¿Se acuerdan que esto era un juego de tipo Otome? Aunque no lo parezca las decisiones son importantes, por ejemplo, el evento de la cacería, el de los zombies son inaccesibles sin antes formar parte del salón de los héroes, una decisión que se te plantea al principio y que piensas que no repercute en la historia del todo, más allá de las elecciones de los intereses amorosos.
Y lo mismo ocurre ahora, si la protagonista decide o no ir a casa a pasar sus vacaciones. La gran ventaja es que Artemisa decidió ir a casa, por lo que las cosas deberían estar tranquilas, aun así, no podía evitar sentirme un poco inquieto… Solo un poco, al fin y al cabo, la historia ha cambiado.
¿Y qué clase de arco se avecinaba? Bueno, es casi tan malo como el de los zombies, eso seguro.
Me encontraba comiendo papas fritas mientras Ceres acompañada de Minerva terminaban con sus deberes con las plantas. Al haberse quedado, se comprometieron a cuidar de las plantas de Artemisa.
De todos modos, por lo que dijo Minverva, ella siempre se quedaba para cuidarlas y ciudad el huerto de la escuela y más ahora que había terminado dañado tras la batalla contra el Señor de los Temblores.
—Termine de este lado.
—Yo también— Le respondió Ceres limpiando su rostro aunque termino manchando su mejilla.
Ambas llevaban ropa de jardineras, con aquellos trajes completos de color café, overoles, con los cabellos recogidos en coletas altas y con unos sombreros de paja que los cubrían de los rayos del sol. Traían unos guantes grandes de color café que les hacían ver unas manotas.
— ¿Vamos a comer?—Ofreció Minerva.
— ¡Me gustaría!
—Sí, desde hace rato tu estomago está rugiendo— Le dije comiendo otra papa frita.
— ¡Cállate!— Ceres me arrebato las papas, con un leve sonrojo en su rostro— ¡Tú tienes la culpa!
— ¿Yo?— Me señale con una expresión confundida.
Ceres me miro mal mientras comía las papas, las pocas que quedaban— ¡Mira, no me dejaste ni una! ¡¿Cómo no tener hambre?!
—Ya, tranquila, hare más esta noche ¿Qué te parece?— Le tranquilizo Minerva, entonces la tomo de la muñeca y la arrastro en dirección a los edificios de la escuela— De momento mejor comamos algo más saludable.
—Me parece— Ceres asintió, levemente sonrojada.
Que Artemisa no esté aquí, la hará perder su ventaja.
Las chicas fueron a la cocina la cual se mantenía abierta para las estudiantes y pese a que no había cocineros, estaban los encargados que dejaban que las alumnas se cocinaran ellas mismas. Otra opción son traer a sus criados propios para cocinar, una idea de que de hecho pasó por la cabeza de Ceres.
—Es más divertido cocinar— Le dijo Minerva para convencerla de experimentar eso.
Eso la convenció.
Al final Minerva hacia la mayoría pero Ceres era mediamente útil. Yo tuve que mostrarle como cortar las verduras en cuadros pequeños pero desde que cocino con Cleo, entendí que mejor mantenerla lejos de la cocina.
—Logre que mi compañera de cuarto me prestara su proyector, entonces ¿Quieres ir a ver una película en mi cuarto?— Ofreció Minerva, esperando que Artemisa sintiera la alteración en la fuerza— Hare más papas fritas para que puedas comerlas y también preparare aderezos.
— ¿De verdad? ¡Suena genial!— Ceres ni se lo pensó. Le gustaban las películas.
—Quizá invite a los Rinaldi y a los De Luca aunque estos últimos no creo que acepten, han estado muy ocupados pensando en su nueva obra y en comenzar los ensayos para ello— Minerva se lo pensó unos segundos.
Ceres se había sentido triste pues pese a que la invitaron a ver los ensayos, estos tardarían un poco en comenzar.
—Yo iré a invitar a Dafne— Se ofreció Ceres— La verdad es que me dijo que iba a estar ocupada pero creo que las distracciones son necesarias así que iré a buscarla junto con su hermano. Deben estar juntos.
Según lo que escuche, pese a que son vacaciones, ambos se comprometieron a ayudar con cosas de su familia, aunque desde la escuela. No conocía el contexto ¿Problemas familiares? Quizá pero Artemisa medio lo escucho.
—Bueno, entonces te lo encargo mientras preparo esos aderezos y preparo las papas— Minerva le agradeció con una suave sonrisa.
Ambas terminaron de comer y se separaron cuando terminaron la limpieza de los trastes. Esta vez Ceres ayudo más.
Ceres llego al cuarto de Dafne, toco pero no hubo respuesta.
—Quizá estén en el cuarto del hermano pero… ¿Dónde estará el cuarto del hermano?
Los edificios de dormitorios estaban divididos en tres secciones, obviamente para los tres años en que en teoría podías estudiar. Si continuabas con tus estudios, te asignaban otro cuatro, en otro edificio.
Ya les había dicho que este lugar es enorme ¿No?
—Es inquietante…
— ¿De qué habla, señorita?— Pregunte levantando una ceja en su dirección.
—Es que está muy silenciosa— Ceres se recargo en la barandilla para mirar desde el tercer piso el ambiente silencioso de la escuela. Definitivamente podría ser hermosa pero con esas nubes negras… Ya no tanto— Lloverá.