Los secretos de La Colmena

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—¿Por qué tienes esos lentes negros? —Gustavo pregunta mientras se masca un chicle.

—Para que no se vean mis ojeras —digo quitandole la caja de cheques y saco una tabletita.

—Te desvelaste toda la noche
escribiendo con Iracema de nuevo —Asegura Juanjo.

Solo hago un ademán con las manos y lo ignoro, porque ahora estoy muy concentrado viendo como vienen los de primer año.

Por un segundo recuerdo el sentimiento, ese momento en que estaba de ese lado, con la mante llena de preguntas, con ganas de saber que secretos guardaba el panal, y ahora ellos están en las mismas.

A medida que van ingresando al gran salón nos vamos alistando, ajusto mi corbata y mi coloco bien mi insignia. Este año la presentación de tutoria la haremos Iracema y yo.

Será la primera vez que estudiantes de segundo año asuman el rol.

—Nos vemos luego —digo a mis amigos guardando el anteojos en mi maleta, la cual dejo a lado de sus cosas.

—Nos vemos en breve —ambos me hacen el saludo de respeto y yo se los devuelvo.

Me reúno con mi hermosa novia en la base del escenario, su cabello recogido en una coleta, su piel brillante en ese uniforme tan elegante, hace que cualquier elemento en ella resalte, porque ella es luz propia.

El collar que le regalé brilla sobre ella y el mundo cambia para mi cuando me ofrece una sonrisa.

—Buenos días Cario... —Susurra mientras la voz de Cariem comenzó con la bienvenida.

—Buenos días princesa guerrera —digo mordiendo mi labio inferior y apreciando cada centímetro de su belleza —. ¿Estas lista? Este año va a ser realmente diferente, en todo sentido.

—Es lo que me pone nerviosa, no tener valores de referencias.

—Nos saldrá bien.

Se escucha de fondo los sonidos de sorpresa y los aplausos rítmicos de los nuestros al fondo.

—Lo hemos cambiado todo —ella se muerde el labio, los nervios se le evidencian más —. Estamos poniendo pautas distintas, y los cambios suelen ser peligroso... me da miedo... creo que voy a tener un ataque de pánico.

—Shhhh, tranquila... ¿o me estas diciendo que la señorita hexágono de oro no puede con esto y yo me quedaré con el protagonismo?

—En tus sueños... que tenga nervios no significa que me vas a optar, seguimos siendo competencia Luritonto y te voy a ganar.

—¡Ya veremos cuatro ojos!

—¡Qué uso lentillas! —rio porque es tan fácil de enfadar y me encanta eso.

—¡Qué disfruten el regreso a su hogar! —la voz de Cariem es nuestra señal —. Ahora, para darles la bienvenida al panal, dejo a Iracema Asturia, La princesa guerrera y a Luriel Gianti, el Cario; la palabra para mostrarles el camino y la magia de La Colmena.

Le ofrezco una sonrisa a la chica y subimos juntos al escenario, esta vez. Ella da un paso delante mío, y puedo ver cómo los presentes la ven con admiración, especialmente Katú.

Por uno segundo me pierdo en su belleza, en su postura y entereza, la voz potente pero melodiosa y sus manos bailando en el aire a la par de su discurso.

Los chicos nuevos no guardan su asombro, y yo tampoco, quiero que la miren y disfruten como yo lo hago, que amen su piel tostada, su cabello lacio y largo, sus ojos marrones y sus labios armónicos, quiero que la vean así de hermosa y poderosa como yo la veo, porque me gusta saber que ella en su libertad, y en lo prohibido me eligió a mi.

—La Colmena es el lugar en el que ustedes se van a formar —dice ella elevando la voz —. Serán  educados para servir al enjambre, su deber por sobre todas las cosas es cuidar a sus hermanos y hermanas, proteger su hogar, y delatar a quien quiera traicionar su lealtad.

>>Como hijos de Eirú hoy van a ser guiados a la entrada del maravilloso mundo de La Colmena. Yo seré quien tome de su mano cuando lo necesiten y daré mis oídos para escucharlos.

>>El éxito estará para ustedes, y ustedes con Honor y Privilegio deben portar sus insignias y el lema de esta nación bien en alto.

>>Igualdad y respeto, en cuerpo y alma —retumban las voces de los más de 400 integrantes en el salón.

—En cuerpo y alma, igualdad y respeto —repito y todos me hacen el saludo característico por ser el Cario —. No callar ante lo injusto, no morir ante la duda y cuidar a los demás. Un miembro de la colmena cuida a su enjambre, lo cubre ante la adversidad, lo guía a la victoria y finalmente lo regresa a casa.

>>Que esa premisa no se les olvide — muevo mis manos y el fuego rodea mi cuerpo acompañado de Makaguá, Jaguareté y los pora, la sala se volvió en un siseo de preguntas y se inindó de rostros que no comprenden lo que pasa.

—La Colmena, es una nación, que cuida y protege a los suyos —Iracema invoca a Aguará quien se para a su lado —. No hay lugar para traidores o débiles, a partir de hoy ustedes serán parte de esta nación, nuestra sangre protegerá la suya, y esperamos que la suya proteja a la nuestra.

—Como Cario, ante ustedes, me comprometo a cuidarlos y proteger con mi vida a la guerrera, a La Colmena.

—Como princesa Guerrera prometo luchar por ustedes hasta el último aliento, y proteger sus marcas.

—Es por ello, que para que puedan entender mejor qué es lo que son, los invitamos en 20 minutos a acudir a las aulas de Historia Universal, en donde nuestro querido rector Orkias Arikú, y los estudiantes de 4to año les explicaran mejor qué harán este año. Por dd pronto vayan a sus habitaciones a dejar sus cosas. Y no lleguen tarde.

La mano de una niña estaba arriba, Iracema y yo le damos la palabra, los dedos le temblaban y la mirada era reflejada por el fuego, la reconozco, es Monica Diacut, solía hablar bastante con ella en el bloque hexagonal.

—Demasiadas preguntas... tengo— dice con la voz quebrada —. Pero por el momento me conformo sabiendo ¿Dónde quedan las habitaciones?

Iracema le ofrece una mirada amable, y con un tono dulce responde intentando tranquilizar a la chica.



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En el texto hay: amor, magia, guerra

Editado: 14.06.2021

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