CAPÍTULO TREINTA - MISTERIO
"Casualidad"
Caminé hacia mi antiguo hogar con una casaca oscura. Estaba tan metida en mis pensamientos que no me fijé en la persona que hace un segundo acabe chocando.
—Perdón —seguí de largo, no me interesaba escuchar sus disculpas, pero algo me hizo voltear.
Esa voz…
Renata Barrie estaba aquí. Fui corriendo a la casa de madera sucia, donde se encontraba los cuerpos de… mis padres. Sí, Renata Barrie es mi hermana biológica de Renata. Soy Vania Taylor Brown.
Desde mucho tiempo estuve con mi padre en bar con sus amigos, la llame, le pedí ayuda cuando por fin estaba en un mejor lugar. Murió Vania pequeña y se olvidaron de la niña que tenía tan solo unos años y tenía uso de razón.
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2007
El día en que mi hermana se fue, me encontraba en la escuela en una casa de una vecina. Para ellos, era un fantasma, a Renata le importaba más ella que de los demás; mis padres sólo estaban felices que Vania, la bebé que estaba en la barriga de mi madre, naciera y los sacara de esa casa sucia de color blanco.
Los días para mí, eran eternos, llenos de soledad y mucha tensión, mi vida nunca fue tan perfecto pero los quería. Era inocente cuando me fui a la taberna de mi padre y conocí a sus amigos. No, no me hicieron nada, estaban a punto de hacerlo un viejo de canas cuando llegaron la policía, ese día mi padre fue detenido y yo hui.
Sólo quería ver a mi hermana mayor, Renata.
Al llegar, me encontré a mamá, toda normal, preparando un platillo para comérselo y así la bebé coma.
—¿Dónde está Renata? —pregunté
—En el orfanato, ya no es parte de la familia
—¿Por qué echaron a mi hermana, mamá? —dije exaltada
—En esta casa, ya no alcanza para alguien más. Renata es mayorcita para manejar su vida, Vania Vanesa tiene que al menos tener un espacio adecuado.
—Hiciste un error mamá, Vania pequeña no tiene condiciones de que nazca, estos últimos días has bebido, has hecho fuera y encima, estás enferma
—Cállate. Va a nacer, no des mala espina a tu hermanita
Mamá no aceptaba su enfermedad por más que hiciera el tratamiento, nunca iba aceptar que no puede forjar más las cosas que hacía antes.
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2008
Renata Camila ya no era más una Taylor Brown, su apellido cambió cuando su familia nueva la adoptó, en esos días pensaba que me iba a llamar, pensé que… ese lazo que había y todas las vivencias que hacía me hacía que ella había cambiado… pero no, no cambió. Nunca me llamó y me decepcioné.
2013
Perdí todo contacto con Renata, no me interesaba después de años contactarme con ella. Luché por mi cuenta por más que mamá me daba atajos para que no siga mi sueño: estar en una universidad.
Me esforcé, pedí ayuda de muchos y claro, trabajé. Mis padres al poco tiempo ya no podían trabajar por la muerte de la bebé… después me pidieron que los ayudara con la casa, estaban enfermos. Mamá estaba en las misma condiciones, mientras que, mi padre se dedicaba a quejarse de no moverse rápido por su espalda torcida.
Viví una vida normal sin ella, sin nada que tenga que ver con una muerte que hizo que tomara venganza. Viví mis diecisiete tranquila.