Los Secretos de Marina

Cap. 99 "El viaje de Alia, para enfrentar al último enemigo."

(Marina)

 

Estaba dentro de su cabeza, un lugar lúgubre y siniestro, ese hombre no es bueno, nunca lo ha sido, pero no entiendo todo lo que veo, veo a una joven mujer, y a dos pequeñas de poco más de tres años, son gemelas, ya que son idénticas, las tiene colgadas por los tobillos, están amordazadas, y llorando, quiero ayudarlas pero aquí solo soy un fantasma.

 

Le veo acercarse lleno de odio contra la mujer y las pequeñas, lo escucho reírse, es un sonido macabro, le veo sacar una daga de aspecto extraño, me acerco a él por detrás pero no logro detenerlo, y veo horrorizada como les corta la garganta a las tres, su sangre cae en unos recipientes que están en el suelo.

 

Le escucho cuando me dice:

-Princesa Marina, sé que ahora sabes lo que he hecho, y el cómo obtuve mi poder, pero que me impide hacer lo mismo contigo, cuando ni en sueños, te has podido defender? Tu eres la siguiente, pues tu sangre es más poderosa que las de las otras, pero no creo que te mate, te conservare, para usarte en el futuro, y no solo obtendré el poder de los dragones y su magia, sino que obtendré la corona de Drakonia, que siempre debió ser mía, y como regalo por tus obsequios hacia mí, te hare parir a mis hijos, tendremos muchos, los cuales aseguraran el poder y la sangre de dragón y sobre todo tu sumisión ante mi o los matare como a las gemelas.

 

Tras escucharle trate de atacarle, pero comprendí que era inútil, por lo que corrí, trate de salir de ese horrible calabozo que era su mente, seguí corriendo, hasta que vi los últimos rayos de sol, entrar por una puerta, corrí hacia ella para lograr salir y al hacerlo, abrí los ojos, mientras me incorporaba en el diván donde estaba acostada. Siento que Alejandro se me acerca y me abraza, yo le correspondo el abrazo.

-Amor estas bien? – me pregunta preocupado

-estoy muy bien Alex, tranquilo, ya no habrá más problemas de salud, la metamorfosis ha acabado. – le digo sonriendo y dándole un beso.

-pero que fue lo que paso, porque te desmayaste, ya había acabado tu transformación te vi como un gran y hermoso e imponente dragón blanco.

-no Alex, no había terminado, por eso fue que me agote, además de una gran impresión que me lleve al morder a ese maldito brujo.

-que quieres decir con eso?

-Al morderlo me conecte con su mente, con sus recuerdos, fue poco tiempo, por lo que la información está incompleta y desordenada, pero descubrí que es un asesino de al menos tres inocentes, una joven muy bella y dos niñas de poco más de tres años eran gemelas, el maldito les corto el cuello y las desangro, además de ser un estafador y un ladrón.

-Marina como que te conectaste con su mente y sus recuerdos, no lo entiendo explícate.- Me preguntaba mirándome asombrado. Yo no dejaba de moverme de un lado a otro como león enjaulado, cuando me detengo a responderle.

-cuando le mordí, probé su sangre, fue en ese momento en que conecte con su mente, de todo lo que dijo una cosa es cierta, que dentro del correr sangre de dragón, y es sangre drakoniana, pero no es de nacimiento, es por parte de un hechizo, el ingirió sangre de dragón. Debo detenerlo y acabarlo.

-pero Marina estas segura?

-si lo estoy, al probarla la pude sentir en mis labios, en mi lengua. Ese maldito ha hecho uso de magia muy oscura, para poder tener el poder que tiene, lo ha sacado de la sangre de dragón que ha ingerido. –

-entonces no te preocupes lo haremos, le capturaremos y le juzgaremos, pero tranquila.

 

Yo seguía caminando de un lado a otro, tratando de ordenar la información que abrumaba mi cerebro, cuando mi madre entro en la habitación preguntando sobre su estado.

-Alejandro, como sigue mi hija?

-porque no se lo pregunta usted misma? – le responde con una gran sonrisa en los labios, mirando a donde me encuentro parada cerca de la puerta del balcón

 

Mi madre se vuelve hacia la cama buscándome pero al no verme ahí se vuelva hacia Alejandro y el solo señala con una mano hacia el balcón.

-Marina, hija estas bien. – grita mi madre, mientras viene hacia mí y me abraza fuertemente, como solo una madre amorosa, puede hacerlo.

-tranquila madre estoy bien, sabes que sí, solo estaba agotada.




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