CAPÍTULO QUINCE - MISTERIO
"Debilidad y tracción II"
¿Alguna vez se sintieron solos cuando más necesitabas a una persona?. Eso fue lo que sentí y me odio por haber tenido debilidad a esa persona que me había traccionado.
Paseaba por la zona de Renata Barrie, miraba a uno y cada uno, todos los malditos días para saber a simple vista lo que otros no ven. ¿Obsesión? No lo creo, solo busco venganza por todos lo inocentes que alguna vez fueron engañados como yo.
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—Deberías morir, deberías pudrirte en el infierno…
—¿Por revelar tu secreto? —dije caminado a un lado a otro del cuarto oscuro, la chica que se encontraba atada solo se dedicaba a insultarme y a romperme la cabeza con sus ruidos chillones.
—Eres una maldita y lo pagarás muy caro —no respondí, —Por tu culpa me encuentro sin mi esposo y sin mis hijos
—Atente a las consecuencias, para la próxima piensa si quieres hacerle infiel a tu marido y traccionar a tus hijos —llora como una magdalena y comienzo a frustrarme por tenerla en mi casa.
—Déjame irme de Beverly Hills en paz ¿trato?. No diré nada a nadie y sigue con lo que haces, pero déjame irme de aquí
Oh claro que no lo conté, cuando yo posteo siempre finalizo que nadie puede escaparse de Beverly Hills porque su secreto será más grande y perversos… aunque con algunos había excepción, como lo hice con Bianca y Alonzo. Ay otro secreto más.
—Te prometo darte lo que quieras si huyo de esta casa muerta.
Ok… así me gusta.
—Cuéntame algo sobre la familia Barrie, algo que no sepa
—¿Cómo?
—Tienes cinco minutos para decirme algo de la familia Barrie
—Cierto, quieres secretos. Mmm…bueno, yo trabajaba en su casa y su actualmente exesposo, William. Bueno la cosa es que mientras William estaba casado, siempre se iba con su amante Miriam, llevaban un año saliendo juntos.
No hable y siguió conversando, —Un día me descubrió que hacía eso y me pagó para que no le dijera nada a Renata, me decía que solo era por diversión, que siempre estaría para ella, que si le decía… la perdía y me iba a pasar algo malo.
—¿William te pagaba con dinero? ¿Te amenazaba? No me sorprende, los ricos siempre son así.
—Luego William trataba diferente a Renata y ella comenzaba a sospechar pero hacía como que todo estaba bien ante todos
—Tampoco me sorprende
Pensaba en cada detalle que decía la señora de tan solo 56 años, hasta que dijo algo que me atrajo más a la conversación.
—El día en que Renata me acusó de robo de joyas, unos hombres llegaron de San Diego, California. Yo limpiaba el piso cuando la otra sirvienta abría la puerta, me levanté y me fui a dejar las cosas de limpieza, había dejado oliendo un aroma agradable. Cuando volví dentro de unos minutos, me encontré con Renata nerviosa y la casa olía horrible, se molestó que la vea con unas bolsas negras y me acusó con decirle a la policía de joyas. Fin.
—Me sorprendiste, Mayra
—No hay de que señorita. Ahora que me acuerdo, nunca fui irse a esos dos hombres. Ahora déjame salir de aquí
—Trato
Me fui acercando a la señora, le quite los nudos y en acto seguido, comenzó a correr y gritar pidiendo ayuda, maldecía como también agarre el arma y le disparé.
—Bingo.
Renata Barrie de lo que te esperas… Espera, ¿San Diego?.