CAPÍTULO TREINTA Y SEIS – ALONZO HERRERA
"Adición"
Recuerdo el día en que la conocí, toda glamurosa, posesiva, elegante, muy egocéntrica... una chica a la que sólo quería utilizar para mi bienestar. Hoy simplemente es una chica a la que la veo transparente por más que se oculte con unas gafas de sol o un cigarro en la mano, no sabía que poco a poco, ella, Renata sería mi nueva adición.
Estaré perdiendo la cabeza por ella, estaré cabreado cada vez que piense a su falso marido tocarla o besarla, estaré celoso cada vez que alguien le diga o haga algo y estaré ahí, enamorado de la chica más hermosa que he visto en mi vida.
Mi hermanastra dejó de ser mi obsesión a ser simplemente alguien a quien quiero, le expliqué las cosas que había pasado y aunque no se lo tomo a pecho, los siguientes días lo supo aceptar.
Estar enamorado no lo decides, es más bien algo inesperado a lo que se convierte en amor. Pensar, pensar, pensar... era lo único que mi mente divagaba al irme a dormir, imaginar una vida a su lado, al lado del increíble bebé que tiene y ser yo quien la levante con un beso cada mañana.
Es increíble estar enamorado. Es impresionante como uno puede cambiar de noche a la mañana.