Luriperro 6:03
—¿Cómo están las cosa allí? ¿El entrenamiento de los nuevos?
Miro el celular, apenas leo el mensaje de Luriel, mis ojos apenas se abren, anoche dormí muy tarde y ya me está pasando la factura. Suelto un suspiro, miro a Florencia y a Gustavo quienes siguen durmiendo, mientras me pongo de pie y voy caminando hasta el baño, en el camino tomo mi toalla del placard que me pertenece.
Decido que voy a llamar directamente a mi amigo, estoy demasiado recién levantado como para escribir. Pongo seguro a la puerta, me lavo la cara y marco el número de Luriel, lo pongo en altavoz y bajo el móvil sobre la mesada del lavabo en lo que preparo mi cepillo de dientes.
—Buen día —Saluda mi amiga algo agitado.
—¡Esa amabilidad es increíble! —digo en lo que meto el cepillo a mi boca.
—Unos días encerrados en este lugar con la realeza y me convierto en un caballero.
Escupo, para poder hablar.
—¡Ah! olvidé que ahora usted está con la creme de la creme.
—¿Qué más da? Anda, cuéntame ¿Cómo están por allí? Orkias no quiere contarme nada, Zunú, Arand, Itae y Cenit ignoran mis llamadas, y no tengo idea de Mónica, ¿Puedes creer que ni tarea me han enviado?
—No crees que es por algo, Luriel.
—¿Tampoco me vas a decir nada?
—Nop, soy tu amigo, pero sabes que nos entrenan para poner a La Colmena primero ¿No? así que, pregúntame que tal el clima, o si hay mucha tarea, pero no por lo que sucede aquí.
—No me esperaba menos, pero debía intentarlo.
—¿Y cómo vas tú en el palacio real? ¿La princesa linda insoportable sigue siendo insoportable?
—La verdad, es más sanguinaria y torturadora que insoportable, los entrenamientos con Anastasia pasaron a mi memoria como divertidos. ¿Recuerdas ese mes que me quedé con ella? te había dicho que Ana nos hacía caminar sobre leña cortada, soportar el peso de rocas, y nos exponía al límites de nuestras emociones?... Bien Araresá supera por lejos eso.
—Suena divertido —río en lo que me enjuago la boca y abro la ducha para que el termostato comience a calentar el agua —. La verdad me alegra que estés entrenando duro, eso significa que te harás muy fuerte.
—Eso espero. Oye, estos días recibí un mensaje de Jazmín...
Me quedé congelado, no pude quitarme toda la remera al escuchar a mi amigo, bajé la tela de mi ropa a su lugar y tomé el celular, nadie le había comentado de los últimos acontecimientos, ni tampoco que hoy vamos a la olimpiada del Saint Cals, por lo que siento que lo que Jazmín haya dicho a Luriel va a echar todo el trabajo que nos ha llevado guardar este secreto.
—Mmmm ¿Y qué te dijo?
—Me preguntó si nos veríamos hoy. ¿El intrnado irá al intercolegial?
—¿Qué le contestaste? —ignoro la pregunta.
—No le contesté, estaba en entrenamiento, y el tiempo que tengo libro intento estar con Iracema, ya vi el mensaje muy tarde.
—Bien, mejor.
—Juanjo, no contestas.
—¡Puta! Eres de pesado Gianti.
—¡Contesta perro!
—¡Sí! vamos a ir al evento, pero necesito que no hagas ni digas nada, que no intentes hacer algo estúpido y que nos dejes a nosotros manejar lo que haya que manejar.
—¿Van a ir a la boca del lobo y quieres que me tranquilice? ¿Qué mierda les pasa? ¿Qué carajo le pasa a Orkias?
—¡Tranquilízate Luriel! —ordeno, y mi amigo calla —. Nos vas a dejar hacer lo que debamos hacer, tú seguirás entrenando, ¿Ok? Es la primera misión que me dan, yo lo estoy liderando Luriel, por favor, solo, confía en mi.
El silencio se hizo del otro lado de la llamada, conozco a mi amigo, él es impulsivo en los momentos en que la situación se escapa de su control, pero de verdad, necesito que esta vez pueda dejar todo esto en mis mano, no sólo porque será la primera vez que voy a liderar una incursión, si no, porque él e Iracema deben concentrarse en su entrenamiento.
—Bien, dejo en tus manos, y mejor cuelgo, para no seguir con preguntas, porque o sino en cualquier momento me escapo de este lugar.
—¿No te has dado cuenta que esa es la razón por la que nadie te dice nada?
—Mejor cállate perro, me voy a entrenar.
—Vete, hablamos luego, ya te vas a enterar cómo nos va la misión.
—Más vale que me lo digas.
—O ¿Qué? me vas a mandar a Jaguareté a castigarme.
—Es posible, mándame saludos a Gus, adiós
—Adiós.
Cuelgo la llamada, y al fin me quito la ropa, el agua ya está caliente y esperando por mi, en lo que paso frente al espejo veo el reflejo de la marca del 7mo en mi espalda. El día de hoy más que nunca me siento comprometido con esa marca, por días esperé este momento luego de haber entrado en pánico.
El padre de Iracema me había dicho que este es mi momento, que debía tomarlo con orgullo, y eso hice, estos días me ha estado entrenando, preparando no sólo físicamente, también ha trabajado conmigo la estrategia, el pensamiento, mi actitud.
<<El radar debe estar encendido en cada momento, tú debes anticiparlo absolutamente todo, y puedes hacerlo Juanjo, estoy seguro que puedes hacerlo, aquí no somos personajes secundarios, ni una abeja es menos que otra, todas somos poderosas>>
Recuerdo sus palabras mientras me encerraba en confinamiento, fue la noche más horrible, no aguanté, abrí los ojos, y casi me volví loco, sin embargo, al día siguiente volví, porque no puedo perder, yo no soy débil, y cueste lo que cueste, debo ser tan fuerte como se pueda para cuidar al enjambre.