Nota: capitulo con contenido erotico, si eres menor de 18 años, pasa al siguente, o leelo bajo tu propio Riesgo.
(Alejandro)
Voy a mi habitación y me doy un baño, me pongo un pantalón y una camisa y guardo todas mis cosas para ir a la de Marina, cuando entro con mi bolsa de viaje, ella se me queda viendo y sonríe.
-ya te estabas tardando amor, deja tus cosas ahí, y ponte tu pijama, anda que te espero.
Dejo mi bolsa de viaje en el sofá junto a la ventana y saco mi pijama, voy al baño a cambiarme y regreso a la habitación, donde ella está esperándome sonriente.
-sabes que hable con tus padres verdad? – le digo
-si lo sé, yo también hable con ambos y les pedí que no hicieran nada en tu contra porque acabaría con todo.
-y sabes de que hablamos?
-Si amor, hablaron de que dormimos juntos y de que ya hay ropa tuya en mi departamento, de que quiero tener relaciones contigo, pero que tendrán que esperar hasta después del reto. Y sobre todo de que estoy segura de mis sentimientos.
-si amor, pero me tomaron por sorpresa tus padres y a tu madre le prometí que en cuanto pongamos fecha para la boda ella podrá empezar con los preparativos de la boda y las ceremonias, siempre y cuando ponga a algunos de mis amigos.
Me dirijo a la cama para acostarme a su lado, pero antes me asegure de que la puerta está cerrada con llave. Me meto a la cama e inmediatamente siento como Marina se me acerca, y me abraza por lo que la me acomodo para que ella duerma con su cabeza en mi torso, y la abrazo mientras con mi otra mano tomo la suya que reposa sobre mi pecho, y me la llevo a los labios.
-te quiero Marina, nunca lo olvides. – le digo y cierro los ojos.
Algo me despierta, no sé qué es así que presto atención a la habitación, pero me doy cuenta de que es Marina, está inquieta nuevamente, tiene una pesadilla, pues se queja y la escucho llorar; se aferra a mi pecho, no me di cuenta cuando soltó mi mano, pero me abraza y llora como si no quisiera soltarme. Me pongo a escuchar mejor lo que dice, y es cuando la escucho.
-por favor Alejandro no me dejes, yo te amo, no puedes creerle, es mentira. Alejandro escúchame yo nunca he estado con él, como puedes creerle, esta mintiendo, por favor no me dejes, escúchame. Alejandro….Alejandro….ALEJANDRO. – la escucho como casi grita mi nombre, la veo respirar agitadamente como si le faltara el aire y es en ese momento que se despierta, por lo que yo la abrazo, y le beso la frente mientras trato de calmarla
-Shhhh, ya tranquila, fue una pesadilla, aquí estoy, Marina dime por favor que es lo que te ha estado molestando, no es la primera vez que tienes estas pesadillas. – la veo llorar y la vuelvo a abrazar, y como quiero verla a la cara la acomodo en las almohadas y la cubro con mi cuerpo, apoyándome sobro los codos y con mis manos le acaricio ambas mejillas, tratando de calmar sus lágrimas.
-Marina dime que es lo que te tiene así, me preocupas, tu salud no ha sido la mejor desde hace meses y ahora casi no descansas por culpa de tus pesadillas, dime amor, que es lo que te atormenta? Si puedo solucionarlo yo me encargare de que el problema se aleje. – la beso ligeramente en los labios y ella solo me ve y suspira
-es ese hombre, he estado teniendo pesadillas por culpa de él; de lo que me dijo cuándo me ataco en el gimnasio, y sé que ha tratado de hacerlo otra vez, pero es por los hombres del maestro Kurosawa y por lo que tú, Abá y las chicas hacen que no ha podido acercárseme. Alejandro no sé pero hay algo en el que no me gusta, y lo peor es que tú y yo no hemos… - Marina se calla y entiendo lo que quiso decir pero que tiene eso que ver con su pesadilla?
-Marina amor, sabes que te amo y te respeto, y si no hemos intimado es porque estamos esperando el momento adecuado; pero dime que tiene eso que ver con ese imbécil que te está acosando? Me vas a contar tu pesadilla, posiblemente entre los dos podamos ponerle fin, y duermas más tranquila. – le digo dándole otro beso en la punta de la nariz, ella asiente y me ve fijamente
-en mi pesadilla estamos en una habitación muy bonita, desde el ventanal se ve el mar, creo que es en la isla, estamos juntos en el balcón y tú me estas besando, cuando de no sé dónde sale ese hombre y se ríe, comienza a gritarme “que soy una perdida, engañando a mi futuro marido contigo, pero que solo estoy jugando contigo, pues yo no te amo, tanto es así que yo ya he sido su mujer más de una vez, y que estoy esperando un hijo de él, que si ahora me niego a casarme con él es porque sé que podré manejarte a mi antojo, y hacerte reconocer a su hijo como tuyo”. Yo trato de desmentirlo pero por algún motivo la voz no me sale y tú me vez con odio y tristeza, yo trato de hablarte y de retenerte a mi lado pero me empujas y te vas, no importa cuánto grite, tu no me escuchas, solo te vas y el me golpea y comienza a estrangularme con sus manos; yo solo grito tu nombre, pero no te vuelves y te desvaneces en la bruma.