Los secretos de Fos

Hades LVII

Pese a lo que podría parecer, la realidad es que Ceres y yo no habíamos hablando mucho desde el incidente bajo tierra. Más allá de algún comentario aquí y allá. Creo que ambos preferimos mantener nuestra distancia. Más bien, sospecho que ella quería mantener sus distancias.

Yo podía entenderla. De alguna forma le estaba escondiendo cosas pero eso era lo mejor, para ella y para todos.

—Deberías tratar de solucionarlo— Dijo Leo en cuanto tuvimos oportunidad de hablar— Fue gracias a ustedes que yo logre mejorar mi relación con Cleo, así que no me gustaría que terminaran peleados mucho tiempo y sobre todo por tonterías.

—Lo sé, solo danos tiempo. Se terminara solucionando— Creo.

—No deberías dejarlo al tiempo. Recuerda que ellas no son eternas— Me comentó Zeus.

—Exacto, mientras antes soluciones ese problema, más tiempo tendrás para estar con ella y divertirte así que ¡Ve y hazlo, querido amigo!— Comentó Tesla sonriendo ampliamente mientras ponía sus alas en jarra. Una visión de menos curiosa.

Me quede callado unos segundos pero termine asintiendo. La verdad es que tenían razón. Supongo que pese a sus excentricidades, podían hablar con sabiduría de vez en cuando.

Cuando regresamos a los dormitorios tras terminar el día, ella se fue directo a hacer su tarea a lo que yo me quede a su lado, flotando, y corrigiendo detalles, como hacia siempre que hacia tarea.

—Ya basta de esto— Dije en voz alta.

— ¿De qué hablas?— Pregunto ella, levantando la vista de su tarea de matemáticas.

—Lo que paso allá abajo…

—No importa lo que paso allá abajo, de hecho, si lo olvidamos mejor, yo no quiero recordarlo… Lo que me molesta es que parece que tú sabes sobre eso, que iba a pasar y nunca me dijiste e incluso ahora, no me dices. Eso es lo que me molesta. Pensé que no nos guardábamos nada.

— ¿No dijiste que querías que lo olvidáramos?— Me encogí de hombros, mirando a otro lado.

— ¡Ese no es el punto!— Se quejó.

—Bien, bien, entiendo, no te gusto que te escondiera cosas, lo siento, de verdad. No lo volveré a hacer. Y en cuanto a si sabía que iba a pasar o no, la realidad es que no, pero como sabes, soy muy perceptivo… Ese bosque no me gusta para nada, eso es todo.

—A mí tampoco me gusta, así que te entiendo pero que te perdone dependerá de que más cosas me estas escondiendo— Su mirada enojada era digna de la villana de un juego, peligrosa, pero yo podía ver también la decepción en sus labios quebrados.

—No te estoy escondiendo nada más…

— ¿De verdad?

—Lo digo en serio.

—Te creo— Dijo, dejado caer sus hombros y volviendo la vista a sus notas— Solo no lo hagas y menos cuando es tan serio ¿Por qué eres el único que sabe? Los otros no parecían enterados, ni siquiera Zeus…

—Simple coincidencia— Me encogí de hombros— Descubrí lo que pasaba bajo tierra mucho antes de conocerte, eso es todo, pero conociendo las limitaciones de este mundo, mejor no indagar más, por eso no podía hablar antes.

—Los altos deben saber lo que pasa ¿No? No por nada existe la regla de no investigar bajo tierra.

—Lo más seguro pero olvídalo ¿Quieres? Eres una chica normal que no debería involucrarse en estas cosas— Dije dándole una palmada a su cabeza— Es peligroso siquiera pensar en eso.

Ella termino asintiendo y me sujeto para abrazarme— Lo siento, supongo que también es mi culpa.

—No lo es, es toda mía…

—Claro que no, tu solo querías protegerme y yo también actué como una niña mimada ¿No?

—Siempre actúas como una niña mimada

— ¿Eso qué significa?— Dijo apretándome con fuerza.

—Lo siento, lo siento…

La verdad es que no pude evitar sentirme solo un poco culpable. Estaba claro que sabía más de lo que le estaba diciendo pero también era verdad la parte de que quería que fuera una chica normal. Una chica sin preocupaciones ni miedos pero sobre todo una que no se acercara para nada a lo que pasa bajo la tierra.

La humanidad desde siempre ha enterrado a lo que más le teme, no por nada entierran cadáveres, alejando a la muerte.

—Y la próxima vez que me mientas, te matare— Dijo apretándome contra ella.

—Prometo que si vuelvo a mentirte, entonces yo mismo romperé el pacto y…

— ¡Cállate! ¡No es para tanto!— Se quejó ella volviendo a apretarme con fuerza y negando con la cabeza— No me molesta si es para protegerme pero entonces yo también podría mentirte si es para protegerte ¿No?

—Imposible, a mí no puedes mentirme, señorita…

—Cierto, mierda— Ceres hizo una mueca y me apretó de nuevo— ¡Odio eso!

—No descargues tu decepción en mí. Yo no hice los contratos— Dije haciendo una mueca, dándole palmaditas a su mano para que no me apretara con tanta fuerza.

—Bien, bien, entonces ¿Continuamos con la tarea? ¡Mañana iremos al club de jardinería a comer!

— ¿A comer?



#4140 en Fantasía
#1660 en Joven Adulto

En el texto hay: escolar, magia, animalesfantasticos

Editado: 20.09.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.