Los Secretos de la Familia Barrie #1

33. RENATA BARRIE

 

CAPÍTULO TREINTA Y TRES - RENATA BARRIE

"Siguen las mentiras"

 

Ya era madrugada cuando me levanté de la cama, William roncaba como un león que no me sintió cuando cerré la puerta después que saliera. Estaba tan en mis pensamientos que no podía dormir, le había dicho que me divorciaba de él y me dijo que no.

Estaba frustrada hasta un punto en donde mi vida dependía de otra sola mentira para explotar como una dinamita. Salí al balcón que conducía el parque trasero de mi hogar, ese en donde antiguamente me dedicaba a decirles a mis sirvientas que lo dejaran impecable.

Escuché un “piss” a lo lejos de… los arboles marchitas de mi hogar. ¿Desde cuándo he descuidado mi hogar? Observé a la persona que estaba justo en frente mi árbol: Alonzo.

—¿Qué haces aquí a estás horas? —dije asustada

—Porque quería verte ¿a qué más?

—Bianca tal vez se preocupará…

—Bianca sólo es mi hermana, Renata y lo sabes, ven aquí

Por un momento lo pensé bien, no quería tener consecuencia… pero al verlo, me daba una seguridad que podía dejar aquellos riesgos correr, porque cada vez, desde que lo besé, había sentido algo real por él.

Salí del balcón apresurada y bajé enseguida, sin hacer bulla y me abalancé en sus brazos. En esos brazos fuertes en lo que confiar, en esos que no olvidaría jamás.

—Tenía muchas ganas de verte, pensé que después de la fiesta, no habías dormido así que vine

—¿Cómo va todo en casa?

—Con mi hermana, bien. Le dije que no era necesario mentir a los vecinos sobre un anillo

—¿Qué estás diciendo?

—Estoy diciendo que, desde ese beso en el Bar, lo nuestro ya tiene futuro. Me gusta Renata.

El corazón se me aceleró como un auto de rápidos y furiosos.

—¿De verdad? —me estaba comportando como una cría, pero no me importaba, estaba siendo aquella chica que alguna vez quiso su final feliz

—Sí Renata, me gustas mucho. Quiero decir que la obsesión con Bianca desapareció, que tengo unas ganas de decir en voz alta que quiero estar contigo… que tengo planes contigo y con tu hijo.

—Yo también te amo, te quiero, te adoro —lo abracé más fuerte, —No pienso dejarte ir

—Ni yo, te amo Renata

—Deja a mi esposa, maldito —dijo una voz que conocía bien, detrás de mí.

¿Alguna vez sintieron que ese amor que tanto soñabas es un agridulce, un amor prohibido que nunca podrán estar con él? Mi mente recorría a la canción de Billie con I love u, esa melodía… ese sentimiento.

Si por un motivo tuvo que ver ese destino de juntarme con Alonzo estando casada, agradezco aquellas mentiras que Misterio mostró. Que William es un monstruo disfrazado de hombre guapo, que Alonzo es un príncipe azul vestido de chico, que Misterio es un salvador y que yo era una chica que no se reconocía, que no se veía en un espejo desde hace mucho tiempo.

 

Ese momento, ese día… fue el peor día porque sentí como era el amor real, agridulce, ese sabor dulce, pero con tristeza como también, el miedo, el temor y la inseguridad.

 

 

 

 

ESTE CAPÍTULO LE CONTINUARÁ EN FOREVER, RENATA BARRIE. La nueva historia de la trilogía Los Barrie. Falta pocos capítulos para que termine Los Secretos de la Familia Barrie y estoy agradecida porque lo leas. Feliz Navidad queridos lectores, este, un capítulo de regalo.

 

 

 

 




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