Los secretos de La Colmena

Preocupación

—¿Cómo supieron que estábamos aquí y que los necesitábamos? —Orkias pregunta mientras intenta prender un cigarrillo, pero al ver a Solei lo deja sobre la mesita de luz y alza ambas manos al aire.

No oculto mi risa, porque es muy gracioso verlo así.

—Los pora se lo dijeron a Luriel, y Luriel confirmó con Josefina —digo viendo a Solei y Mortel quienes se acercan junto a su hijo.

—Es bueno saber que el chico tiene esos amigos la verdad, imagina si no —Orkias se cruza de brazos y mira a Luriel acostado, le acaricia la frente, y vuelve a cruzarse de brazos.

—Mi niño valiente —Solei le da un beso en la frente, y Mortel sostiene la mano de su hijo.

—La verdad que es valiente, y fuerte, al igual que tú Iracema, cada día te estás volviendo más ágil, es increíble como usaste tus poderes para ingresar al internado y deshacer el campo de protección maldito.

—Gracias, mucho se lo debo a los entrenamientos de Anastasia...

—En definitiva Ario es una excelente entrenadora —acota Mortel.

—Bueno, será mejor que vayas a dormir Ira, yo me quedo de guardia con Luriel —. La voz de Solei siempre suena dulce y calma mi alma, así que solo afirmo.

Me despido de todos, y aprieto la mano de Luriel antes de salir, me hubiera gustado darle un beso, pero el problema es que me da vergüenza hacerlo frente a tanta gente.

Una vez en el pasillo, Verena se hace de nuevo presente delante de mi y me sigue mientras voy camino a mi habitación.

—¿Cómo te fue con el hechizo de endulzamiento? —me pregunta en susurro.

—He logrado que mucha gente sea honesta, y hable sin filtro, pero no he encontrado lo que me pediste.

—Estaba segura que estaba dentro de este castillo, pero desde hace unas horas no lo siento —habla con preocupación.

—Es porque ya no está... —aseguro mirando a Verena cuando me freno en uno de los pasillos, ella se queda delante mio y con cuestionamiento se cruza los brazos.

—Ya tienes una idea ¿No es así?

—Sí... creo que sé quién es. Pero, no estoy segura de que lo tenga aún. Nunca vi que esa persona demuestre...

—Por que no es consciente, es justamente por eso que te pedí que hicieras el hechizo de endulzamiento.

Verena sigue adelante y yo la sigo por el pasillo, analizando las posibilidades y las señales, la verdad es que me cuesta un montón quitar momentos que me den indicios des que mi sospechosa sea capaz de manejar el caos, pero sí sé que ha estado en momentos cruciales.

—Verena... —llamo al espíritu —. Hoy en el internado todo se salió de control con el hechizo de reflejo, ¿Por qué los 7 no pueden con la magia?

El espíritu se detiene, voltea a verme y me analiza, como asegurándose de que pueda contarme lo que dirá a continuación. 

—Cuando Keraná y Taú tuvieron a los 7 hijos, cayó una maldición sobre ellos, porque su unión fue bajo una manipulación de Taú sobre Keraná, Taú se la robó, la enamoró en contra de su voluntad. 

—Y por ello la maldición afectó a sus hijos. 

—Ellos fueron enemigos, Iracema, mucho tiempo, no fue hasta que Porasy, una de las diosas guaranies se sacrificara que los siete monstruos se purificaron, y sirvieron al pueblo de Eirú. Ellos son están hechos de magia, por eso les brindan favores, pero no pueden luchar contra la magia de las brujas. 

—Y es por eso que me estás haciendo buscar a quién pueda portar el oro para convertirse en una. ¿Mirena era una de las que podía portarlo?

—La hermosa Mirena Ariku, sí —responde suspirando —. Pero no podía iniciarse antes de su mayoría de edad, aunque supo como prestar los poderes mágicos sin controlarlos al 100 %, hubiese sido una gran bruja, te lo aseguro, para más, descendiente de Eirú, imagino que sus enemigos iban a estar de rodillas. 

—¿Hay alguna forma en que ella...?

—No —me interrumpe —: no hay forma de traerla de regreso, sí, hay maneras de hacer que use sus poderes, pero como alma en pena, ahora, en las condiciones en las que están, depende única y exclusivamente de Luriel, y como has visto, querida guerrera.

—Lo pone en riesgo. 

—Demasiados, El Cario podrá ser todo lo fuerte que se lo proponga, pero dar su fortaleza a un espíritu, hace que su alma se consuma. Es una practica en esencia muy poderosa, y que sólo él puede hacer, pero también arriesgada. 

—¿Y las formas de que use sus poderes?

—Conviertela en un espíritu del bosque...

—¿Yo? —pregunto casi gritando —. Ni siquiera he dominado el 10% de mis poderes, convertirla en un espíritu del bosque...

—Tiene sus riesgos, es verdad, podrías terminar mandandola al Tapekué, o al Añakuá, y no queremos eso. Pero confío en que tú sí podrás hacerlo, eventualmente, pero para ello, primero debes encontrarme a la portadora de Oro, luego seguir entrenando para poder usar el poder de las estrellas, y coronarte princesa guerrera, luego... verás que podrás con lo demás. 

>>Para ser sincera, yo no dudaría en sacar el encantamiento de Mirena como Alma en Pena, ella, como espíritu del bosque, sería una excelente invocación para ti y el Cario. 

—Bien, bien, entiendo el punto, primero caminar, para luego correr. 

Verena me sonríe y sin más, desaparece. 

Niego, con la preocupación y la ansiedad acumulada en mi pecho, pero intentando no sobrepensar en el peligro que se expone Luriel, y mis invocaciones de protección en eso no lo pueden ayudar.

Ingreso a la habitación, me freno de golpe, porque Josefina está fente mío, sus brazos estaban cruzados y noto la acusación en su mirada y gestos.

—¿Y cuándo vas a decirle a Luriel que encontraste una guía?

—¿Cómo? —pregunto sin entender la pregunta. 

—No intentes negarlo Iracema, siento a ese espiritu y no es un espiritu acompañante, no es de invocación, no es un alma en pena, ni un alma errante, es una guía.

Parpadeo un par de veces con rapidez, y ahora lo entiendo, sí tiene mucho sentido, pero no sabía que ese era el nombre.



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En el texto hay: amor, magia, guerra

Editado: 14.06.2021

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