Los Secretos de Marina

Cap. 34 "Las disculpas y explicaciones... serán después."

 

(Alejandro)

 

No sé qué fue lo que paso ahí dentro, pero espero una explicación.

 

-Serás idiota, ella tiene muchos secretos y ha intentado suicidarse.

-pero eso sería ilógico, nadie intenta suicidarse prendiéndose fuego solo en un brazo o no?

-Y que paso con el hielo en su otro brazo, congelo el cancel del baño y parte de la pared

-bueno, recuerda que ella usa la telequinesis y te dijo que el agua estaba helada cuando la empujaste al agua para apagar su brazo.

 

Dios últimamente pienso demasiado y he empezado a tener discusiones con mi conciencia, solo falta que me diga que tiene nombre propio y se ponga a criticarme en todo, me da dolor de cabeza solo imaginarlo.

 

-De eso nada muchacho, traes encima más de media botella de alcohol, no has dormido más que una hora, si acaso, así que no me culpes de tus dolores, yo estoy aquí para recalcarte tus estupideces y hacerte pensar, bueno y también para bullearte si se me antoja, pero más que nada se me antoja torturarte por idiota, recuerdas tu escenita de celos de anoche, tu comenzaste todo, y tratas de ahogar tus penas en alcohol, no seas estúpido ni cobarde, TIENES QUE DISCULPARTE.

 

-Si lo sé, es mi culpa, ahora solo debo esperar a que salgan de ese baño, para disculparme y que me expliquen que paso; así que de aquí no me muevo.

 

Me senté en los pies de la cama frente al cuarto de baño a esperar, las escuche hablar y me impaciente, por lo que me puse a caminar por la habitación

 

-Ya detente, pareces león enjaulado, y así pareces alterado.

 

Volví a la cama pero esta vez me senté en uno de los lados, y recargue mi espalda en el cabecero, pensando en todo; en cómo hablarle para pedirle disculpas. Cerré los ojos unos segundos y me perdí discutiendo nuevamente con mi conciencia metiche.

 

-No lo pienses mucho, solo hazlo, dile que eres un estúpido celoso y que reaccionaste mal, dile que la quieres, aunque en realidad no sé qué puede ver en ti, no tienes cerebro y actúas como todo un neandertal celoso. Si señor Míster cavernícola ha llegado.

-Si al menos pudieras callarte, ya me estas cayendo mal y solo eres mi conciencia.

 

(Marina)

Salimos del cuarto de baño y lo veo, no al pie de la cama como dijo Aytana que estaba, sino recostado sobre las almohadas, recargado en el cabecero, se ve tan guapo y tan tranquilo, que me acerco y descubro que está dormido.

 

Le hago señas a Aytana para que se acerque y me ayude, le subimos las piernas a la cama y trato de acomodarlo pero se mueve, y no quiero despertarlo, Aytana me dijo que no había dormido nada, así que nos alejamos un poco y le digo en susurros:

 

-son casi las cinco de la mañana, y podemos dejarlo dormir un poco, pero hay que acomodarlo bien, así terminara con dolor de espalda.

-alteza lo podemos mover, pero podría despertarse.

-No si lo muevo yo.- le contesto y me concentro, así que a los pocos segundos logro hacerlo flotar sobre la cama y lo vuelvo a bajar pero esta vez acomodo su cabeza sobre las almohadas.

-bueno eso fue fácil alteza.- Aytana me sonríe

-sí, crees que podamos dormir hasta las 6;30 de la mañana? Oye no dijiste que habías evitado que entrara a mi habitación, que estabas haciendo?

-montaba guardia en su puerta alteza, usted estaba alterada y pensé que querría estar sola.

-entonces tu tampoco has dormido

-soy un soldado de la guardia imperial alteza, dormiré cuando pueda hacerlo, esta noche en la hacienda.

-dormirás durante el viaje, ya que yo conduciré.

-pero usted tampoco ha dormido más de una hora si acaso.

-dormiré un poco más, despiértanos a todos a las 6:30 de la mañana y tu descansaras en el camino; por cierto gracias. – le digo yendo a mi lado de la cama, y metiéndome bajo las sabanas




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