La clase de Anastasia fue sumamente agotadora, a esa chica le gusta vernos sufrir, pero no se puede negar que se aprende mucho con ella.
Lo que agradezco ahora es hermosa llegado al trato con Gustavo, por que o sino, no iba a estar con Iracema en todo el día, pues clase nueva que entramos es una montaña de tareas.
Mañana debemos entregar en la clase de Alucinógenos y venenos un resumen con dibujos de principales plantas alucinogenas de lo pueblos guaranies.
El maestro es el padre de Cenit, la verdad que su clase estuvo muy interesante pero la tarea está muy complicada atendiendo que esta noche contamos con poco tiempo, pues ya nos toca entrenar a los protegidos del 7mo.
Se supone que los del 4to deberían tomar el lugar de Cenit, Zunú, Itae y Arand. Pero la cosa es que no. Este año seremos Iracema, Josefina, Katú y un chico "Nuevo" realmente uno de los originarios que este año se incorporó a la Colmena.
El nuevo paso por varios filtros antes de ser asignado a este grupo, por sobre todo luego de los últimos hechos.
Marcado por el primero, Ndusú es su nombre, tiene mi edad y va en primer año, pero fue entrenado por Anastasia en los bosques, así que supongo que debe ser muy bueno en lo que hace.
Zunú, Arand, Itae y Cenit están esperándonos a la entrada del bosque, cada uno trae en la mano cintas y una gran sonrisa en sus rostro.
—Igualdad y respeto —se llevan las mano al pecho.
—En cuerpo y alma —respondemos imitando el gesto.
—El día de hoy —la potente voz de Zunú invade mis oidos —. Ustedes iniciarán en el camino de ser tutores... los más jóvenes de la historia —Mientras habla, Itare, Arand y Cenit nos van colocando las cintas en las muñecas —. Elegidos no solo por sus poderes, si no que también por su inteligencia, astucia, por tener espíritus poderoso de acompañantes y de guías.
>>Ustedes hoy, reciben el Honor y el privilegio de entrenar a otros, de ser los más poderoso y respetados en La Colmena.
—Pero eso no quita... que siguen siendo niños —Agrega Itae y me llena de ansiedad porque tiene razón, seguimos siendo niños, a pena y tenemos idea de que haremos hoy —. Y por ello... nosotros los vamos a capacitar para entrenar.
La imagen que tengo de Itae es muy diferente a la que veo hoy, siempre tiene el rostro rojo, como si acabara de correr, esas manchas hasta parecen pinceladas, siempre se muestra tímido, a pesar de ser poderoso, tiende a dejar una sensación de frágil, pero hoy, lo veo feroz, decidido e imponente, a pesar de tener el rostro teñido de ese rojo.
—Ustedes hoy van a entrenar por primera vez a sus compañeros— Cenit se para a lado de Zunú —. Y van a demostrar su poder. Reciban a los nuevos con respeto, pero con mano dura, ya saben que el mundo no es lo que pensamos y los enemigos nos pasan los talones.
Zunú me pasa la vara con la que el año pasado había hecho las elecciones de tutores, yo lo tomo con asombro, porque creí que había tomado una al azar.
—No Luriel, no es al azar —Ríe Zunú, mis compañeros y yo nos miramos con asombro.
—O sea que nos mintieron —. Ira entrecierra los ojos con su afirmación.
—Sí —Zunú responde sin pestañear —. Y la razón es sencilla, ustedes deben entrenar a quienes necesiten de ustedes.
Arand me quita de nuevo la rama y pasa su dedo sobre él, dice unas palabras que no logro entender, pero estoy seguro que es Guaraní, luego me entrega la vara de nuevo.
—Le acabo de hacer una invocación de manipulación de objetos y eso, ahora va a seleccionar de la siguiente manera.
>>Ira te quedas a una de los nuevos, se llama Monica, es descendiente de brujas blancas, solo que aún no lo sabe.
—Ok... —ella baja su bolso de entrenamiento y se hace una coleta mientras escucha a Arand y yo solo la miro embobado, ¡Qué hermosa es!
—Luriel‐ —Zunú me habla esta vez—. El otro nuevo estará contigo... se llama Amarú, —Sí lo conozco, llegamos a estar en el mismo equipo de basquetboll cuando aún pertenecía al bloque hexagonal —. Es hermano de Itae, descendientes de una familia de chamanes, hay altas probabilidades que pueda dominar el don de las invocaciones.
—Katú —Cenit lo apunta —. Entrenaras a Juanjo, Josefina a Gustavo, Ndusú a Vega. ¿Estamos ok?
—¡Sí! —respondemos al unísono.
—Perfecto, buena suerte con lo que venga —Arand suelta una risita —. Ya los quiero ver este año intentando sobrevivir, entrenar y estudiar, en especial a ustedes dos.
Él nos apunto, Ira y yo nos miramos, sabemos que va a ser difícil, pero no creo que sea imposible, yo tengo fe en nosotros. Somos inteligentes y poderosos, por algo nos pusieron aquí, así que lo vamos a lograr.
—Solo no descuiden ningún aspecto chicos —Zunú habla fuerte, él siempre me trasmite energía y seguridad cuando está al frente, se nota que es un líder auténtico —. Ustedes están aquí por algo, y siguen siendo formados por las mismas razones. Depende de ustedes que nos hagamos fuertes, que los nuevos puedan cuidar y defender a La colmena.
>>Igualdad y respeto, en cuerpo y alma, recuerden que como abejas tenemos la misión de traernos de regreso a casa, unas a las otras, cuidándonos, y dando la vida por el panal.
—¡Cada gota de Sangre con Honor y Privilegio por La Colmena! —coreamos al final del discurso.
Zunú se acerca a mi y me da una palmada en la espalda y con su voz gruesa susurra.
—Tempus Fugit, Luriel, el primero nos llama hoy a la media noche, tenemos una importante misión para cuidar el bosque.
—Forest fortuna adiuvat —Sonríe, yo hago lo mismo, porque dentro de mi ignorancia, igual me siento protegido por mi tutor, quien en ves de burlarse de mi me guía —. Nos vemos hoy a las 00:00 se puntual Gianti.
—Por su puesto, Zunú, allí estaré.
—Tempus Fugit.
—Forest fortuna adiuvat.
—Aprendes rápido, creo que debo dejar de subestimarte y comenzar a entrenarte de verdad.
—¿Cómo? O sea que no confías en mí... ¡soy el Cario!