—“Bueno, creo que ya estas ¿Listo?”— Dijo la suave voz de una mujer aunque no lograba vislumbrar su rostro, solo notando que vestía un traje negro, con pantalones y un saco, y debajo de este una blusa blanca con una flor bordada en el pecho. Era ropa rara, como la que hace Hades.
—Como siempre— Esa era mi voz pero al mismo tiempo no lo era… Si, suena raro.
—“A veces tu confianza me perturba pero yo tengo la culpa de eso”— Admitió la mujer dejando caer sus hombros.
—Eso es verdad.
—“¡Deberías negarlo!”
De alguna forma me sentía tranquila, como si no fuera a hacer algo diferente de lo que hago normalmente pero… Eso no me impedía sentir los latidos de corazón de la mujer, acelerado, bastante. Sentía que lo escuchaba en mi oído como tambores muy fuertes.
Era como estar fusionado con Hades pero… No estaba fusionada con esa mujer, creo.
—Tranquila mamá, todo estará bien— Dije de nuevo ¿Mamá?— Ya hicimos esto muchas veces antes y nos preparamos para cualquier cosa que podría salir mal. Te aseguro que estoy listo para manejar cualquier problema.
—“Lo sé, yo te crie para que esto sea pan comido pero aun así no pudo evitar tener miedo”— Admitió la mujer y pude notar su sonrisa, quebrada pero al mismo tiempo tranquilizante. Tampoco quería hacer hincapié en eso.
— ¿Cómo decimos siempre?— Mi voz también sonó tranquilizadora.
La mujer esbozo una sonrisa un tanto más confiada— “¡A patearles el trasero!”
Me encontraba en un nuevo lugar, completamente oscuro pero al instante cubrí mis orejas con fuerza pues millones de voces comenzaron a aturdirme desde todas las direcciones, provocándome dolor.
— ¿Qué es este lugar?— Pregunté apretando con más fuerza mis orejas, haciendo una mueca de dolor.
Entonces abrí los ojos con un terrible dolor de cabeza y una extraña sensación de que me caía hacia el infinito, lo que provoco que me levantara con tal brusquedad que termine golpeando a Cleo en la cabeza con la mía.
— ¡Au!— Eso no ayudo a mi cabeza que aun daba vueltas y reciba pulsaciones de vez en cuando.
Cleo se quejó en silencio y me contemplo mientras se sobaba la barbilla— ¿Ya estás bien?
—Sí, lo siento…— Dije y entonces mire a todos lados, notando que estábamos en una sala blanca con algunas repisas donde había medicamentos y otros aditamentos médicos. Una enfermería— ¿Es la escuela? ¿Cuánto dormí?
—No, es la enfermería del palacio— Cleo negó con la cabeza— Las chicas están afuera.
—Ya veo, entonces hay que ir con ellas.
—Debes descansar— Dijo Cleo deteniéndome pues estaba por erguirme.
— ¡Claro que no! Ya estoy bien— Dije esbozando una leve sonrisa tras aclarar mi garganta. Ya me sentía mejor, ya no me dolía la cabeza más allá del golpe y sobre todo no me quería quedar ahí acostada— Son nuestros días de descanso y por la ciencia que los aprovechare.
— ¿S-segura?— Cleo me miraba incrédula.
—Claro— Me levante de la cama con un rápido movimiento— ¡Vamos, vamos! Ve con las chicas, solo debo estirarme… Siento que dormí mucho.
Cleo no parecía convencida pero me hizo caso.
—No te presiones— Era la voz de Hades que apareció sobre mi cabeza.
—No te preocupes ¿Sabes que me paso?— Pregunté mirándolo sobre mi cabeza aunque en realidad no podía verlo.
—En realidad… No— Parecía confundido pero al instante se inclinó para mostrarme una sonrisa— Lo más probable es que de la emoción no haya comido bien y haya terminado descompensada pero no lo sé, solo por si las dudas, avance con cuidado, por favor.
—Tienes razón, ahora mismo…— Me queje haciendo una mueca, notando el gruñido en mi estómago— Tengo hambre aunque… Tuve un sueño raro.
— ¿Un sueño?
—Si pero creo que no es momento de contártelo, quizá esta noche— Me levante y me estire un poco, aunque de nuevo me gruño el estómago, doblándome un poco— Rayos, de verdad tengo hambre.
Cuando salí al instante las chicas me rodearon.
— ¿Estás bien?— Pregunto Dafne mirándome con los ojos muy abiertos.
—Lo siento— Artemisa se disculpó conmigo al instante— Trate de atraparte y te me caíste ¿No te duele la cara?
— ¿Mi cara?— Pregunte confundida y me toque, entonces note un leve dolor— Ah, no te preocupes, agradezco el gesto. Solo hubiese sido un gran problema si terminaba con una cicatriz o algo por estilo.
—Lo siento— Artemisa bajo el rostro, notando que sus ojos se habían humedecido.
—Ya, ya, estoy bien, solo… Creo que no comí bien así que me descompense así que hay que terminar de ver las obras de arte para ir a comer— Dije dándole un par de palmaditas en su hombro.
— ¿Segura que quieres seguir?— Cleo me miro con preocupación.
—Claro que sí, estaré bien, lo juro— Dije levantando mi puño como si fuera lo más normal del mundo— Vamos, vamos, de verdad ¡Dije que aprovecharía mis días de descanso!
Me sentía algo culpable por preocuparlas pero no podía culparlas, soy muy importante…