Los secretos de la esclava

12. Eres libre

Anteriormente en la reunión

—Entonces, ¿podemos tener un trato finalmente duque Pheriam? —preguntó el conde Mirán, manteniendo una amplia sonrisa mientras estiraba la mano para la mano de Cédric.

—Es posible que podamos llegar a un acuerdo, pero usted ya me conoce, conde —respondió, pasando a apretar mucho más la mano ajena, haciendo que su dueño hiciera una mueca de dolor—. Todo depende de qué tan útil pueda ser usted para mí, estoy seguro de que me comprende, ¿verdad~?

El conde tragó saliva ante la presión que Cédric provocaba, y de inmediato afirmó con desesperación.

—... s-s-sí, duque Pheriam, tenga por seguro que no habrá nadie más que la familia Mirán —respondió rápido, rogando para que soltara su mano, cosa que Cédric hizo antes de darle un último apretón.

Aquel noble que ante los ojos de Cédric no era más que una rata, se rápidamente como si fuera un perro al que habían asustado, iba con la cola entre las patas, al menos ese era el pensamiento del pelirrojo. Vio a Eleanor acercarse luego de que fuera voluntariamente a despedir a sus familiares, Cédric la recibió con una sonrisa.

—Por tu expresión, veo que todo fue bien —concluyó, escuchando la afirmación de la pelinegra.

—Fui capaz de mantener la calma ante las palabras de mi familia, muchas gracias por apoyarme, siento que no me alcanzará la vida para agradecerte por todo lo que haz hecho por mí... ¡auch!

Cédric estaba jalando la mejilla de Eleanor después de escuchar esas palabras.

—Miles de veces te he dicho que no es necesario agradecerme, tú también me estás ayudando mucho —dijo mientras cerraban las puertas de la mansión—. Ahora que todo esto ha terminado, vamos rápido con Noah y Mare.

—... ¿estás preocupado por lo que pasó hace rato?

—Sí... Noah no utiliza su poder así nada más, algo debió ocurrir.

Dejaron la limpieza en manos de los sirvientes, tanto Eleanor como Cédric no se preocuparon por cambiarse de ropa, simplemente fueron lo más rápido posible a la habitación de Mare. El pelirrojo no necesitaba preguntar dónde se encontraban, sabía que Noah estaría con ella; al llegar al pasillo, tanto Cédric como Eleanor sintieron el rastro de magia, confirmando que Noah la utilizó.

Cédric abrió la puerta de la habitación de Mare, sorprendiéndose de verlos a ambos recostados y dormidos en la cama.

—¿¡Pero qué significa esto, Noah!? —exclamó, e hizo una mueca al no recibir respuesta, pero sus quejas fueron interrumpidas por Eleanor.

—Espera un momento... —se acercó con cuidado a aquellos que dormían, y realizó un rápido análisis sobre sus cuerpos, y no tardó en detectar la magia—. C-Cédric... la conciencia de Noah no está en su cuerpo.

—... ¿qué quieres decir con eso?

—Lo estoy investigando —respondió mientras analizaba nuevamente las cosas, esta vez el cuerpo de Mare—. Cédric, c-creo que Noah se encuentra dentro del flujo de maná.

—¿¡Qué!?

—Detectó su consciencia en ese lugar.

Cédric no se esperaba esa revelación, recordaba que Noah estaba tan reacio a entrar en el flujo de maná de Mare; honestamente, estaba dando por hecho que no lo iba a hacer y que sólo se dedicaría a protegerla de cualquier amenaza, incluso estaba pensando en contactar a Zia, el médico de la familia, no se comparaba en poder a Noah, pero sus conocimientos y talento en la magia serían útiles, lo malo es que estaba de visita en la capital y el emperador no parecía tener planes de devolvérselo aún.

—... Eleanor —llamó a la ajena, quien de inmediato lo miró—. Envíame dentro.

—¿Qué? P-pero... eso puede ser peligroso, es un 50/50 que un flujo de maná reciba más de una consciencia, a-además de que el flujo de Mare es diferente.

Cédric frunció el ceño, comprendiendo la palabras de Eleanor. «Tal vez... Noah pueda encargarse»

—... ¿crees que Noah estará bien? Yo le prometí que no lo dejaría solo —mencionó antes de mirar a su hermano dormido, pero segundos después, el verlo fruncir el ceño de forma leve le hizo tomar una decisión—. No. Yo siempre cumplo mis promesas a Noah, no lo dejaré solo; llévame con él, Eleanor.

La mirada de Eleanor mostraba preocupación, pero Cédric parecía haber tomado una decisión definitiva y lo comprendía, ella también haría lo que pudiera por ayudar a Noah.

—Está bien, siéntate junto a la cama, te someterás a un profundo sueño, pero quiero que tengas en cuenta que no puedo hacerte aparecer directamente con Noah, tendrás que buscarlo —dijo mientras se preparaba para realizar su magia—. Trataré de vincular nuestras mentes, de esa manera seré capaz de ayudarte y guiarte lo más que pueda.

—Eso me parece perfecto, te lo encargo...

Antes de iniciar, el pelirrojo le dio una última mirada a su hermano. «Tranquilo, Noah... yo voy en camino a ayudarte, no te dejaré solo», pensó mientras se sentaba junto a la cama. Luego de unos minutos, Cédric no tardó en sentir la magia de Eleanor sobre su cuerpo, y fue así como poco a poco su consciencia lo abandonaba; para cuando abrió los ojos, parecía que estaba viendo la nada. «Hay muchos caminos, ¿pero cuál me llevará a Noah? Que no se vea como un flujo normal es un gran inconveniente», pensó con el ceño fruncido.




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