(Marina)
Desde ese día mi familia me vigilo más de cerca, Alejandro seguía durmiendo conmigo pero con las chicas afuera de mi puerta y con cámaras no podíamos ni siquiera jugar bajo las sabanas.
Llego la semana de los exámenes y yo ya estaba fastidiada de las clases, así que tan pronto como acaba los exámenes del día me retiraba a mi oficina, donde me pasaba las horas revisando los movimientos de la bolsa tratando de predecir lo que sucedería, últimamente el presidente americano, ese ignorante empresario no sabe lo que dice, por la mañana da una declaración y por la tarde se desdice, provocando que los mercados y todo lo demás estén ansiosos.
Por lo pronto su cacería de indocumentados y en especial de mexicanos, está perjudicando mucho el mercado de futuros, maíz, trigo, sorgo, cebada, naranja y otros cultivos ya que no hay trabajadores en los campos. La cosecha de tomate se ha perdido en california, y también están teniendo problemas los viñedos.
Y en silicón valley los problemas son parecidos, no por los arrestos de trabajadores indocumentados sino por las constantes redadas realizadas para buscarlos, lo que provoca pérdida de tiempo y paros laborales en las plantas y fábricas.
Para colmo la rama de Samsung de telefonía, está teniendo muchos problemas con el nuevo modelo, ya que al sobrecalentarse explotan por lo que las acciones de telefonía de Samsung están a la baja, una lástima porque es un buen activo.
También otros activos están sufriendo, ha estado amenazando a China, la peor tontería del mundo ya que son los más grandes manufactureros que hay, y poseen una gran parte de la deuda norteamericana. Estoy por decidirme a vender la que tenemos, es una perdida grande si comienza a bajar.
El dólar también esta inestable y lo mismo pasa con los metales, ahora no hay nada seguro. Por lo que debo tratar de anticipar lo que pasara. Por el bien de mis clientes y de nuestro prestigio como empresa.
Por la noche del miércoles estoy cansada de tener a todos sobre mí por lo que les mando a todos a sus respectivas casas, quiero estar a solas con Alejandro. Sé que no me hará el amor, pero al menor podremos besarnos y acariciarnos sin que nos estén vigilando.
Esa noche Yukio cocino para mí una costillas de puerco asadas con salsa de ciruela, y un pastel de queso con fresas, todas se fueron por lo que espere a que Alejandro llegara de su oficina, y para ello decidí darme un baño perfumado, después me puse un coordinado muy coqueto y un vestido corto que sé que le gusta, me puse los tacones no muy altos en color negro, y me senté a esperarlo en el diván de la sala, justamente frente a la entrada del Penhouse.
La iluminación estaba tenue, la música suave, ya solo faltaba él, y no se hizo esperar, a las ocho de la noche llego, había tenido un compromiso en la judicatura, por lo que llegaría tarde.
Cuando llego se veía cansado, dejo su portafolios en la mesita de la entrada así como las llaves de su coche, se le veía cansado.
-buenas noches amor- le saludo desde mi lugar, el vuelve el rostro tratando de encontrarme adentrándose en el departamento y cuando me ve sus ojos se iluminan, y sonríe.
-buenas noches amor, que sucede, saldremos?- me pregunta
-no, es que acaso no puedo arreglarme para recibir a mi novio? – le pregunto mientras me incorporo un poco en el diván. Lo veo acercarse hasta mí y se sienta a mi lado
-ósea que me estabas esperando, pues para mí es un placer, saber que esta hermosa mujer se arregla así de bella solo para mí. – y se inclina para besarme pasando su mano derecha por mi espalda atrayéndome hacia él mientras que con la otra se apoya en el diván.
-sabes que siempre me pondré bella para ti, pues te amo. – digo pasando mis manos por su torso y subiéndolas para rodearle el cuello con los brazos, acercándolo a mí para besarlo.
-me encantan estos recibimientos y sobre todo me encantas tu.- dice empujándome contra el diván y colocándose sobre mí, mientras me besa, y comienza a acariciarme, yo me aprieto más a él respondiendo a sus caricias, y acariciándolo a la vez, hasta que él se separa