CAPÍTULO VEINTIDOS – RENATA BARRIE
“De vuelta al pasado”
14 Marzo, 2004
Definitivamente, esto no era lo que pensaba, tener un maldito corazón roto por un persona que lo llamaba el “amor de mi vida”. Me sentía como un saco de box, golpeada varias veces sin quejarse, sin ser nada más para golpearlo.
Con un pantalón jean y un polo celeste, me encontraba llorándole al primer amor que algún día fue.
—No te puedes ir así, no puedes dejarme sola sabiendo que estoy en el orfanato. Te amo.
—Tienes que seguir tu vida… sin mí. Es lo mejor que puedo hacer, sé que después te darás cuenta que digo la verdad —dijo el chico que vestía de un pantalón gris, una camisa celeste y encima, una polera gris con una chalina del color guinda.
—No —lloraba sin parar, ese maldito dolor, dolía como una punzada al corazón, —Por favor no…
—Adiós Renata —el chico comenzó a irse de mi vista, lo veía borroso por las lágrimas que había botado, me sentía débil, frágil por si alguien me hacía daño.
—Lo pagarás caro
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2007
Los siguientes días la pase en cama, descansando y hablando solamente con la almohada, algunas chicas del orfanato me traían comida, que luego aparecía. Las cuidadoras me hacían levantarme cada domingo que venía padres para adoptar, pero yo solo quería estar ahí… llorando sin parar por las noches.
Hasta que el día llegó, ese domingo me cambió definidamente. Cuando me presente con unas personas que vestían con joyas y colección de la marca Zara, en ese entonces no había tanto la marca que actualmente se usa.
—Hola pequeña, me llamo Karina y él es mi esposo, Raúl Campbell. Somos la familia Campbell que viene a adoptarte.
2008
Ese día en que fueron a llevarme después de años visitándome por el reglamento del orfanato, al fin estuve en una casa muy diferente a lo que era mi antigua familia. Joyas, ropa, carros, mansión… era diferente esa vida.
San Diego, California era mi vida, mi destino y mi futuro… hasta unos cuantos días fueron lo que por casualidad me interesara por mi padrastro o diría mi padre.
—Renata, ¿Quién te enseñó hacer eso? —dijo mi padrastro mientras yo movía mis caderas cada vez que hablaba.
—Mi padre
—¿Por qué? —preguntó curioso
—Mi padre era un pervertido que solo quería acostarse con alguien quien no sea mi madre
—Entiendo
Así fueron los días en la casa Campbell, los días en que Karina se iba, nosotros lo disfrutábamos en la cama… aunque algunas veces tenía que hacer lo imposible para que Raúl no se aburra y me digiera que no de una vez.
2009
Estaba acabada. Lo del salón sabían que era una persona bruta, que no sabía como multiplicar la tabla del 9 y eso me hacía odiarme por no estudiar en su momento. ¿Pero quien era para que opine de mi vida, sabiendo que yo estaba en una de mis peores etapas de vida?, ¿cómo pueden criticar sabiendo mi problema con mi padrastro?
El día viernes llegó, me sentía solitaria observando las plantas y las flores del parque, cuando una presencia me hizo girar a su mirada y su sonrisa. En ese momento sentí un flechazo al corazón después de varios años, después de que mi ex me rompiera el corazón.
Él. Ese chico de postura recta. Ese chico, en ese instante, me gustó.
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Pasó un año, era 2010 y yo cumplía dieciocho años, oficialmente adulta. En ese año dejé de acostarme con mi padrastro, por lo que él solo se alegro de hacerlo… odiaba mentirle a su esposa que nos agradábamos.
En ese año, busqué en la red social Facebook algo pero no llegaba a nada porque no sabía su nombre. Pero un día de casualidad, lo ví de nuevo y esta vez se encontraba con alguien a su lado.
En ese instante, me dio ganas de golpear a esa chica que se encontraba besándolo apasionadamente, pero iba a hacer estúpido mi reacción porque él no me conocía. Estaba con él en el anonimato. La chica simplemente me ayudó diciendo su nombre.
William Barrie. Su nombre es perfecto. Es increíble guapo y muy elegante
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Sus redes sociales eran privados pero alguna u otra foto se encontraba en público, lo descargaba y lo imprimía para luego pegarlo en un pequeño cuaderno de fotos.
Supe de que vivía en Beverly Hills pero se encontraba visitando algunos lugares de California. Es millonario y vive en una mansión igual que yo… la diferencia entre nosotros es que él sí nació en una cuna de oro, yo nací en una pocilga.