Los Secretos de Marina

Cap. 77 "Cuarto día; eliminatorias con armas."

 

(Marina)

 

Me levanto muy temprano, aun no amanece por lo que dejo a las chicas dormir un poco más, me pongo unos pantalones ligeros y un blusón de manga larga ambos de color negro. Salgo del área de la recamara y me quedo en el área de la salita, donde toda mi familia a estado, tomo uno de los contenedores térmicos y veo que contiene carne con pimientos y cebolla, con ajo y pimienta como me gusta. Aún está caliente por lo que como tranquilamente, bebo de una botella de suero para deportistas. Tras terminar recojo todo y salgo a entrenar, llevo conmigo la katana que recibiera del Sensei Karina así como una larga y fina cadena con una lanceta en la punta, afuera todo sigue en sombra, pero sé a dónde voy, por lo que no me pierdo. Voy a la plaza del dojo en donde se encuentra la estructura elevada desde donde puede observarse toda la plazoleta, parece un cuadrilátero de box, hecho de piedra, con cuatro aberturas para las escalinatas que llevan a la parte superior, este es tipo de estrado es más alto que aquel en el que enfrente hace dos días a los alumnos del dojo, pero tiene lo que necesito, las columnas de soporte de las cuatro esquinas son más altas y toda la balaustrada es de piedra, por lo que me sirve bien, saco la cadena de mi bolcillo y dejo la espada a mi espalda.

 

Me pongo a entrenar con la cadena durante treinta minutos, después la guardo, me han visto usar el látigo pero no la cadena larga con lanceta, me pongo a practicar simples movimientos con equilibrio y fuerza, sé que los necesitare los veinte que quedamos hoy somos los mejores y espero poder pasar a la siguiente ronda, según nos informaron la eliminatoria de hoy será con armas, a ver que pasara mañana, será viernes y supuestamente la competencia termina el domingo con la premiación del ganador.

 

Comienza a amanecer y me pongo a admirar la belleza que se presenta ante mis ojos, siento la energía, del sol fluir por mi cuerpo, siento la vida de la tierra vibrar en mi piel, escucho los sonidos del silencio en los jardines que me rodean, me pongo a meditar para poder equilibrar mi energía, absorber la que recibo de la tierra y del sol.

 

Escucho que alguien se acerca pero no hago caso, sigo en meditación hasta que escucho que me llaman

-Marina, estas bien?

-si Alma, estoy bien, sube y recibe la energía de la tierra y el sol como yo.

-Marina por mucho que medite no podría recibirla, tu eres diferente a mí, pero el amanecer es bellísimo, lo admito; comiste algo antes de salir?

-si lo hice, y en cuanto regrese comeré un poco más, no te preocupes, esto se normalizara muy pronto.

-Marina, acaso sabes algo que nosotros no, sobre lo que te pasa?

-no, pero presiento que esto no durara mucho.

-bueno y que estabas haciendo?

-entrenando y meditando

-te ayudo?

-claro, trae tu espada.

 

Veinte minutos después estamos entrenando con espadas, poco a poco el gran patio se fue llenando de gente, viendo como Alma y yo teníamos un duelo, ya no estábamos en la plataforma, recorríamos todo el gran patio en nuestro duelo, usando toda estructura que había para ayudarnos en las evoluciones, en un momento cuando Alma venia tras de mí, y corrí hacia una columna y dando tres pasos sobre ella subiendo me impulse hacia atrás para después alejarme con solo tocar el suelo. Era más un entrenamiento de reacción y rapidez que de esgrima.

 

De pronto se escucharon aplausos y dejamos el duelo, y ahí estaban todos, el Maestro Kurosawa con todos sus discípulos así como todos los competidores viendo como dos chicas espada en mano, hacían evoluciones acrobáticas y de esgrima de forma rápida y sin descanso. Los aplausos venían del maestro Kurosawa quien dijo.

-esa es la mejor demostración de esgrima y acrobacias que he visto en mucho tiempo.

-pero las acrobacias no son artes marciales, son actos de circo! – interviene el maestro Asano

-vamos Asano, no se puede ser un maestro de las artes marciales sin saber algo de acrobacia, recuerda que muchos de ellos las usan para evitar lastimar, pues saben que es fácil matar. – le reprende el maestro Kurosawa.

-en algún lugar leí que era muy fácil aprender a matar, pero muy difícil aprender a sanar, como también es fácil hacer llorar pero sumamente difícil hacer reír, pues bien, yo puedo hacer las cuatro cosas maestro Asano, recuerde que para destruir algo lo debes primero dominar y no lo puedes dominar si no lo sabes controlar y para eso debes antes saber que es. Como artista marcial aprendí no solo a matar, sino a sanar, y también puedo hacer llorar como hacer reír, todo en esta vida es parte de un circo, solo debe encontrar que es aquello que le hace feliz o le hace llorar. Le recomiendo leer un poema occidental llamado “reír llorando” mejor conocido como “la historia de Carric el payaso”.




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