Los secretos de La Colmena

Astral

-Uno, dos, tres... de nuevo -la voz de Zunú llega a mis oídos yo intento no perder el ritmo ante Iracema, pero ella es muy fuerte -. Vamos Jose, no dobles las rodillas -expresa casi gritando y yo obedezco.

La orden se reproduce, Iracema ataca con el palo de Takuara, y yo me defiendo con el mio, el sonido es casi rítmico.

Mientras Iracema me tira esos golpes, a los ataques se unen Gustavo, Juanjo, Vega, Aline y Mónica, a la otra nueva que no recuerdo su nombre ya la derribé hace 5 minutos.

El sudor corre por mi cara, mientras me muevo enérgicamente en una casi danza con los ataques de la guerrera.

Giro sobre mi propio eje y logro golpear a Juanjo y Monica de una, echándolos del ring.

-¡Fuera! -la voz de Zunu nos sobresalta, pero consigue que Los derrotados se apresuren en salir del campo de batalla -. Otra vez, ¡Ya!

Ira brisa hacia mi, toma como fuerza el takuara, y lo dirige hacia mi cabeza, pero logro determinar con mi bastón. En el mismo instante, estoy al descubierto para Gustavo... podría atacar, pero se queda congelado.

Ni bien recupero equilibro lo pateo, y echo, al igual que a Vega y a Aline.

De nuevo, otra ronda solo quedamos Iracema y yo.

-Buen trabajo -Me dice la princesa pasándome su mano, yo correspomdo.

-¡Como siempre impecables chicas! -dice Zunú -. El resto, hay mucho que mejorar, pero por hoy es suficiente, ya pueden ir a ducharse.

Zunú se va caminando hacia el castillo con pasos apresurados buscando, mientras el resto vamos por nuestras cosas.

Iracema y yo vamos hasta el banco en donde dejamos las mochilas de entrenamiento y quitamos al mismo tiempo una botella de agua cada una. La destacamos y bebemos.

-Estoy exhausta -comenta la chica sentándose en el banco.

-Igual... -Respondo arrojandome de cola al pasto, cruzo mis piernas y a continuación me hago un moño porque el cabello me comienza a molestar.

Quedamos en silencio por un rato, y noto que la chica está moviendo los pies de forma compulsiva, los dedos tambolirean sobre la botella y su respiración es entrecortada y no por el entrenamiento.

-¿Qué sucede? -Pregunto en lo que vuelvo a beber de mi botella.

-Necesito preguntarte algo.

-Ayyy no, es sobre Luriel ¿Verdad? -pregunto incomoda, porque desde el momento en que ellos comenzaron a salir les fui clara de que yo soy territorio libre de peleas, que no exijan bandos. Y que si ellos se separan ninguno puede pedirme que deje de hablar con el otro, eso fue más para Luriel, que para Iracema.

-Sí, en serio, Josefina, hay cosas que... necesito saber.

-Bien, escucho.

-¿Crees que pueda dejarme por Yara?

La carcajada salió de mi, no lo contuve, simplemente me pareció la pregunta más estúpida del mundo.

-¿No lo estás preguntando en serio Iracema?

Ella mueve sus pies con más rapidez y mira al suelo. No puede ser, la chica de verdad está insegura, bebo de nuevo agua y con mucha empatia intento dar una respuesta.

-No, Iracema, escuchate, si llegas a terminar con Luriel podrá ser porque mi primo es experto en cagarla, pero no por otra chica. ¿Por qué de repente Yara se volvió tu sombra?

-Le ha estado escribiendo a Luriel, y cometí el error de ver su celular.

-Increíble...

-A mi tiempo me decepcionó haberlo hecho, me creía mejor que eso.

La chica parece avergonzada, su voz sonaba quebrada y el dolor se sentía en ella.

-No, nena, no eres horrible por ver el celular, por tener inseguridades o por cometer el error de desconfiar antes de tener señales.

>>Sí, invadiste su privacidad, pero... lo que hiciste es humano, es natural, lo malo sería que lo normalices, o que le exijas que te de acceso a su celular -la miro detenidamente mientras ella toma más de su agua -. No le pediste nada de eso ¿verdad?

-Lo pensé, pero no. No lo hice, o sea, tengo esos pensamientos horribles... pero...

-Es normal que los tengas nena, pero en controlarlos está la diferencia.

-Bien... y una pregunta más, Jose, ¿Crees que Yara sea capaz de lo que sea por Luriel?

Respiro profundo, porque la verdad es que Yara fue mi amiga por mucho tiempo, e Ira lo es ahora, yo sé que la chica es capaz de todo, antes, desde su timidez controlaba a Gerardo... y ahora que no tiene ni una gota de niña buena, estoy segura que es capaz de mucho más.

Pero el conflicto me satura la cabeza, porque no puedo ser desleal a ninguna de las dos.

-Ira, yo entiendo tu temor, pero, en serio, ¿Qué ganas con esto?

>>Lo que te puedo decir es que confío en Luriel, y que no va a ser tan idiota para perderte de esa manera.

-Él estaba enamorado de ella... -repite en un susurro

-No, él estaba encantado con ella, por su belleza, si la hubiera amado como tanto decía, no estaría contigo. Conozco a mi primo, él tenía fama de pica flor, bohemio, pero créeme, no estaría con alguien que no le gusta.

>>Yara tuvo la oportunidad de salir con él, y fue el mismo Luriel quien saboteo la oportunidad, así que, definitivamente, está contigo por elección.

-Gracias Jose.

-No hay de qué... y deja de pensar en tonterías.

Ella solo aprieta los labios, ambas nos ponemos de pie, tomamos nuestras cosas, levanto la vista y la escena que veo a continuación si me pareció extraña.

Katú y Ndusú venían hacia nosotros, pero Juanjo Y Gustavo sd interponen delante de ambos, y esto simplemente levantan la mano y retroceden.

Acto seguido, los amigos de Luriel vienen hast nosotras con una amplia sonrisa dibujada en el rostro.

Arrugo la nariz y me acerco al oído de Juanjo, para susurrarle.

-¿Qué fue eso Del Valle?

-Mmm ¿Qué? No sé de qué hablas Merlis.

<<¡Mierda Luriel!, yo poniendo mi mano en el fuego por ti y tú haces estas estupideces, ya me vas a escuchar Gianti>>

-¿Necesitan ayuda? -pregunta Juanjo.

Iracema y yo negamos en lo que caminamos en dirección al castillo.



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En el texto hay: amor, magia, guerra

Editado: 14.06.2021

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