Caminamos hacia el jardín pero en lugar de quedarnos en donde estaban nuestras plantas, la chica alta nos llevó hasta una zona cubierta por arboles rosales y frutales que estaba protegida por una barrera invisible. Al tocarla no me causaba daño pero podía ver como pequeños rayos se pegaban a mi mano.
—Apuesto a que nunca habías visto algo así— Comentó Dafne al verme. Supongo que mi expresión me delataba.
—En casa lo más seguro que tenemos son candados— Admití con una sonrisa avergonzada.
—En mi casa también. Papá no confía en estas tecnologías— Señalo Ceres encogiéndose de hombros.
— ¿De verdad? Son muy útiles y mucha de esta tecnología es gracias a la empresa de tu padre, ahora que lo pienso— Le dijo Minerva pensativa y entonces sin mirar metió una contraseña en la misma barrera, supongo, porque la barrera se abrió a los segundos.
—Sí, lo sé pero bueno ¿Yo que puedo hacer?— Ceres se encogió de hombros.
Sin más entramos al área y la barrera se cerró tras nosotros, pudiendo entonces ver que los arboles de frutas no era lo único que había, también se plantaron fresales e incluso algunas vides verdes y moradas bastante bien cuidadas. O sea, eran bastante grandes.
— ¡Son hermosas!— Dije corriendo a verlas de cerca con una gran sonrisa— Huelen bien y tienen un color brillante y estas fresas también son perfectas ¡Estas podrían un poco celosa a mi mamá!
—Lo sé, los fresales son muy sensibles pero tenemos algunos miembros increíbles que las hacen crecer como si nada, y son muy ricas, la mayoría del tiempo— Minerva asintió y se acercó— ¿Quieren probar?
— ¿Podemos?— Dafne se sorprendió.
—Claro— La chica se encogió de hombros y tomo una para comerla— Aunque no lo parezca, yo soy la líder del club así que si faltan algunos gramos seré yo quien responda por eso.
—No quiero meterte en problemas— Dije negando con la cabeza.
— ¡Esta muy rica!— Dijo Ceres a mi lado, comiendo una mientras cubría su boca con su mano.
Ni me sorprendió.
—No te preocupes, aún falta para su recolección— Dijo Minerva guiñándome un ojo— Pruébenlas y si quieren tomen algunas frutas. Esas las vendemos en el mercado para sustentar gastos extras del club y hasta de la escuela.
— ¿Cómo qué?— Pregunté tomando una y comiéndola, entonces mis papilas gustativas se activaron de forma tan intensa que tuve que sujetarme la mejilla debido a esa extraña sensación en la boca ¡Eran tan dulces!— ¡Estas deliciosas! ¡Podría preparar cosas muy ricas con esto!
—Oh ¿Cocinas?— Minerva se mostró muy interesada.
—Mi mamá tiene un restaurante así que me enseño un poco— Le dije.
— ¿De verdad? Pues quizá si pruebo esos platillos pueda venderle ingredientes de mucha calidad— Ofreció Minerva poniendo los brazos en jarra.
Abrí mucho mis ojos y negué con la cabeza— ¡Imposible, no podríamos pagarlos!
—Si te unes al club podríamos hacerte un muy generoso descuento— Sonrió Minerva comiéndose una uva también— Y si me gustan, podría aumentar todavía más ese descuento ¿Qué te parece?
— ¿Eso no sería desvió de recursos?— Pregunté, inclinando levemente mi rostro.
La chica soltó una gran risotada— Como te dije, lo hacemos para cubrir gastos extras, pero si podemos venderlo de forma segura en lugar de competir en el mercado, que mejor, la verdad…
— ¡Esta deliciosa, mira!— Ceres llamo a Dafne quien termino probando una uva de otro color.
—Ah, es verdad, es más dulce— Dafne mastico lentamente, cubriendo su boca con su mano.
Minerva les miraba con una leve sonrisa— Bueno ¿Qué me dices?
Me quede mirando las raíces de una de las vides.
— ¡Mira esta, esta rica y tiene otro color!— Ceres se acercó a mí y me mostro un uva con una gran sonrisa. La chica que se supone tenía más estatus que yo, tenía la mejilla manchada de jugo de uva.
—Gracias— La tome para probarla y de no pude evitar suspirar— De verdad aun no entiendo como es tan rica…
—Si se unen, podrán probar algunos de esos y más frutas— Minerva se mostró orgullosa— Como chica, sé que la única forma de llegar al corazón de una es con comida así que ¿Qué me dicen?
Las tres nos miramos. Ceres masticaba una manzana con cierta despreocupación.
— ¡Creo que me gusta! ¡Mejor que cazar monstruos!— Dijo Ceres con los ojos brillantes— ¡Yo sí quiero unirme!
—Mi señora— Hades le toco la cabeza.
—Ah, cierto, mañana… ¡Tengo que pensarlo!— Se corrigió Ceres.
Dafne me miro pero yo no podía tomar la decisión por ambas.
—Nosotras también lo pensaremos— Dijo Dafne sonriendo un poco tras un rato.
—Perfecto— Minerva rodeo a Ceres sobre su hombro— Ahora ¿Por qué no me ayudan a trasplantar algunas rosas? Tranquilas, no es un trabajo pesado.
La chica nos explicó cómo trabajar con esas rosas. No era pesado y de alguna forma era... Relajante. La verdad es que el resto de la tarde trabajando con las flores me sentó de maravilla.