Los secretos de Fos

Hades XLVII

— ¿Estás bien?— Preguntó Ceres mirándome con atención, poniendo los brazos en jarra— ¿Tan de los nervios te pone la expedición? ¿No se suponía que eras el ser mágico más fuerte del mundo? Esto debería ser pan comido en comparación con Equidna.

—Y lo será, solo quiero ser precavido pues no es como que mi señora sea increíblemente competente— Afirme mirándola con una ceja levantada— ¿Ya está lista?

Llevaba su uniforme de educación física solo que esta vez tenia los cabellos atados en una coleta alta— Por supuesto ¿A qué estoy genial? Pues… Espera ¡¿Qué quieres decir con eso?! ¡Soy muy competente!

No pude evitar esbozar una leve sonrisa.

La expedición se desplegaría desde los patios por lo que los equipos se reunieron ahí. Esos habían sido escogidos al inicio de la semana así que todos tuvieron tiempo para conocerse o incluso de practicar juntos.

Nosotros no teníamos problemas pues Egan era nuestro encargado e íbamos con Dafne, Cleo y Artemisa.

Era el poder del guion y no tenía nada que ver con que yo modificara los documentos mientras nadie miraba.

De todos modos, si tomaba en cuenta el guion original, el único agregado era Ceres, pues las otras dos terminaban en el equipo de Artemisa, una por ser amiga y la otra por mala suerte, de todas formas, ahí es cuando Cleo y Artemisa se volvían más cercanas, lo suficiente como para que la primera traicione a Ceres en el juego más adelante.

Egan… Bueno, nunca se menciona quien era el encargado del equipo así que rellanazo, sin ofenderlo, claro.

—Bueno, estamos listos— Egan le sonrió a todas y avanzo hacia la zona que nos fue asignada— Avanzaremos con la formación que practicamos y si el enemigo es superior, nos retiraremos aunque no se han visto enemigos tan poderosos últimamente.

—Eso es un alivio— Afirmo Ceres.

Los chicos avanzaron a paso rápido por el bosque cargando sus mochilas preparadas especialmente para esa excursión. El punto era pasar un par de noches en el bosque, eliminando monstruos y buscando formas de sobrevivir con el objetivo de que los alumnos no se hagan solo inútiles burócratas.

Creo que ya lo había explicado.

Yo estaba de acuerdo. Si mi escuela hubiese tenido algo así, muchos no desertarían aunque también podría terminar como esas escuelas de Estados Unidos.

Avanzamos por un rato y cuando nos topábamos con problemas, el que terminaba haciendo todo era Egan pese a que él mismo sugirió usar las formaciones que habíamos estado practicando.

—También podemos ayudarte— Aseguro Artemisa acercándose a él.

—Lo sé pero Ceres ya hizo la mayoría del trabajo— Egan se encogió de hombros.

— ¿Yo?

—Sabes que con la caída de Equidna, la mayoría de monstruos comenzaron a dispersarse, a irse y a comportarse como siempre lo hacían así, menos violentos, vaya por lo que ha sido más fácil cazarlos y eliminarlos— Explico Egan.

—Aun así, no me siento cómoda no haciendo nada— Artemisa se mostró avergonzada.

—Tranquila, si uno agrande aparece, usaremos la formación que creamos— Le tranquilizo Egan con una sonrisa.

—Déjalo, quizá solo esta frustrado— Dijo Zeus.

—Sospecho lo mismo— Dije yo.

— ¿Por qué?— Preguntó Ceres levantando su ceja.

Todos le miraron con la misma expresión que ella hizo.

— ¡Eso no me responde nada!— Se quejó, sonrojada.

Mientras Ceres discutía con todos, Egan caminaba al frente, buscando peligros.

Yo también hice lo propio, pues ya era hora. Tenía que encontrar esa zona especial que… Podría ser problemática pero nada... Me sentí bastante aliviado.

La tarde llego y todos se sentaron en una zona segura para preparar los alimentos.

—Yo hare esto— Dijo Dafne con cierta emoción.

—Te ayudaré— Cleo asintió.

—Yo también puedo ayudar— Dijo Ceres.

—No, claro que no— Cleo le detuvo— No olvides todas esas veces que Martha trato de enseñarte a cocinar y bueno, digamos que ninguna salió bien así que mejor haz guardia con Egan ¿Si?

—Pero…

—Iré contigo— Artemisa le arrastro hacia Egan.

—Lo siento, yo también soy pésimo cocinando— Dijo Egan avergonzado, rascando su nuca— Puedo lavar los trastes después, si quieren pero de verdad no me hagan cocinar…

—No te preocupes, creo que ellas cocinaran— Artemisa se sentó a su lado junto con Ceres quien aún estaba con los brazos cruzados y una expresión que dejaba en claro que no estaba feliz de no hacer nada.

—Tranquila, ya pronto podrás hacer algo— Le tranquilizo Egan.

—Supongo— Ceres se acomodó en su lugar para estar cómoda— Cuenten algo.

— ¿Cómo qué?— Artemisa le miro con una mueca curiosa.

— ¿Qué tal sobre mi viejo ser mágico?

Artemisa inclino su rostro, intrigada— ¿Tu viejo ser mágico?

— ¿De verdad? ¿Aquí?— Ceres miro hacia las cocineras.



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En el texto hay: escolar, magia, animalesfantasticos

Editado: 21.06.2025

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