Los secretos de Fos

Hades LXIII

Sé que suena imposible pero no sé qué mierda paso, ni donde estoy ahora.

Recapitulemos: Resulta que uno de los cuatro desastres naturales, más propiamente dicho, el caballo de los temblores o algo así ataco la escuela en búsqueda de (Y no es que me moleste) de Artemisa y entonces decidí, junto con Ceres usar nuestra asimilación, nuestra fusión para ahuyentarlo.

Creo que funciono pero… ¿Y ahora?

Me encontraba en una zona completamente oscura, profunda, oscura y vacía. Quizá mi corazón.

—Estás listo ¿Cómo te sientes?— Y no me equivocaba, era la voz de mi mamá, o sea, de mi madre de mi mundo lo que me hizo estremecer. Hace tanto tiempo que no la escuchaba que hasta temí no reconocerla si la volvía a oír. Me alivio que esos pensamientos se dispararon en seguida.

Me gire y ahí estaba ella mirándome con una expresión preocupada.

—Estoy… Bien…— Esa era mi voz, mi vieja voz.

— ¡Me alegra escucharlo!— Los ojos de mi mamá brillaron. Incluso salto en su lugar con euforia— Escucha, hay muchas cosas que quiero hablar contigo pero primero lo primero ¿Cuál te gusta más?

— ¿Hojas de papel?— Solo pude ver la hoja de color rojo y la amarilla.

—Sí, debes decirme cual te gusta más— Insistió con los labios apretados.

—Me gusta el rojo, es más brillante— Respondí sin más.

—Ese es mi chico— La mujer asintió varias veces con orgullo.

La imagen cambio, y ahora estaba viendo a Ceres, una de las tantas veces que estaba llorando en su cuarto, después de discutir con su hermano mayor. Apretaba las sabanas de su cama con fuerza y trataba de acallarse sumergiéndose en su almohada.

— ¿Por qué me odia?

—Porque es un idiota— Dijimos el Hades del pasado y yo. Esa fue mi respuesta en ese momento, la recuerdo muy claramente y no me equivocaba, te lo aseguro, es un idiota frustrado…

—Eso no me responde nada…

—Pero es la verdad.

¿Ven?

Como sea, en ese momento ya no le dije nada, cerré la conversación. No podía discutir con ella sobre eso, había muchas cosas implicadas que ella no podría entender y solo la haría sentir más frustrada y confundida.

Ella misma se dio cuenta con el tiempo el asunto con su hermano y se sentía culpable por ello, de alguna forma.

Lastimosamente nadie puede controlar todas las circunstancias, como yo ahora, que seguro termine poniéndola en riesgos al sugerir nuestra fusión. Aun no estamos listos, su cuerpo no está listo y su mente tampoco.

Era muy madura para su edad pero aun veía con ojos de niña.

Muy diferente a la villana real del juego, una muchacha malcriada que sí, aun le teme a su hermano pero que no se quedaría de manos cruzadas, veía con ojos de adulto y buscaba ser una herramienta mucho más útil que su hermano, razón por la que trato de ir por el príncipe desde el inicio.

¿Cómo diablos cambio tanto? ¿Por qué hasta ahora pensaba en eso? Consecuencias…

La imagen cambio, ahora estaba entre sus brazos, mientras ella lloraba.

—Tranquila…— Eso es lo que siempre decía.

—Gracias por estar aquí…— Eso es lo que siempre decía ella.

Era ridículo pensar que yo había hecho la diferencia. La mayoría de cosas las entendió por su cuenta. Yo solo quería que no muriera, porque si ella moría, yo moría al final del maldito juego.

— ¿Solo por eso lo hiciste? ¿Por eso decidiste ayudar a Ceres?— Era la voz de mamá.

Si hubiese sido cualquier otra persona, definitivamente no dudaría pero…

—Entonces ya encontraste tu respuesta— Aseguro mi mamá.

—No es como que lo dudara, solo no me gusta decirlo en voz alta.

—Siempre fuiste muy reservado pero tus acciones te delatan, cuando quieres a alguien lo cuidas mucho, como hacías conmigo pero jamás lo aceptarías ni lo dirías en voz alta ¿No? ¿Aún te da vergüenza?

—No…

—Entonces…

—No quiero ser alguien frágil— Asegure apretando mis puños de panda rojo.

— ¿Frágil, eh?

— Gracias por todo, mamá, te quiero…— Acepte sonriendo un poco.

—Yo también ¡No olvides para lo que naciste!

—Para ser grande y patearles el trasero— Levante mi puño como hacía antes.

Como odio los momentos introspectivos pero eso me recordó que debía salir de aquí y ver como estaba Ceres, para bien o para mal. Así que me concentre en encontrarla. Debía estar cerca.

No pude evitar sonreír. Al fin y al cabo, nunca nos separábamos ¿No? Estábamos bien…



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En el texto hay: escolar, magia, animalesfantasticos

Editado: 20.09.2025

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