CAPÍTULO SIETE - RENATA BARRIE
"Sarah's"
Sarah’s es mi lugar favorito desde el primer día que fui con William, aquel restaurante servían las mejores platillos costosos de todo el mundo. De pequeña me acostumbré en comer lo mismo durante un año, luego fui cambiada a un lugar que me trataban bien pero, me fui para casarme con mi exesposo. Ahora, solo disfrutaba un platillo como una mujer soltera y al lado, mi vecino-amigo Alonzo Herrera. Con una camisa y un pantalón azul comía de lo más normal a mi lado.
—¿Cómo esta ese plato? —pregunté
—Delicioso, gracias por la cena
—De nada —dije, un pensamiento de Bianca me trajo a la realidad, —Hasta ahora no puedo creer que tu esposa te deje, si fuera yo, no te hubiera dejado.
—No hay problema con ella, no es celosa y son las cosas que me gustan de ella
—Ah ok
La música relajante cambio a una más de los 2000, siendo así, sonando This Love de Maroom 5; recuerdo que era mi favorita cuando era joven y tanto que lo tenía en mi celular.
Mi vista captó una persona conocida o más bien a William con Miriam. Él se encontraba comiendo incomodo por las fotos que sacaba su pareja veinteañera. Pobrecito.
—Oye acabo de pensar que debemos denunciar a la sirvienta —dijo Alonzo, quitando mi vista en mi exesposo.
—No te preocupes, yo me ocupe de eso
—Eso no es una excusa que no lo haga yo, Renata
No puedo decirle… la verdad
—No te preocupe, tienes…
—No aceptaré un no por respuesta, yo lo voy a hacer —me cortó, terminando la conversación, —El baucher por favor —con una seña le pidió la carta donde debemos pagar lo que comimos.
—Está bien.
«—Tienes que ir con su padre. Tal vez los hombres que encargué no llegaron, pero por favor tiene que ir —dijo una señorita de color platinado
—Lo siento pero tiene que irse de mi casa, no voy a verlo. Váyase y no vuelva más
—Pero Renata querida…
—¡Largo! No vuelva con esa trauma por favor
—Sé que ese no merece un cielo pero eres su hija y cambio… deberías verlo, puede que te pida perdón
—No necesito su perdón
—Al menos piénselo, aquí nadie sabrá lo que ha pasado, me conoces…
—Lo pensaré pero va a ser la misma respuesta
—Ya lo veremos, Renata»