Los secretos de la esclava

8. Por favor, ayúdame

De alguna forma u otra, Noah se las arregló para escaparse de las jóvenes damas que no hacían nada más que acecharlo, desde la perspectiva del joven Pheriam, incluso se sentía acosado; prefiriendo seguir las recomendaciones de Cédric, a regañadientes se dirigía a la habitación de Mare, pero estando sólo a la vuelta de la esquina, escuchó lo que parecía ser el sonido de una bofetada.

El pelinegro apresuró sus pasos para descubrir lo que sucedía, y lo que sus ojos presenciaron lo dejaron congelado por unos segundos. El favor que Cédric le pidió resonó en su cabeza, es consciente de que aceptó el proteger a Mare en lugar de hacer lo otro que le desagradó más, pero estando ahora frente a la situación actual, se da cuenta de que hasta para eso fue completamente negligente; dejándose llevar por el rechazo hacia la mujer, permitió que tres imbéciles burlaran la seguridad para llegar a ella.

Dejó que toda su ira se desbordara junto con el aura de su magia, y en un momento todo comenzó a temblar de forma leve, incluso en el salón principal de la mansión se pudo sentir; Cédric, que se encontraba junto a Eleanor, supo que se trataba de Noah, por lo que se dispuso a calmar a los invitados al igual que su esposa.

Noah enfureció cada vez más, ya que Mare no podía defenderse ni hablar, le perturbaba por cuánto tiempo estuvo deseando que la ayudaran y nadie acudiera. Cuando vio que la soltaron de manera tan brusca, hizo chocar su espada contra el suelo sin desenvainarla y poco a poco comenzó a acercarse.

—¡N-Noah Pheriam!

—¡E-espera un momento, muchacho, esto tiene una explicación!

Esas palabras no convencieron a Noah, al contrario, se veía más feroz.

—¿Qué explicación puede tener el haber ingresado a esta mansión sin permiso? Una basura como tú que no sabe cuál es su lugar.

—¡Yo sólo venía a recuperar lo que me pertenece! V-vamos, sir Noah —hizo una pausa para tomar a Mare del brazo sin ninguna delicadeza—. El duque sólo compró a esta mujer por puro capricho, eventualmente se aburrirá de ella; lo único que quiero es hacerle un gran favor llevándomela.

—Capricho, ¿dices? ¿Estás insinuando que mi duque es un caprichoso sin carácter? ¿Y quién te crees que eres para tutearme y llamarme por mi nombre?

Con cada pisada, Noah dejaba escapar su maná e imponía presión en el ambiente, esto fue fácilmente visto por aquel hombre que volvió a soltar a Mare, y segundos después retrocedió junto con sus seguidores porque Noah ya estaba a pocos pasos de ellos. Todos conocían a Noah como la escalofriante sombra del Duque, y muchos le temían especialmente por su magia que muy pocas veces ha mostrado a los enemigos, eso lo volvía más peligroso.

Mare lo miró desde donde estaba el cómo ellos se excusaban torpemente sobre sus acciones, diciendo una cosa y luego otra de las cuales Noah no creyó ni una letra. Finalmente llegó junto a la peliazul, poniéndose entre ellos y ella para brindarle la protección que tanto anhelaba la joven; Mare ya se había dado cuenta de que el pelinegro era una persona seria a la que le importaba mucho el espacio personal, justo como a ella, pero en ese momento no pudo evitar el sostenerse de él y convertirlo en su apoyo, agradeciendo internamente que este no la rechazara como hasta ese día había hecho.

Noah de verdad estaba dispuesto a hacerles pasar el peor de sus infiernos a aquellas personas por el atrevimiento que tuvieron de no sólo molestar a la señorita Mare, sino de también pisar zonas de la mansión que no les correspondían; sí... definitivamente les haría pagar, es su trabajo como la sombra del Duque. Sin embargo...

De verdad estaba dispuesto a hacerles pasar el peor de sus infiernos a aquellas personas por el atrevimiento que tuvieron de no sólo molestar a la señorita Mare, sino de también pisar zonas de la mansión que no les correspondían, sí... definitivamente les haría pagar, es su trabajo como la sombra del Duque. Sin embargo...

—Que los guardias de la mansión se hagan cargo de estos intrusos —dijo antes de ayudar a la señorita a levantarse y así poder ingresar a la habitación—. Paguen.

Si fuera por Noah, seguiría confrontando a esa gente, pero luego la miraba a ella y sólo notaba que quería terminar con ello, estaba asustada, cansada y agotada. Fue por eso que le transmitió todo con la mirada a otra mirada que parecía comprender su miedo hasta lo más profundo, entendiendo su cansancio y sabiendo de su agotamiento, con hacer eso se dispuso a llevarla dentro de la habitación.

Lo último que esas personas vieron, fue el brillo en los ojos de Noah, y después ocurrió todo aquello a lo que los enemigos de su duque solían temer.

Desde el momento en que Cédric vio a Noah manifestar su magia en la niñez, investigó a más no poder para descubrir el uso de su poder, llegando a la conclusión de que Noah poseía la habilidad de la invocación y comunicación con los seres que ya han cruzado el umbral, esta era la definición de la magia antigua conocida como "necromancia". Sin embargo, Noah tuvo muchas limitaciones a pesar de su evidente talento con la magia, comenzando con que sólo podía invocar cadáveres que ya rozaban a ser simples esqueletos que sólo obedecían sus órdenes; la comunicación con los espíritus fue algo que sólo pudo hacer de niño una sola vez, pero a partir de ese momento nunca más consiguió esos resultados.

En el pasillo donde antes se encontraban, aparecieron varias brechas en las paredes, de las cuales aparecieron esqueletos de las mismas; cada brecha mostraba un vacío sin fin, cualquiera pensaría que se perderían para siempre, pero era decisión de Noah el lugar a donde se podrían dirigir las brechas. Los intrusos trataron de escapar por todos los medios posibles, incluso usaban inútilmente sus armas en un pobre intento de neutralizar a los sirvientes sin vida de Noah, pero estos fueron rápidamente atrapados y arrastrados hacia una brecha.




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