Los secretos de La Colmena

Servus auream


 

 

No puedo creer que haya tenido la experiencia más loca y salvaje de toda mi vida, y la mejor parte, es que lo que acabo de vivir fue muy placentero, no lo cambiaría por nada.

Los tres estamos tumbados unos sobre el otro, acaficiandonos, con tanto cariño que esto no parece ser el resultado de un alocado ritual sexual.

—¿Estás bien Thalia? —pregunto a la chica que tiene los ojos cerrados.

—Demasiado bien... y tú Ana...

—De puta madre —contesto —¿Cariem?

—Solo quiero dormir —contesta él acariciando en medio de mi pecho, en el lugar en que se encuentra el tatoo nuevo —. Pero fuera de eso, estoy bien, creo que no me voy a arrepentir de vivir atado a ustedes toda mi vida.

—Opino igual —contesto —. Quizás los odie de día, en la casa, o antes de tomar el café por las mañanas, pero ¡Por los 7! Agradezco a la vida que nos hayan puesto a los 3 más calientes juntos, o esto no habría sido divertido. Podré soportalos siempre y cuando todo esto sea así.

—Ustedes dos solo piensan en sexo... —acusa Thalia.

—Habla la que tuvo un possessionem del tipo sexual autoinvocado —Cariem se burla —. ¿Sabes que el 70% de la razón por la que estamos aquí es por tu causa no?

—Lo sé, pero no hace falta que lo digas.

—Solo porque debo servirte toda mi vida como esclavo, no significa que me voy a callar, sigo siendo tu superior en La Colmena.

—Sigi siindi ti sipirior... engreído —Thalia dice eso y los tres nos echamos a reír.

Aunque estemos con los ojos cerrados, yo sé que afuera ya está saliendo el sol, y el sueño se está apoderando de mi.

—¿Qué vamos a hacer Cariem? —pregunto acurrucandome en los brazos de Thalia y rodeada por los de Cariem —. ¿Ya debemos ir a la Colmena?

—Vamos a dormir un poco, de todas maneras, Orkias me cito para las 15:00 recién volvera a esa hora. Fue al bosque, a dejar a los chicos con los originarios.

—¿Fueron al bosque?—pregunto abriendo los ojos.

—Sí, así es ¿pasa algo con eso?

—¿Quién los llevó?

—Katú...

—Ahhhh okok, pensé que dejaron desprotegido al castillo, aunque no debería dudar de Orkias. ¿No?

—No, no hay que dudar de Arikú —dice Thalia mientras juega con mi cabello.

Cierro mis ojos por un segundo, y me dejo llevar por la respiración de mis compañeros, cuando vuelvo a abrir los ojos, el sol ya estaba iluminado por completo la habitación.

<<¿Qué? Si apenas hacer un segundo cerré lo ojos? >>

Los tres nos sentamos de forma abrupta en la cama, despeinados y desorientados.

—¿Qué pasó? —pregunta Thalia y ahora se ve más hermosa que antes ¿O soy solo yo?

—Nos dormimos —dice Cariem, ¡Puta madre! El hombre parece sacado de revista hasta desprolijo —. Vamos a Ducharnos, luego Voy a hacer cafe, y al final nos alistamos para ir a La Colmena.

—Ok... —respondemos las dos y nos volvemos a tirar en la cama. Al segundo soltamos un gritito porque él nos estira de las piernas y nos alza sobre los hombros.

—Vamos a la ducha niñas.

—¡Déjanos dormir insensible! —reclama Thalia cuando Cariem nos suelta en el baño.

—¡Dije vamos a Ducharnos!

—¿Tú me vas a enjabonar? —pregunta Thalia cruzándose los brazos.

—Sin ningún problema... —contesta pícaro.

Yo sonrío, y me muerdo el labio.

—Yo no puedo hacer esto, los veo mojarse y ya me antojan. —digo metiéndome bajo el chorro de agua bien fría —. ¡Mierda! No voy a aguantar sin pensar en querer comerlos todo el día.

Paso mis dedos sobre los tatuajes de mis compañeros y estos rien.

De la nada, los tres ya nos estábamos besando y toqueteando, listos para volver a jugar, hasta que el sonido del timbre de la casa nos obliga a separarnos.

Cariem mira extrañado, sabemos que no espera a nadie, y lo empleados de la casa estan de vacaciones desde hace días por toda la semana.

—¡Vistanse! —Ordena apagando la ducha —. Voy a ir primero, cualquier cosa, quiero que se mantengan ocultas.

—¡No! —respondemos las dos.

—No vamos a escondernos Cariem —Thalia reclama mientras sale de la ducha y se envuelve el cuerpo —. Los tres o nadie.

—No te voy a ganar la discusión ¿verdad?

—No...

—Bien, vamos.

Los tres vamos a la habitación, nos vestimos con rapide y bajamos las escaleras, Thalia ya tiene las manos en posición de ataque, y ahora me doy cuenta que en todo el interior del ante brazo tiene tatuajes de constelaciones.

Cariem abre la puerta, y una mezcla de alivio y miles de preguntas llegaron a mi cabeza cuando veo a Zunú delante de nosotros.

Pero todo se convirtió a preocupación cuando mi hermano cae de rodillas delante de los tres.

Thalia y Cariem lo levantan con rapidez y lo llevan hasta el sofá.

La sangre mancha el piso blanco de la sala de Cariem, y yo no comprendo la escena que tengo delante de mí.

—Zunú, hermano —hablo cuando noto que Thalia y Cariem están cortando su ropa.

Thalia coloca su mano sobre la gran herida que tiene mi hermano a la altura del abdomen y de ella sale una luz dorada, unas virutas de oro se alzaron el en aire y la herida estaba cerrada, Zunú de nuevo respira con normalidad y mi alma volvió a mi.

—¿Qué pasó? —pregunto abrazando a mi hermano, al único que me queda en esta vida.

—La chica... la cazadora.... era una trampa.

—No entiendo Zunú —habla Cariem quien le pasa un vaso de agua a mi hermano —. ¿Atacaron el castillo? Pero si Tú y Arand mantenían el sello.

—Sí, se supone, pero ayer trajeron una prisionera... parecía estar doblegada, pero esta mañana, cuando fui a llevarle algo de comer, ella se había liberado.

>>Pronunciaba maldiciones, algo sobre que los herejes se hacen fuertes, no sé como se liberó, pero en el cuarto estaban Cenit, Arand e Irina inconvenientes.

>>Logro romper la guardia, y varios de ellos ingresaron al castillo, los chicos resistieron, pero eran muy fuertes, usan armas de pueblos originarios. Y no podía dejar que los chicos se expongan.



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En el texto hay: amor, magia, guerra

Editado: 14.06.2021

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