Los secretos de Fos

Hades XLI

Admito que cuando no estás jugando el “Juego” se vuelve un tanto aburrido, al menos repetitivo en ocasiones y yo, siendo el ser mágico más poderoso jamás visto, me aburro más que los calvos que son héroes por diversión y era tanto eso, que había vuelto a coser en mis tiempos libres ¿Se imaginan? Como para una estampilla pero le termine haciendo un gorro a Ceres que no quería usar porque, según era vergonzoso pero yo pensaba que era uno de mis mejores trabajos.

Ni siquiera la reunión que iba a tener Ceres me interesaba tanto (Mentira, si lo hacía)

Ahora vivo mi vida a través de una chica de quince años… Suena tan patético.

Resulta que el campamento de entrenamiento era en una semana. Tras el incidente de Equidna se buscaba eliminar a la mayor cantidad de enemigos que se pudiera del bosque para evitar que se formaran monstruos así.

La decisión levanto algunas cejas pero los alumnos mayores motivaron a los más jóvenes, mencionando que rodearían el perímetro para que los de primero estuvieran siempre rodeados de chicos con más experiencia. Una formación de protección.

De todos modos, el movimiento de los monstruo se disipo mucho tras lo pasado con la madre de los monstruos aunque yo seguía sintiendo el peligro por ahí ¿Era raro? Pues un poco ¿A qué le tenía miedo yo? A nadie, claro, solo digo...

Habíamos retomado los entrenamientos pero nos estábamos centrando en nuestras armas sagradas lo que no siempre es bueno. La creatividad de Ceres es infinita desde que le conté las historias de ciencia ficción pero yo no podía replicar algo que no entendía del todo y cuando lo hacía y era algo nuevo, terminábamos agotados.

Aunque admito que de todas formas nos ha servido para crear nuevas cosas.

Levante la vista de mi nuevo proyecto de costura, una bufanda para ver a Ceres quien buscaba desesperadamente en su ropero.

—Llevas más de media hora ahí ¿Por qué es tan difícil?— Pregunte, haciendo otro movimiento con mis agujas.

—Es que no sé qué ponerme— Ceres se dejó caer en la cama.

—Usa algo sencillo, van a comer y a visitar el museo real ¿No?— Le mire con atención.

—Artemisa nos invitó a su restaurante también y ahora si irá Cleo y Dafne, además de que recorreremos algunas tiendas… No es solo el museo— Dijo ella mirando con atención un vestido rojo y luego uno azul desde donde estaba— ¡Todo es demasiado formal!

— ¿Así que ese es el problema?— No podía ponerse algo sencillo porque no tenía cosas sencillas.

—La última vez contraste un poco con la ropa de Artemisa y ahora no quiero que pase. Quiero verme natural, como amigas no ricas… No sé si decirlo así— Me explico mirando su vestido rojo, con los labios fruncidos.

— ¿No quieres destacar? ¿De verdad?— Me mostré horrorizado, tanto que me acerque a tocar su frente.

—Yo destaco siempre— Dijo ella mirándome con orgullo, indignada y luego soltó un largo suspiro— Solo no quiero que pase de nuevo lo de la otra vez. Tanto por nosotras como por Artemisa.

—Tiene sentido— No esperaba que le preocupara eso.

—No sería justo que nadie disfrutara de su comida solo porque la gente es clasista— Dijo mirándome con atención y bajando la vista— Aunque yo era igual antes ¿No? Tampoco tendría forma de replicarles.

—Pero ya no eres así, así que está bien, puedes hacerlo— Me encogí de hombros.

—Supongo que es verdad— Esbozo una pequeña sonrisa— Es un desperdicio, al fin y al cabo todos necesitamos de todos, así como yo necesito que Martha me cocine, ella necesita dinero para cuidar a su familia ¿No? ¿Algo así? Y lo mismo ocurre con los privilegiados y los no privilegiados.

Note que ese pensamiento estaba exigiendo mucho de ella pero me enorgullecía. Toda una villana restituida.

—De todos modos, creo que no deberían dejarse molestar por los comentarios de la gente— Le dije tratando de no se le quemara su cerebro y que regresara a hablar de lo que importaba.

—A mí me da igual pero creo que a ella no— Dijo Ceres tomando el vestido— ¿Crees que podríamos quitarle algunos holanes a este?

—Sí, podía y lo hare— Dije encogiéndome de hombros. Era un trabajo más sencillo que la bufanda con nombre que estaba haciendo.

—Gracias…

—Me alegra que te la estés pasando bien— Dije sonriéndole con honestidad.

—Es mejor que estar sola en casa…

—Claro, Tsunceres

— ¡No soy tsundere! ¡No me llames así!

Solo pude reírme.

— ¿Ustedes de verdad olvidan todo cuando morimos sus compañeros humanos?— Pregunto la chica mirándome con atención, mientras movía sus piernas como si fuera una niña pequeña. Yo ya había comenzado a trabajar en el vestido.

— ¿Y eso a que viene ahora?— Le mire con una ceja levantada.

—No lo sé, olvídalo, estaba aburrida, por cierto ¿Por qué no terminas de contarme sobre esos zombies? Parecías muy serio respecto al tema ¿De esos existen? ¿Muertos que reviven? ¿Has visto alguno?

—No, nunca he visto uno— Aseguro— Pero es un tema interesante ¿No te parece?



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En el texto hay: escolar, magia, animalesfantasticos

Editado: 31.05.2025

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