Los Secretos de Marina

Cap. 63 "Una pregunta importante.?"

 

(Marina)

 

Esta tarde fue especial, conocí al hombre detrás del actor, pase la tarde con Alejandro, y él se veía contento, Iván y Omar nos alcanzaron en el restaurante y todos nos divertimos como niños, olvidando las presiones de las obligaciones, la que no se divirtió mucho que digamos fue Aytana, teniendo que vigilarme de lejos, y con cuatro hombres armados cerca de mí, no estaba muy contenta, pero no podíamos hacer nada, eran los guardaespaldas de DiCaprio, al parecer alguien le dijo que en México, no se puede dar un paso sin que traten de matarte, que sorpresa se llevó cuando pudo pasear por el parque sin tener a su alrededor más que admiradores.

 

Al regresar a casa, estoy cansada, pero aún tengo cosas que hacer, así que me preparo para el gimnasio, y el dojo; hoy por una extraña razón, tengo mucha energía así que necesito hacer ejercicio, mas al terminar de dar la clase en el dojo, y comenzar a tomar mi clase con el maestro, el anuncia que con vistas al próximo torneo nos pondrá a luchar, y como en dicho torneo será una lucha tras otra yo más que nada debo tener resistencia a sí que pone a todos a luchar contra mí, uno tras otro trataban de derrotarme, y ninguno pudo, a Benito y a Carlos los he hecho decir mate, rindiéndose, a los demás los derrote, hasta el maestro entro a luchar conmigo, y cuando lo derrote, haciéndolo rendirse, solo pudo decirme:

-has superado al maestro, ya no tengo nada que enseñarte. Para nosotros será un honor aprender de ti.

-gracias maestro, pero un alumno aun cuando llegue a superar al maestro, siempre tiene algo que aprender.

 

El maestro me llama y me dice.

-tengo algo para ti, es muy antigua, de mi familia, tradicionalmente solo se da a las hijas, pero yo no las tuve, y mis hijos se harán cargo del dojo cuando sea el momento, más me gustaría que me hicieras el honor de usarla en la competencia, necesitas llevar tus propias armas, y yo quisiera que tuvieras esta katana, fue de mi abuela, y de su madre antes de ella, yo desciendo de dos antiguos clanes, el clan Karima, que es un clan samurái, y el clan Yamata, que es un clan ninja, ambos son iguales, la única diferencia entre los dos son las técnicas usadas en las artes marciales, y el manejo de todas las armas, cuando el abuelo de mi abuelo, se casó con lady Yuriko, unieron ambos clanes y desde entonces se fusionaron las técnicas, me gustaría poder enseñarte las técnicas de las armas del clan Yamata, para que así seas invencible en el torneo. Y será un honor para mí que portes la katana de Yuriko, la espada dorada.

-es la katana de lady Yuriko, pero es una reliquia familiar; no podría aceptarla.

-dado que no tengo descendientes mujeres, y que mis hijos solo han dado varones, han aceptado que seas considerada una miembro del clan, si tu aceptas.

-para mi será un honor, maestro.

 

Tomo la katana y la saco, de su funda, es una obra de arte, que cualquier coleccionista. Vamos al salón del dojo, y el maestro comienza a darme una clase de manejo de espadas, el cual dado a mis habilidades aprendo rápidamente, al verlo, se acerca a un gran mueble en el dojo, uno que está siempre cerrado con llave, misma que solo el maestro tiene y la lleva al cuello; veo que lo abre, y me muestra una gran colección de armas, sais de diferentes formas, dagas, shirukens, chakos dobles y triples, y otras armas, entre las que están las lanzas y el arco y flechas.

 

El maestro saco unos chakos dobles y los uso enseñándome cómo manejarlos, lo mismo hizo con los triples, los sais y las shirukens; si el maestro se sorprendió que dominara el uso de dichas armas en poco tiempo, no lo dijo. Dos horas después de mi hora normal de salida del dojo, salía de el con la katana de Lady Yuriko en las manos, así como un medallón que me hacía parte del clan Karima-Yamata. Al despedirme el maestro me dijo:

-mañana mis hijos estarán aquí, así como otros miembros del clan, todos tienen regalos para una miembro del clan como tú, quien ha demostrado ser toda una maestra, digna de nuestro clan.

-gracias maestro, aquí estaré mañana.

 

Salgo y veo que Alejandro me espera, sé que estuvo presente en mi sesión de entrenamiento con el maestro, pero él no dice nada, solo sonríe y espera. Cuando llego a medio camino me detengo y extiendo el brazo para entregar la katana a Aytana, que la toma con respeto, y le sonrió. Alejandro se acerca y me abraza

-así que ahora también eres una maestra en artes marciales, y perteneces a un clan Samurái-Ninja, eso suena muy interesante, sabes?




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