Los secretos de Fos

Ceres LV

Tras la gran cacería nos permitían descansar un par de días extras así que decidí quedarme en mi cama a dormir, al menos lo más que pudiera hasta que el hambre me levantara.

Honestarte salir a la calle tras todo lo pasado no me parecía correcto y menos sola, además no podía negar que esa noche termine soñando que regresábamos a ese tétrico lugar oscuro y lleno de personas deformadas.

Agradecí que Hades estuviera ahí cuando me desperté sobresaltada debido al sueño pero no quería hablar mucho con él y tampoco quise acercarme a tomarlo para abrazarlo y tranquilizarme, por lo que solo me recosté de nuevo.

¿Qué era ese lugar? ¿Por qué Hades no me contaba? ¿Cómo sabia de ellos?

Hades se quedó ahí, mirando a la nada.

La puerta sonó, lo que me hizo erguirme en mi lugar— ¿Q-quién es?

—Hola— Cleo entro a su cuarto con dos charolas de comida. En realidad era Leo quien llevaba la otra charola— Note que no te habías levantado así que decidí venir a despertarte pero…

—Ya iba ir a la cocina— Mentí sonriendo de lado— Pero muchas gracias ¿Y las demás?

—Ah— Cleo se rasco la mejilla un poco avergonzada— No las invite ¿Quieres que vaya por ellas?

—No, no, estamos bien así— Le tranquilice tomando su mano— Gracias por traerme en desayuno.

—Como en los viejos tiempos.

—A veces yo también te lo llevaba a tu cama— Dije, inflando un poco mis mejillas.

—Cierto, siempre llegabas con pasteles de ese restaurante que nos gustaba— Cleo asintió arrastrando una silla para sentarse sobre una plataforma que pinto con Leo con rapidez. Un poder útil, si me preguntaban, yo solo podía controlar la gravedad— ¡A comer!

— ¿No estas agotada?

—No, estoy bien— Cleo negó con la cabeza varias veces— Honestamente me siento bien, supongo que tras dos secuestros soy un poco más resistente ¿Ves? Ni siquiera soñé con lo que paso.

Que suerte la suya.

—Me alegra pero de todas formas si necesitas…

Cleo apretó mi mano— Gracias, ya me ayudaste mucho, quizá por eso decidí ir por el desayuno esta vez, de nuevo me salvaste y quería agradecértelo y también a ti, Hades ¡Gracias a ambos!

—No me agradezca, señorita— Dijo Hades asintiendo.

—Sí, no me agradezcas. No te perdería, a ninguna, siendo honesta y como la más fuerte y brillante debía dar el ejemplo ¿No crees?— Apreté su mano de regreso— Lo importante es que podemos olvidarlo.

Pero yo sabía que no podría olvidarlo tan fácil.

—Sí, es verdad— Cleo asintió y seguimos comiendo entre bromas y platicas sin sentido.

Eso me relajo un poco.

Tras unas horas alguien toco mi cuarto— ¿Si, quién es?

—Somos Dafne y Artemisa— Dijo Artemisa detrás de la puerta— Trajimos dulces.

—Ah, adelante— Dije aplaudiendo a lo que ellas entraron.

—Trajimos esto para compartir— Artemisa coloco los dulces en la mesa a lo que yo me estire a destaparlos. Mis ojos se iluminaron al reconocerlos— ¡Mira, son los dulces de coco!

Cleo también esbozo una gran sonrisa— ¡Que coincidencia!

— ¿Coincidencia?— Dafne inclino un poco su rostro.

Les conté como cuando iba a casa de Cleo temprano llevaba de esos dulces para comer durante el desayuno aunque siempre terminábamos guardando un par para comerlos después de la comida.

De alguna forma con las cuatro ahí me sentí extrañamente reconfortada aunque también avergonzada ya que me estaban viendo en pijama aunque ninguna dijo nada. Note que Artemisa me miro un par de veces con curiosidad y yo pose como si me estuviera tomando foto.

No pude evitar pensar en que días así no estaban tan mal, días donde pudiéramos ser chicas normales sin preocuparnos por el estatus, por el dinero, por monstruos, por el suelo, por nada, solo hablar de comida y de maquillaje.

— ¡¿Eh?! ¡¿Yo?! ¡Imposible!— Dijo Artemisa negando con la cabeza.

—Yo también llevo pensándolo desde que te conocí— Dafne se mostró de acuerdo.

— ¿Verdad?— Cleo asintió levemente— Un poco de maquillaje por aquí y por acá y te verás hermosa, digo, destacaras más, no eres fea pero creo que con algo de brillo podrías ser todavía mejor.

Honestamente yo pensé lo mismo la primera vez que la vi pero ahora no se veía mal aunque no sabía porque. Quizá ella ya…

—Yo ya llevo maquillaje— Dijo esta, retrocediendo.

—Ya veo, con razón, bien, entonces te enseñare a hacerlo bien— Cleo sonrió un poco mientras se acercaba.

Cleo era experta en los cambios de imagen así que sería un espectáculo digno de ver.



#3703 en Fantasía
#1477 en Joven Adulto

En el texto hay: escolar, magia, animalesfantasticos

Editado: 09.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.