Los Secretos de la Familia Barrie #1

2. RENATA BARRIE

 

CAPÍTULO TRES – RENATA BARRIE

"Vecino nuevo"

Al día siguiente...

No podía creer que el aroma a sangre había sido reemplazado por Lavanda, había hecho el trabajo sucio para que no sepa alguna sirvienta, pero olía igual. Era de día y como dije olía bien, William estaba durmiendo del otro lado de la cama, traté de no hacer bulla y me levanté.

Caminé hacia el cuarto de Teodoro, estaba durmiendo plácidamente y sonreí al recordar lo que había dicho a William antes de irme a dormir. Él sabía un 10% de mi pasado y aunque lo ocultaba como había sido criada, a él siempre sería como su hermana menor que necesita cariño.

—Buenos días —hablo alguien detrás, no necesitaba voltear para saber que William estaba observando a nuestro hijo

—Buenos días, William. ¿Cómo amaneciste?

—Bien, gracias madama —dijo con total sarcasmo, me entrego el diario que había llegado a casa y lo observé.

RENATA BARRIE Y WILLIAM BARRIE LUCIERON A LO GRANDE EN LA FIESTA DE SAMATHA.

Invitados dijeron que Renata se lucía como toda reina de la fiesta, con su vestido negro Versace y un maquillaje espectacular. ¿Qué nos traerá Renata Barrie para su segunda edición de moda?

—Me encanta

—Lo sé, pero no era la noticia que te mostraba —señaló al otro lado del diario y lo observé con total determinación.

ALONZO HERRERA Y SU ESPOSA, BIANCA RAMIREZ, SON LOS NUEVOS VECINOS EN LLEGAR A BEVERLY HILLS.

Los novedosos vecinos lucieron las mejores marcas de Balenciaga a todo alto, dicen que no le tienen miedo a Renata Barrie y su advertencia hacia "los mal vestidos", ya que, ellos se vestirán como a ellos les plazca y si los domina a ellos, estarán orgullosos de crear un nuevo premio: LA REINA DE LA FANTASÍA. ¿Por qué dirá eso?

Tiré el diario al suelo, furiosa volteé a William que se encontraba con los brazos cruzados y como si fuera obvio mi frustración con los nuevos, tocaron el timbre.

—Abriré la puerta, tú cámbiate, señora fantasía —se burlo

—¡¿ERES IDIOTA O QUE?! ELLOS QUIEREN ATENCIÓN

—A mi no me importa la atención, nunca me ha importado porque mi familia, aunque vivía aquí, siempre eran reservados y así me crie

—La época de tu familia pasó, la que cambio todo soy yo. Estás casado conmigo porque me amas, porque me aceptaste como soy, porque fuiste alguien que...

—Renata te conocí distinta así que no digas que te acepté como eres porque no eres la persona de la que me enamoré —dijo advirtiéndome

—Ahora cambias que toda la relación es mi culpa, ¡¿eso es lo que quieres decir, eh?!

—Sí

—Yo no soy la única que tengo que dar amor a esta relación, sino tú también tenías que dar...

—Se acabó Renata, está relación no da para más

Tocan la puerta y siento que es la sirvienta, aunque no me importó porque estaba tan furiosa con William que todo lo deje en segundo plano

—¿Y ahora me dirás que te enamoraste de otra persona y te irás? Sabes que no puedes hacer eso, tenemos un hijo recién de unos meses, somos los mejores...

—No me importa y sí, tienes razón, me enamoré de otra persona

Quedé sorprendida. No podía decir una sola palabra. Sabía que de cada pelea todo se solucionaba porque nos amábamos, pero esto era diferente... yo lo seguía amando, no podía estar sola.

—No te dejaré sola —al parecer me leyó la mente, —, pero no creo que esta relación siga siendo porque no es lo mismo cuando quise casarme contigo, ya... ya no me... gustas

La puerta sonó de nuevo, las lágrimas salían de mis ojos y aunque pensaba que estaba en el sueño ese de que perdía a William, no podía pensar quien era esa mujer de la que él se enamoró.

—Señor William, señora Renata, los nuevos vecinos vienen a verlos. Están esperando hace unos minutos, se escucha el ruido hasta abajo, felizmente el living es anti-ruido —dijo la sirvienta detrás de la puerta

—Ya irá la señora Renata, deberías bajar

—Ok, señor. Buenos días

Buenos... esto no tiene nada de buenos, maldita

****

Después de unos minutos, me encontraba con una sonrisa perfecta hacia los nuevos vecinos, Alonzo Herrera más bien un hombre muy guapo, de ojos verdes y un cabello castaño —muy diferentes a los de William—, su esposa, Bianca Ramirez vestía un vestido floreado no muy común de aquí, aunque lucía con su hermosa silueta de modelo de Barbie.

—Bienvenido a Beverly Hills, algo de tomar —dije sentándome en el living

—No gracias —dijo su esposa, —Más bien venimos a ver a la dichosa Renata Barrie y sus reglas de los vecinos

—¿Cuál regla? —pregunte

—"La familia Barrie: Admirada por todos los vecinos". Es como una advertencia de comprar una casa aquí, me parece extraño que no sepa que había eso.




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