Los secretos de Marina

CAPITULO 3  “Un día importante”

 

 

A la mañana siguiente Marina llegaba a la universidad, y saludando a sus amigos entro en su aula a la que más tarde entro Victoria y ambas se pusieron a revisar una investigación que debían entregar sobre Relaciones Internacionales y Diplomacia, a los pocos minutos llegaron Alma y Omar que entraron platicando y riendo, Alma se dirigió a donde estaba Marina y la saludo

 

-Hola Marina como estas, que hacen?

-Hola Alma, te presento a Victoria, y estamos revisando estos apuntes y tú de que te venias riendo?

-Omar me estaba contando todo lo que hicieron él y el sangrón de su primo por estarte siguiendo el día de ayer

-A es por eso, bueno no importa, lo que me interesa es saber porque no te presentaste el día de ayer, y tampoco fuiste al gimnasio ni al dojo? Así no vas a aprender a defenderte.

- No pude venir, porque fui al médico, pues me desmalle y según me dijo, solo necesito vitaminas,, mira estos papeles que me dio

 

Marina tomo la carpeta que le tendía Alma y vio que contenía unos análisis de laboratorio y unas recetas médicas, y tras leerlos se la devolvió diciéndole

 

-Con razón te desmallaste Alma, sé que comes muy mal, apuesto que hiciste esa estúpida dieta de la que me hablaste? Y si sumas a eso el desgaste físico por el ejercicio que prácticas y el stress de tus broncas es normal que tengas una anemia clase dos, con falta de potasio

-Anemia? El médico no me dijo nada

- pero te receto un complemento vitamínico y recomendó que comieras mucho pescado y plátano, ambos ricos en potasio

-entonces si debo tomarme estas? Pregunto sacando un frasco de su bolso y dándoselo a Marina

- MMM, si son las vitaminas que te receto, pero yo agregaría que comieras un poco de hígado, te ayudara con la producción de glóbulos rojos, además de que comas plátano por la falta de potasio, y estas vitaminas que te receto y en un par de meses estarás bien; y por favor bájale al ejercicio y al stress.

- Esta bien, me tratas igual que mi madre, siempre diciéndome lo que debo hace- se quejó Alma.

-Pues si quieres no me hagas caso, después de todo la del problema eres tú y lo sabes bien, yo solo lo hago por ayudar y mira lo que saco por entrometida- le contesto molesta Marina

-No te lo tomes de esa manera, yo sé que me quieres ayudar y te lo agradezco mucho, y ahora me dirás se me acompañas a ver a una amiga mía se llama Susana, es abogada, que me dices me acompañas.

-Si no me dejas otra opción, tendré que acompañarte

-pues la opción es que no me acompañes, si no quieres

-Tú no te lo tomes de esa manera, sabes que estoy jugando, siempre te acompaño cuando me lo pides o no?

-Sí, no lo niego, y si no te callas, nos van a sacar, pues ya entro el Licenciado- dijo Alma mientras tomaba asiento a un lado de Marina. 

 

            Dos horas después salían del aula discutiendo el tema que habían visto, mientras se dirigían a la cafetería, al llegar al mostrador pidieron dos refrescos, los pagaron y salieron a la explanada, iban con rumbo al salón en silencio, cuando Alma ve a Omar  platicando con el Lic. Alejandro Cardona y molesta dice

 

-Aj tenía que venir hoy el pesado de Cardona, me cae mal, no lo soporto, me trae de encargo y no me deja en paz, como si solo yo existiera en el salón

Ignóralo y te dejara en paz- le contesto Marina con una sonrisa

-Pues no sé si me sea posible, pues ahí está con Omar y nos está mirando

-Te digo que no le prestes atención.

 

            No entraron al salón, se quedaron en el pasillo cerca de la puerta y vieron acercarse hacia ellas a Omar y a Alejandro Cardona

 

-Hablando del diablo y este que se asoma, dijo Alma tratando de entrar al salón

-El viene y tu corres, por eso te trae a carrilla, no seas tonta, no le huyas- le decía Marina mientras la detenía por el brazo

-Hola Alma, Buenos días Marina como han estado- saludo Omar

-Hola Omar, Buenos días Licenciado- contesto Alma muy seria

-Hemos estado muy bien, gracias por preguntar Omar, como están ustedes?- pregunto Marina con una sonrisa

-Pues yo estoy adolorido y muy cansado, por poco y decido quedarme en la cama hoy y no venir-contesto Omar con cara de dolor

-Y usted Lic. Alejandro?- pregunto mientras sonreía aún más

-Me encuentro muy bien- contesto con seriedad  mirándola fijamente, pues no le pasó desapercibido que lo llamo por su nombre, por lo que pregunto




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