Marina iba reflexionando en todo lo que había sucedido en su primera semana de clases, mientras caminaba deprisa con su maleta en la mano, cuando choco con una persona que salía del edificio frente al que pasaba todos los días de camino a sus clases de ballet, ella conocía bien al portero del edificio, mismo que era de oficinas. También conocía a varias de las personas que trabajaban en ahí.
Al chocar con el hombre le tiro una carpeta con documentos que él iba leyendo al salir y ella sin ver al hombre con el que había tropezado, le dijo
-Discúlpeme por favor, fue un accidente- y se agacho rápidamente a recoger los papeles que le había tirado al hombre.
Don José el portero corrió a ayudarla, mientras le decía
-Qué te pasa pequeña, hoy no andas en tus cinco sentidos, Porque tan pensativa?
-No me pasa nada Don Pepe, lo que pasa es que estaba pensando en alguien
-Ahh, conque enamorada ehh- le dijo el portero ayudándola a levantarse con los papeles en la mano, para entregárselos a su dueño.
-Le pido nuevamente, que me disculpe, es que no…- Marina no pudo terminar de hablar, pues acababa de ver con quien había tropezado y este no era otro que su profesor, el Licenciado Cardona.
-Usted?- dijo asombrada
-Sí, yo, que le pasa señorita Romanov? Ahora tropieza con la gente mientras piensa en las mentiras que les contara a sus compañeros de la universidad?-
-Mentiras? Quien le dijo que yo voy por ahí diciendo mentiras?- le pregunto enojada mientras se unía a ellos Omar, que venía a buscar a Alejandro
-Buenas tardes Marina, hola Alejandro
-Hola Omar- contestaron al unísono tanto Marina como Alejandro, Omar noto que Marina estaba molesta y le pregunto?
-Marina, te pasa algo’
-A mi nada, y solo espero que no hayas sido tu Omar, porque de ser así te vas a arrepentir toda tu vida- y volviéndose le dijo al su profesor
-Y usted señor Cardona, averigüe primero si son mentiras y si tiene algo que reclamarme lo hace; no puede ser más idiota porque no es más grande y mire que es bastante grande- El enojo de Marina era tal que no escucho al pobre Don José cuando se despidió.
Mientras la veían irse Alejandro se reía y Omar no entendía a que venía la amenaza de Marina.
-Me quieres decir que fue lo que paso aquí?
-Nada, solo que tropezó conmigo
-Y solo por eso se enojó, pero no entiendo, porque me amenazo?
-Es que cuando se disculpaba, le he preguntado si ahora tropezaba con la gente por ir pensando en las mentiras que diría a sus compañeras
-¡demonios!, pero que bruto eres, no le hubieras dicho eso, ahora andara de mal humor toda la semana y no se calmara hasta no desquitarse, así que ten cuidado y más que nada debo pensar en cómo hacer para disculparme yo, aun cuando no tengo ni culpa ni pecado.
-Ya, hombre no pasara nada, vamos te invito un café y después vamos al gimnasio.
Marina llego al centro cultural y tomo su clase de ballet, todos sus compañeros que la conocían, se dieron cuenta de que algo había pasado, pues estaba de muy mal humor y todo empeoro cuando ninguno de los pasos de baile que sabía le salían como debían ser, por lo que Sandra Maldonado su instructora le llamo la atención, y trato de que se calmara para que pudiera concentrarse en el baile, pero no resulto, por lo que al salir del centro cultural, estaba de peor humor y al llegar al gimnasio a las tres de la tarde, Pedro Torres, su instructor se dio cuenta, mas no comento nada y solo la ayudo a preparar el aparato de pesas que había escogido y la dejo sola.
No habían pasado ni quince minutos cuando Marina lo llamo
-Pedro podrías ayudarme- este se acerco
-En que necesitas ayuda Marina?
-A preparar las pesas, pon otros cinco kilos por favor, ya es hora de aumentar
-No es demasiado? Hasta ahora solo has podido levantar 55 kilos, y podrías lastimarte
-No va a pasar nada, tu ponlos por favor- la voz de Marina era dura, y Pedro sabiendo que podía lastimarse pero no queriendo pelear con ella hizo lo que le pidió. No se había dado cuenta de que habían llegado los dos nuevos miembros que estaba esperando, y no eran otros que Alejandro y Omar Cardona