Los Secretos de Marina

Cap. 94 "Es un Brijo?"

 

(Marina)

 

Esa noche después de cenar, todos se retiraron, después de planear mayores medidas de seguridad, para mi protección; algo imposible a menos que me metieran en una caja de seguridad; ya que una vez dentro de mi habitación se activaba una alarma y sensores laser muy sensibles.

 

Tras irnos a la cama Alejandro me abrazo y yo me quede dormida casi de inmediato, pero no fue un sueño tranquilo, algo me molestaba. Poco después de media noche escuche ruidos lo que me extraño ya que no habían saltado las alarmas, aun así fui a revisar qué fue lo que me despertó.

 

Tras salir de mi habitación note algo extraño, tras cerrar la puerta todo cambio, no estaba en mi departamento, estaba en un templo de altas columnas, y frente a mi otra vez ese hombre. Pero había algo extraño, yo ya conocía este lugar, es el gran templo de la isla. Qué demonios hace este tipo en la isla?

-que haces aquí? – le pregunto

-vine por ti, te lo dije, eres mía y lo serás cuando y donde yo quiera.

-eso ya te dije no pasara nunca, yo soy la que elije con quien me casare y tú no figuras en la lista de candidatos.

-querida, puedes hacer las listas que quieras, tu serás mía, quieras o no, tenlo por seguro, nada ni nadie impedirá que te tenga.

-tu no me conoces, no sabes de lo que soy capaz, porque crees que podrás lograr lo que deseas sin que yo oponga resistencia?

-sé que eres descendiente de dragones, y es por eso que te tendré, tú no eres tan poderosa como yo, puedes intentar ganar el reto, pero no importa que tan fuerte puedas ser, yo te tendré, soy un hombre y soy el elegido, el único que tiene la magia de los dragones; cómo crees que pude entrar en tus sueños?

-eso no significa que seas un dragón, solo significa que eres un brujo, un invasor de sueños, puedes ser un brujo poderoso, pero no podrás conmigo te lo aseguro. – me di vuelta y trate de salir del templo pero no pude, el me tomo por el cabello y me estrello contra el muro.

-te dije que serias mía y lo serás esta noche. – dijo mientras comenzaba a estrujar mis senos con rudeza.

-y yo te dije que no será así, nunca. – le respondo rompiéndole la nariz al dar un cabezazo hacia atrás, con lo que logre que me soltara y después comencé a golpearlo, él se defendía, era fuerte, pero yo también, no quería usar mi magia pues no sabía si el sabía que podía o no, pero al menos yo había averiguado que él tiene sangre de brujo.

 

En un momento le di un golpe lo suficientemente fuerte que lo lance contra una columna y sé que lo lastime, pero de la nada lo tenía encima, me había golpeado y trataba de arrancarme la ropa con intenciones de poseerme, yo me debatía intentando deshacerme de él pero él era mucho más fuerte y pesado, logre darle un golpe con la rodilla en su entrepierna lo que en verdad lo molesto.

-te dije que te perdonaría cualquier cosa menos la desobediencia y las amenazas, y te has pasado de la raya, al golpearme, como te sientes querida, te falta el aire, pronto quedaras inconsciente y yo podre tenerte completamente, pensaba ser tierno contigo pero no lo mereces. – comenzó a decirme mientras me estrangulaba, poco a poco. Yo trate de golpearlo para que me soltara, tratando de quitar sus manos de mi cuello; pero no me quedo más remedio que usar un poco de magia, y dándole un golpe con ambas manos en el pecho invoque

-VIMANA.- y una fuerte corriente de aire lo lanzo por los aires, alejándolo de mí, mientras veía en sus ojos que no se esperaba que pudiera manejar el aire. Yo comencé a respirar tratando de tomar aire que tanto me hacía falta, pues el casi logra dejarme inconsciente al cortar el flujo de aire a mis pulmones y al presionar la v una de mi cuello, evitaba que el oxígeno llegara a mi cerebro por lo que estaba a punto de la inconciencia.

 

Me levante del suelo, tratando de respirar y preparándome por si regresaba, mientras buscaba una salida de ese sueño, hasta que llegue a las mismas puertas del templo, las abrí de golpe y salí, despertando de mi pesadilla.

 

(Alejandro)

Acababa de llegar al centro comercial en donde sabía que Marina me estaba esperando, por lo que me dirigí a la explanada donde se encuentran todos los restaurantes, por lo que me dirigí a ese lugar, y al llegar que fue lo que me encontré? A mi pequeña Marina enfrentándose a un imbécil y a las chicas enfrentándose a lo que parecían sus guardaespaldas. Corro tratando de acercarme a ella, cuando lo escucho decir:




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