luego recostarse boca abajo en su mesilla de trabajo y en unos minutos quedarse dormido en la misma. Mientras que Chris se dirigía hacía a su superior para...

11:56 PM

Herstensin yacía en su cama desairado y perturbado por la escena del crimen que horas atrás había descubierto, « ¿Será en verdad un asesinato de La Samaritana?» pensó antes de que su mente se llenara de imágenes de Marcus y Rend; estas se desvanecieron así de rápido como habían llegado; su piel se erizo y de manera inconsciente como si hubiera estado programado para salir tomo las llaves de su auto, uno de sus abrigos de terciopelo y su pistola. Subió a su Ford Focus y comenzó a manejar a 160 k/h en dirección a la comisaria. Pasaba las señales de tránsito y los semáforos como un verdadero gánster con un apuro incomprensible y sus ojos figurando sobre-exaltados y lúcidos en todo el camino.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.