Los Secretos de la Familia Barrie #1

45. RENATA BARRIE (CAPITULO FINAL)

 

CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO – RENATA BARRIE

“Aniversario – Capítulo Final”

 

 

¿Se imaginan ver la casa donde han vivido un día terriblemente malo? Pues después de un año viví una tortura que tuve que huir de Beverly Hills, William en esa casa y mucha pero mucha sangre por toda esa casa. Era el destino, era mi destino quedar así.

 

****

 

ANIVERSARIO DE RENATA Y WILLIAM

 

Decía al entrada de nuestra casa, esa casa donde me tuve que vivir mi luna de miel, esa en donde me embaracé de Teodoro y en esa en la que tuve mi primera pelea con mi marido.

Ese día tenía un motivo por el cual celebrarlo, después de todo iba a ser la despedida con él.

—La casa está limpia, pensé que la sirvienta no limpiaba esta —declara William, observando los cuadros de la repisa de la sala

—La sirvienta se encarga de todo lo que respecta Los Barrie, no te olvides William

—Si, si tienes razón

—Hablemos de nosotros.

—¿De nosotros? Sorpréndeme

—Del como nos conocimos o como fue que nuestra relación se fue al tacho

—Nos conocimos en la universidad y yo tenía novia… lo otro no se ha ido al tacho, amor

—Claro que sí, amor —dije al final con un tono de asco

—¿Vamos a pelear en nuestro aniversario de casados?

—No, claro que no. Solo pido respeto a nuestra relación y verdades

—Renata, ¿de qué hablas?

—Que pares de mentir. Que dejes los secretos de una puta vez

—Los secretos de la familia Barrie… ¿a eso te refieres? ¿acaso tu hermana no ha dicho todo en su estúpido blog revelando nuestros secretos? ¿eh?

—No, no contó que tu me engañaste no solo con Miriam, sino con muchas. Me contó que quisiste volver con Sandra y que…

—Cállate. Son patrañas lo que dice tu hermanita

—Con Vania no te metas, William Barrie

—Te amo, no haría nada contra tu familia

—Pero si ya lo hiciste, matar a mi familia biológica es estar en contra de mi y secuestrar a mi padrastro también

—No los mate, ¿qué buscas de mí? ¿un culpable de toda tu mierda?

—Sabes… no quiero malograr este día. Hay que disfrutar de este momento como el de nuestra boda ¿lo recuerdas?

Besos. Peleas. Drogas. Humillación. Más besos y despedidas.

—Renata… sabes que nunca haría daño a nadie, ni a ti amor

—No hablemos de eso —me meto a la cocina, saco un cuchillo pequeño pero del modelo del serrucho y lo escondo bajo mi suéter verde.

—Vamos a la habitación

Sé que no va a terminar bien, sé que después de todo habrá un despedida. Es el momento de salir del infierno llamado William Barrie.

 

****

 

—Hoy es nuestro aniversario y hay que pasarlo bien. ¿Bailamos?

—Claro

William pone el botón de play a la música y comienza a sonar Careless Whisper de George Michael, la música era lenta y melancólica o al menos eso es lo que siento al escucharlo. Fue esa canción donde comenzó con nuestra relación, fue esa vez que William dio mi primer beso o mi primera vez con él, fue ese baile de graduación en la que compartí con él o los bailes siguientes en los bares de Beverly Hills. Esa canción tenía historia y esa era Renata Campbell y William Barrie.

La canción estaba terminando con la voz del cantando en segundo plano, cuando de pronto saque el cuchillo serrucho y lo comencé a tocar hasta apuñalarlo.

—Amor —dice confundido, —¿Qué fue?

—Lo siento, pero debo hacerlo

—¿Acuchillarme? Es que te quieres ir con Alonzo ¿eh?

Ni me acordaba de él, aunque no estaba en mis planes caer rendida por un chico guapo, otra vez no

—No, es por mí y eso que ni estoy diciendo la frase cliché. Quiero estar en paz y estando tu en mi vida, simplemente estoy en el infierno

—Ni por nuestro aniversario, supiste tonta melocotón

—Adiós y bienvenido a los bonitos recuerdos que tuve contigo, William. Te quiero y te amé, esto es un adiós para siempre

—¿Es así como termina nuestra historia? ¿Es así como queda nuestro final? ¿Yo muerto y tú viva paseando Beverly Hills con mi apellido? Tal vez me equivoqué al creer que me ibas a dar un lugar

—Sé que nunca me amaste —digo por último antes de voltear, —Y que nunca lo harás

—Te equivocas —dijo con la mano en la herida, estaba sangrando y cada sitio se llenaba de su sangre, —Te amo, sólo que no amo como tu lo haces. Tú amas con locura, yo simplemente amo por amor al corazón.




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