Los Secretos de Marina

Cap. 56 "La Profecía."

 

(Marina)

 

Al regresar a casa, pasamos a comprar un poco de comida, pues no tenía ganas de cocinar y quería descansar, así que conduje al restaurante María Bonita, y ahí bajamos, Aytana estaba un poco alterada, ella creía que mi vida estaba amenazada, por lo que tuve que decirle.

-Aytana, tranquila, solo pararemos a pedir la comida y nos iremos al departamento, no comeremos aquí.

 

Me acerco al mostrador y pido a la empleada:

-buenas noches en que le podemos servir. – me pregunta la empleada

-por favor quiero un pedido para llevar. – le digo

-que desea pedir.

-quiero un kilo de carne asada, medio de salchicha asada, cebollitas, y medio kilo de guacamole, salsa y tortillas, por favor.

-quiere nopales y queso asado con chorizo?

-el chorizo, es por orden o por kilo?

-es por orden

-bien deme tres órdenes, eso es todo.

 

Media hora después estábamos nuevamente en el auto, con nuestra cena, y partimos rumbo a casa. Al llegar Alma nos acompañó a cenar, y como había comprado bastante, le dije a Alma.

-lleva lo que quieras para que comas mañana, la carne está muy buena y vi que te gusto, puedes recalentarla en el microondas y comer mañana por la tarde.

-mejor lo guardamos todo aquí y mañana comemos, juntas tras llegar de la universidad. – dijo ella buscando algunos contenedores herméticos para refrigerar todo.

-bueno yo voy a darme un baño, y a leer un poco.

-Marina, no te pases, debes dormir, anoche no lo hiciste y recuerda que el cerebro tiende a colapsar después de 72 horas despierto, tú ya llevas casi 48 horas.

- no te preocupes solo voy a leer un poco y termino, con las crónicas.

-he dejado en su habitación los libros que faltan y el arcón lacado que guarda la profecía, alteza. – me anuncia Aytana.

 

 

Me retiro a mi cuarto y entro al vestidor para tomar ropa limpia así como mi camiseta de dormir, y me dirijo al cuarto de baño, me doy un baño rápido y me visto, tomo un par de libros y los llevo a la cama conmigo para leer, las crónicas seguían hablando de la visitante del otro lado del velo y de cómo esta entreno y practico con Melina y con Alía.

 

(Alia)

 

Ella ha regresado a su lado del velo, algo la hizo volver, pero sé que regresara, tenemos que enseñarla bien, no basta con que absorbiera nuestros conocimientos, copiándolos para ella, tiene que aprender a controlarlos, y solo aquí podemos ayudarla, aunque sé que intentara hacer las cosas por sí sola, es una digna descendiente mía.

 

Han pasado ya dos meses desde que la visitante copio mis conocimientos y los de Melina, sé que está bien, a pesar de que cuando hizo aquello estuvo inconsciente una semana. Mi padre, el rey dice que algún problema debió surgir en su lado del velo del tiempo para que ella tuviera que regresar tan abruptamente y que no haya regresado. Sé que tiene razón, pero me gustaría saber que está bien.

 

Melina ha venido temprano, dijo que ella está cerca, al parecer el velo del tiempo se volverá a abrir, y ella podrá volver a pasarlo.

 

Hoy ella ha llegado, la recibimos en el jardín y es ahí donde la hacemos entrenar, mi padre y mi madre, le han dicho que al ser una descendiente directa mía, es una hija más para ellos, por lo que se ordena una fiesta en su honor.

 

Melina la hace practicar las artes de la guerra que extrajo de su mente y sus recuerdos, a fin de que sea invencible, también la enseña a controlar sus habilidades, la hemos visto perder dos veces el control y en una de ellas la fuente del jardín central estallo en mil pedazos. La segunda vez, una carreta cargada de heno estallo en llamas.

 

Hoy tras dos años de estar aquí, Marina regresara a su lado del velo, ya ha dominado totalmente todos sus dones, también ha dominado la magia, le ha llevado tiempo pero ella sabe a qué momento debe regresar, hemos descubierto que no importa el tiempo ella como yo no crecemos al ritmo de los demás, y esto es porque la magia corre por nuestras venas, he tratado de hacer que haga la transformación, pero ella aun no lo logra, esta noche habrá un gran baile, en su honor, para despedirla pues pronto regresara a su lado del velo, no sé si después de esto la volvamos a ver. Hoy será su último intento para transformarse, sé que lo puede hacer, pero no confía en ella misma; por eso he ideado un plan.




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