Los secretos de la Nerd

Capítulo 3: El Guardián Invisible

El sonido de los pasos era firme, cada uno resonando con un eco que hacía temblar las paredes de la torre. Emma presionó la esfera de cristal contra su pecho, como si aferrarse a ella pudiera protegerla. Su linterna titiló, proyectando sombras alargadas que parecían bailar burlonamente.

La figura emergió de las escaleras y Emma contuvo la respiración. Era un chico, quizás un par de años mayor que ella, con el cabello oscuro despeinado y un abrigo largo que parecía demasiado grande para él. Sus ojos, claros y penetrantes, se clavaron en los de Emma.

—Sabía que alguien terminaría aquí tarde o temprano —dijo, cruzándose de brazos.

Emma retrocedió un paso, aferrándose aún más a la esfera.
—¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?

El chico sonriente con cierta ironía, pero no respondió de inmediato. En cambio, señaló la esfera que ella sostenía.
—Eso no es un juguete, y tampoco es algo que deberías tener.

—No respondas mis preguntas, ¿por qué debería responderte? —replicó Emma, ​​tratando de ocultar su nerviosismo detrás de una fachada de valentía.

—Tienes razón, no necesitas confiar en mí. Pero si dejas que esa cosa salga de aquí sin saber lo que estás haciendo, vas a empeorar las cosas para todos nosotros. —El tono del chico era serio, casi acusador.

Emma frunció el ceño.
—"Todos nosotros"? ¿A qué te refieres?

El chico suspir, como si estuviera frustrado por tener que explicar algo que consideraba obvio.
—Mira, no puedo contarte todo aquí, pero lo que tienes en las manos no es cualquier cosa. Es parte del legado del Club del Lirio. Y si ellos desaparecieron, fue porque jugaron con esto y no entendieron sus reglas.

Emma no sabía si creerle, pero sus palabras coincidían con las historias que había leído.
— ¿Cómo sabes todo esto?

El chico se acercó un paso, manteniendo las manos a la vista, como si intentara calmarla.
—Porque llevo meses siguiendo las pistas. Este lugar, la torre, el libro que encontraste... todo me llevó aquí. Pero no esperaba encontrarme contigo.

Emma sintió que algo dentro de ella hacía clic.
—¿La nota? ¿Tú la escribiste?

El chico negoció con la cabeza.
—No, pero quien lo hizo quería que tú estuvieras aquí. No es casualidad, Emma. —Su voz bajó un tono, casi en un susurro.

Emma se tensó.
—¿Cómo sabes mi nombre?

Él suena ligeramente.
—Porque no eres tan invisible como crees. Eres la única persona que podía resolver esto. Yo solo soy... una guía.

—¿Un guía? ¿Qué significa eso?

Antes de que pudiera responder, un ruido ensordecedor sacudió la torre. Ambos se giraron hacia las escaleras, donde un haz de luz blanca se filtraba, iluminando la oscuridad como si algo estuviera ascendiendo.

— ¿Qué es eso? —preguntó Emma, ​​su voz temblando.

El chico se giró rápidamente hacia ella.
—Es el guardián. Tenemos que salir de aquí. Ahora.

—¿Qué?

—¡Corre! —gritó él, tomándola del brazo y tirando de ella hacia las escaleras opuestas.

Emma apenas tuvo tiempo de reaccionar. Mientras descendían a toda velocidad, pudo escuchar un zumbido metálico y una serie de chasquidos, como si algo mecánico estuviera cobrando vida en la sala que acababan de abandonar.

Cuando finalmente llegaron al nivel inferior de la torre, el chico empujó una puerta lateral que llevaba a un pasillo olvidado de la escuela. Ambos salieron corriendo, con la respiración entrecortada. No se detuvieron hasta que estuvieron fuera, bajo el cielo nocturno.

Emma se dobló sobre las rodillas, tratando de recuperar el aliento.
—¿Qué... qué era eso?

—El guardián de la torre. —El chico parecía mucho más tranquilo, aunque también jadeaba.
—Es un mecanismo creado por el Club del Lirio para proteger su trabajo. Solo se activa si alguien intenta llevarse algo importante sin permiso.

Emma levantó la esfera, observándola con nuevos ojos.
—¿Por qué no me detuviste antes de tomarla?

Él suena con cierta amargura.
—Quería saber si eras lo suficientemente valiente como para intentarlo. Y lo fuiste.

Emma lo miró, aún desconfiada.
—No me ha dicho tu nombre.

Él extendió la mano.
—Soy Alex. Y si no queremos terminar como el Club del Lirio, será mejor que trabajemos juntos.

Emma dudó un instante antes de estrechar su mano.
—Está bien, Alex. Pero más te vale no traicionarme.

—Lo mismo digo, nerd. —Él le guiñó un ojo.

Mientras la esfera brillaba tenuemente entre sus manos, Emma supo que aquel encuentro marcaba el comienzo de algo mucho más grande de lo que podía imaginar.



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En el texto hay: secretos, la chica nerd

Editado: 29.11.2024

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