Los Secretos de Marina

Cap 83 "Soy un Asesino Sombra."

 

(Marina)

 

Mi madre sale de mi habitación y al poco rato aparecen mis hermanos, acompañados de Iván y Omar por lo que los llamo y les digo.

-necesito su ayuda, mi abuela tratara de encerrarme y hacerme daño, para tratar de demostrar que mi madre la reina no hizo un buen trabajo al criarme a su lado y no enviarme bajo la tutela de mi abuela a esta isla. Por lo que necesito que no dejen entrar a nadie, aquí debe haber movimiento toda la noche, por lo que les pido que pasen la noche en el saloncito que antecede a esta habitación. Y a las chicas les pido que monten guardia, si por algún motivo llegara a entrar alguien, deben detenerlo, como sea.

-bueno hermanita creo que estás haciendo una rebelión. – dice Mario

-yo no, tu abuela, ella ha olvidado que solo es la regente de esta isla, cuando madre no está en ella, ha desobedecido órdenes directas de madre, dos veces y sé que intentara someterme de alguna manera, pero ella no sabe lo que yo puedo hacer, pero necesito reponerme totalmente para poder defenderme.

-pues veo que estas comiendo, pero que necesitas. -Dice Tony

-tu eres el médico, que puedo tomar o que me puedes dar para compensar el desgaste de energía por no haber comido en doce horas, además de que tendré que hacer uso de mi energía muy pronto.

-bueno debes comer cosas de alto contenido. – dice Tony

-quiere que le prepare alimentos sanos? –pregunta Yukio

-no contenido proteínico, sino calórico; come chocolate, carne grasa, gastas más calorías de las que consumes por lo que debes consumir muchas más calorías; podría decirse que lo que quieres es subir de peso en poco tiempo.

-Tony pero si ya estoy gorda y quieres que suba más? – le reclamo

-no, lo que quiero es que te mantengas con vida, si esto sigue así, tu cuerpo se comenzara a consumir a sí mismo y tendrás muchos problemas de salud. – dice Tony

-te entiendo, entonces Yukio, creo recordar que madre dijo que habría cordero en la despensa, hazlo asado solo con sal, y prepara pasteles de chocolate con cubierta de chocolate y trozos de chocolate. También prepara langosta a la mantequilla, y que me traigan cajeta y leche condensada, es muy dulce y con demasiadas calorías.

-ya estás pensando cómo se debe hermanita.- dice Tony

-bien, hagan lo que les pido, alguno de ustedes debe ir a las cocinas con Yukio, no quiero interferencias de nadie en mis alimentos. –les digo

-Yo iré, no te preocupes. –dice Tony

-ahora voy a darme un baño, y a ponerme la armadura, Alma y Victoria, preparen mi armadura.

-y que hare yo. – me pregunta Alejandro

-tu amor, cuidaras mi sueño. – le respondo y le doy un beso.

 

Dos horas después ya bañada, vestida con mi armadura y con las armas totalmente preparadas y a mi alcance, estoy comiendo una gran cantidad de leche condensada dulce y de cajeta tras comer un poco de langosta a la mantequilla y limón, la carne y el pastel tardaran un poco; al terminar me recuesto en la cama, entre los brazos de Alejandro. Me quedo dormida por un rato, mismo que aprovechan los demás para dormitar por turnos.

 

A las seis de la mañana, me despierto y encuentro que Yukio ha preparado una mesa con lo que le encargue, no cocino solo para mi sino para todos, además del cordero, hizo papa asada con tocino, y limonada dulce, y además de mi pastel de chocolate, hizo otros dulces, pues tal como recomendó mi hermano Tony debo comer muchas calorías.

 

Obviamente todos nos ponemos a comer, y para cuando mi madre se aparece en mi habitación, esto parece una fiesta, ella solo se ríe, y nos dice.

-pero que han hecho, debían cuidar de su hermana y no hacer una fiesta desenfrenada.

-madre solo es el desayuno, con un alto contenido de calorías, y la verdad es que ya me siento perfectamente, y si es posible necesito dar un paseo al sol, sentir su luz y la vida de todo el mundo. Eso me ayudara mucho.

-pues bien, hare que traigan los caballos, por cierto Yukio, sabes montar?

-sí, mi señora. –responde

-entonces deberás cambiarte de ropas, crees que podrás usar una armadura como la de Alma y Victoria?- pregunta mi madre

-claro que sí, mi señora. - responde




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