Los secretos de Marina

CAPITULO 17 “Revelaciones”

 

 

-Ya te habrás dado cuenta de que no eres como cualquier otra chica, así como ninguna de las mujeres de la familia, a decir verdad ninguna de las mujeres descendientes de Hipólita, es una mujer como cualquier otra.-

-Papa que estás diciendo, soy una chica como cualquier otra y quien es Hipólita?

-Hija quiero que escuches con atención, y no me interrumpas, después contestare tus preguntas; Héctor dame el libro- pidió a su marido

-Aquí esta cariño.

-Este libro contiene las crónicas de Drakonia, o pueblo de los dragones; Hipólita, nuestra ancestro, la primera de nosotras,  según cuenta la leyenda, en los tiempos de la magia y los dragones, doce reinos estaban en guerra, entre ellos, estas guerras, despertaron a DRAKO, el rey de los dragones, este comenzó a atacar a los diferentes reinos, por lo que los reinos firmaron la paz entre ellos y se unieron para enfrentar a Drako; esta guerra fue de una sola batalla, los ejércitos de los doce reinos contra Drako, pensaron ganarle, pero el rey de los dragones llamo a sus hijos por lo que derroto a los ejércitos, pero detuvo todo antes de acabarlos, pacto una tregua entre dragones y humanos, cada mes seria sacrificada una doncella al rey, cada reino enviaría una doncella una vez al año, y esta sería escogida entre las doncellas entre las edades de 15 a 18 años , el sorteo seria público, y todas las mujeres del reino debían participar. Pero con el tiempo,  como sabes nunca falta la corrupción y los nobles y ricos pagaban para que se excluyera a sus hijas poniendo el nombre de alguna de las doncellas ya registradas por segunda vez; esto fue descubierto por la princesa del reino de Akeron, por lo que cuando tocaba el sacrificio de su reino, ella sustituyo el nombre de todas las doncellas y supo en todas las tablillas el suyo, Hipólita sacrifico su vida para resarcir a aquellos a los que les había sido arrebatada una hija para el sacrificio; la princesa aún no había cumplido los 14 años, pero era alta y muy hermosa, piel blanca como la nieva, cabello castaño rojizo rizado tan largo que le llegaba por debajo de la cintura, y unos ojos azules de mirada dulce y piadosa, su voz era como el canto de una  sirena, cuando ella hablaba todos callaban para escucharla. Al llegar el día del sacrificio no permitió que nadie la detuviera, ni la acompañara en la tradicional procesión, ella subió a su caballo, un gran potro de pelaje blanco y subió sola a enfrentar al dragón.

 

            Todos sabían que los dragones tienen mucho poder mágico, que son sabios y saben percibir el alma de las personas, por lo que el gran Drako vio a la princesa, supo que algo no estaba bien, y rugió tan fuerte que su voz se escuchó en el valle, al pie de su cuerva en la montaña; según cuenta la leyenda Drako llamo a los sacerdotes que debían llevar a la doncella y para cuando estos acudieron, lo vieron recostado frente a la joven princesa Hipólita, escuchándola cantar, aun no se había comido a la doncella; al percibir a los sacerdotes de los doce reinos les dijo:

 

-Porque han enviado a una niña sin la edad para el sacrificio.

-ella hizo trampa y cambio todos los nombres de las doncellas, por el suyo, por lo que solo su nombre apareció en el sorteo- contesto el sacerdote más anciano.

-Porque hiciste eso pequeña Hipólita?- pregunto Drako

-porque descubrí que solo se sacrificaba a las hijas de los campesinos y gente del pueblo, las hijas de los nobles y los ricos, eran cambiados por alguno ya existente en la lista de la elección; no podía dejar que se sacrificara a otra inocente más, por eso lo hice.

-Noble tu comportamiento, digno de una reina; por eso te perdonare la vida Hipólita con la condición de que seas mi reina, la señora y madre de los dragones; que me contestas.

-Me perdonaras la vida si accedo a casarme contigo? Que sucederá si no acepto?

-Yo solo tengo una palabra, te perdonare la vida pero te quedaras conmigo, me servirás y atenderás como mi sierva, pues con el sacrificio accediste a ser mía; eres muy hermosa y tus dones son muchos como para desperdiciarlos con la muerte.

-Me darías algo a cambio de mi aceptación a parte de mi vida?

-pide y lo pensare?

-acaba con los sacrificios de las doncellas, que traigan carne, grano, y frutas, y cualquier otro tesoro que desees, sedas, linos, pieles, joyas, lo que pidas te lo darán.

- y para que quiero yo géneros de telas y pieles, o tesoros y joyas, la carne la aceptaría ya que es alimento pero frutas y granos, dime para que me servirían?

- si me quedo como tu esposa, deberé vestir y comer, yo no como carne humana, me alimento de granos, frutas y carnes de ganado no te parece?

-eso quiere decir que aceptaras ser mi esposa, la señora y madre de los dragones?

- SI

-entonces, está dicho, pequeña Hipólita, serás mi reina, serás llamada la llamada la madre de los dragones.

 

            Y volviéndose a hablar con los sacerdotes de los doce reinos, Drako les dijo:




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