Los Secretos de Marina

Cap. 51 "Tres nuevos clientes muy exigentes."

 

(Marina)

 

Hoy tras salir de la universidad, voy a la oficina, el expediente Dumont, está casi completo, y ya solo es mover el capital de inversión, comprando, y vendiendo acciones a fin de incrementar dicho capital. Los rumores de lo que he logrado con la cuenta Dumont, ha traído a mi tres clientes más, que solicitaron mis servicios, al parecer Armand Dumont esta tan contento con los resultados a pesar de que no he accedido a sus escarceos seductores, que ha hablado muy bien del Grupo Drakaris, y en especial de mí.

 

Los nuevos clientes son por lo que veo conocidos de negocios de los hermanos Dumont, tengo citas concertadas para hoy con los señores Gruver de Berlín, Alemania; Vitelli de Milán, Italia y Matzuka de Kioto, Japón.

 

Como empresarios ocupados, accedieron a tener una junta triple a fin de conocernos y saber cómo trabajamos. Abá dijo que era mala idea pues a ese nivel los hombres de negocios no les gusta compartir; Minerva mi nueva secretaria, es joven pero al parecer tiene las mismas cualidades que tiene Olivia, la secretaria de Abá, y si algo se le atora, acude con Olivia. Esta vez Minerva se lució, ya que ha preparado aperitivos de los tres países para una comida de negocios aquí en la sala de juntas.

 

He investigado a los futuros clientes, el señor Gruver, es un empresario versátil, tiene una gran constructora, así como una acería, por lo que no tiene problemas para surtirse de acero para las mega construcciones por las que licita, y al parecer está pensando en adquirir un astillero, pues tiene planes de construir los barcos de carga más grades y eficientes del mundo, no pienso bajarlo de su nube, pero creo que le presentare otro tipo de inversiones.

 

El señor Vitelli, es un empresario tradicional, tiene viñedos, en Milán así como una propiedad en la Sicilia en la que se siembran cítricos, en específico la Bergamota, que se usa para perfumería y aromatizar licores, un producto caro, y también un olivar, con el que produce uno de los mejores aceites de oliva del mundo, según los expertos; al tengo que buscarle inversiones novedosas que llamen su atención y de alto rendimiento.

 

El señor Matzuka, es un empresario polifacético, tiene un porcentaje de la Mazda, así como de la Toyota, en Japón es uno de los Saibatzu más fuertes que hay, tiene una constructora especializada en trenes de alta velocidad, y en este momento está licitando por los construcción de tres líneas de alta velocidad una en México, otra en los Estados Unidos y la ultima en Inglaterra. También acaba de adquirir un gran porcentaje de la Sony, una empresa de electrónicos muy grande. A él hay que interesarle en productos innovadores, de preferencia de pequeñas empresas, de las que pueda sacar grandes ganancias.

 

Llega el momento de mi junta y yo sigo en mi oficina, Minerva, Olivia y estarán para recibirlos, también estará Jesús, quien me ayuda con los clientes y las presentaciones, ya que yo tengo muchas cosas que hace, con el tengo discusiones constantes, pues es demasiado conservador en cuanto a los planes de inversión, pero ya se está dando cuenta de que no soy una tonta y de que lo que propongo si bien es arriesgado, es muy lucrativo. Además estarán Abá y Juan Carlos Villa Juárez, aunque la verdad este último solo estará para monitorear las inversiones y ayudar de ser necesario.

 

-Licenciada, los señores ya están aquí, en la sala de juntas. – me informa Martha

-Ya llegaron Abá, Juan Carlos y Jesús de finanzas? – pregunto.

-ya solo falta usted, el cliente alemán no se ve muy contento con la espera, llego primero y llevan esperándola 10 minutos.

-Minerva, hay algo que debes aprender, es privilegio de una mujer darse a desear, ellos me quieren a mí, por lo que logro así que bien pueden esperar; así que venga vayamos a verlos. Me he arreglado para la ocasión, como hombres de negocios esta acostumbrados a que las mujeres de negocios sean poco femeninas o muy serias, así que les presentare todo lo contrario. Me he cambiado de ropa por un vestido de lo más femenino, y bastante seductor, nada que ver con los trajes sastres que las mujeres de negocios usa. Es negro con ribetes plateados, tipo halter en el escote por lo que deja mis hombros al desnudo, y la falda es en realidad un short cubierto por 4 piezas de tela superpuestas, primero la trasera, y luego las laterales, y por último la pieza delantera, lo que le da movilidad y deja al caminar mis piernas a la vista. Lo complemento con unas zapatillas de tacón de 7 centímetros negras con aplicaciones de cristales. Minerva me abre la puerta cuando llego a la sala de juntas y así hago mi entrada.




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